domingo, 30 de octubre de 2011

ALGUNAS COSAS REALMENTE ESPANTOSAS

Mientras conducia durante la noche de Halloween, me divirtio ver los monstruos de tres y cuatro pies, los duendes y los piratas juntando botines en sus bolsas con dulces que danan los dientes. Ni un segundo de miedo me invadio al mirar aquí y allá a los fantasmas y calabazas colgando de los árboles. Incluso me encontre a mí mismo riendo al ver las lápidas y los esqueletos medio enterrados en los céspedes. Sin embargo, hay muchas cosas que veo no sólo el día de Halloween, sino también durante los otros 364 días del año, que realmente me asustan.

Personas que han decidido que una ley se rompe sólo si son atrapados
Agentes de la ley que han decidido que la aplicación no tiene restricciones.

Padres que ya no creen que el ejemplo es el mejor maestro
Niños que creen que el ejemplo de sus padres les da permiso.

Personas que creen que sólo una vez nunca les causará ningún daño
Personas que sacan ventaja de las propensiones adictivas.

Políticos que creen que su trabajo consiste en ser reelegido
Electorado que creen que el gobierno es la responsabilidad de otra persona.

Personas que creen que sus decisiones no afectan a nadie más
Personas que se permiten que las decisiones de otros les afecten para siempre jamas.

Atletas que piensan que su destreza quita la necesidad de ser amables
Personas que creen que fananticos les da el derecho de inmiscuirse.

Personas que sienten que no hay razón para deshacerse de los malos hábitos
Gente que cree que una persona con un mal hábito es completamente mala.

Hombres que sienten que los derechos matrimoniales incluyen un doble estandar
Mujeres que sienten que los derechos matrimoniales incluyen un doble estandar.

Personas que creen que los perros y los gatos son ninos
Personas que permiten o causan sufrimiento a los perros y a los gatos

Hombres que creen que el género incluye el derecho a dominar.
Mujeres que creen que su realizacion viene al llegar a ser como los hombres.

Personas que creen que no tienen ninguna responsabilidad por las necesidades de otros
Personas que creen que aquellos que han prosperado debe ser más caritativos

Celebridades que creen que el estrellato les convierte en la autoridad universal
La gente que acepta las opiniones de las celebridades sin ninguna duda.

Líderes que creen que han sido elegidos para ser servidos.
Ciudadanos que creen que se les debe la buena vida.

Personas que creen que el dinero les da superioridad y privilegio
Personas que creen que robar de los ricos no es un delito.

Personas que creen que la libertad de expresion no tiene limites
La gente que no permite que otros se expresen.

Personas que creen que su forma de vida es la personificación de la virtud
Personas que creen que otros no son virtuosos.

Espero que estos pensamientos no sean la causa de pesadillas y pérdida de sueño!

domingo, 16 de octubre de 2011

LA PLAZA

Mientras Pierre miraba sentado la fuente del centro de la Plaza, un extraño pensamiento le vino a la mente. Un breve brillo provenía de sus ojos mientras se preguntaba cuántos pares de zapatos habían caminado por los ladrillos alrededor y a través de la Plaza, cuántos pares de pantalones habían desgastado el lugar de su banco favorito al lado oeste de la fuente, cuantos saludos se habían intercambiado en los últimos años?

Su nombre no era en realidad Pierre y los años habían escondido la razón por la cual todos en el pueblo siempre le habían llamado por este extraño nombre de un país del que sólo había visto fotos, pero que nunca había visitado. En la borrosa acta de nacimiento su nombre fue registrado como Carlos Antonio González Riviera, pero la única vez que el vio ese nombre fue cuando llevo su cheque de su pensión al banco. Siempre había sido y hasta el día de hoy, Pierre.

Los bancos en los que su padre y su abuelo se habían sentado en la Plaza, habían sido reemplazados hace unos años con estos objetos de cemento frío, que no eran en lo absoluto una experiencia agradable. Modernos puede que sean, pero cómodos no lo eran.

Sentado en la plaza, mientras el resplandor del día comenzaba a ponerse en la tarde, Pierre miró a su alrededor. Era como si estuviera viendo toda su vida desfilando ante él mientras sus amigos y familiares conversaban. Al lado del roble habían niños corriendo mientras eran observados cercanamente por madres atentas. Por un momento tuvo la visión de su hermosa madre agarrando su mano mientras el trataba de liberarse, queriendo tanto estar con su hermano mayor, mientras subía este mismo roble que en aquella época no era tan espectacular. Su madre siempre lo llamó Carlos, excepto en aquellas ocasiones en que estaba decepcionada con sus decisiones y entonces siempre le decía Carlos Antonio! Al recordar le parecía que había sido un tiempo lleno de 'no lo hagas' y 'algún día'.

Debido a que el trabajo en el campo era más importante que sentarse en el pequeño salón de clases de la escuela, Pierre había asistido tan sólo cuatro años. De pronto recordó que el maestro del pueblo lo había llamado Carlos el primer día de clases y cuando vio el alboroto de los otros niños, siempre fue llamado Pierre a partir de ese día. Durante esos años pasaba por la Plaza cada mañana y cada tarde, pero los edificios que la rodeaban eran mucho más atractivos para él que cualquier cosa que la propia Plaza tenía para ofrecer. El lunes por la mañana entraba a la Iglesia para pedir ayuda con sus números y letras. Estaría eternamente agradecido por haber tenido la oportunidad de aprender a leer, Pierre sabía que su vida habría sido menos significativa de no haber incluido las maravillas de los libros. Los viernes, su padre le daba unos centavos para comprar un dulce en la pequeña tienda de la esquina. Anhelaba el día en que podría tener uno de los deliciosos platos cuyas aromas, que era capaz de oler, venían del restaurante al aire libre. Habia una tienda donde su madre había comprado su primer par de zapatos que le torturaban, y su primer par de pantalones que necesitaban un cinturón. Fue un tiempo de "cosas nuevas" y "cosas diferentes".

Fue un momento mágico cuando los caminos de la vida le permitieron participar, en lugar de observar, el paseo alrededor de la Plaza en las tardes. Cuando la primera sonrisa de María le hizo darse la vuelta y caminar a su lado hasta el día en que se unió a los otros ángeles, ella siempre le había llamado Antonio. Pierre podría ser lo que otros le llamaban, pero para ella siempre sería su Antonio. A partir de ese día, hasta que María se puso a su lado ante el Sacerdote, cerca del Altar de la Iglesia y se convirtió en su esposa, habían pasado cada noche caminando por los ladrillos de la plaza y sentándose en los bancos. Fue un momento de "conocer el amor" y "conocer el compañerismo".

Durante los años de la paternidad y de proveer, Pierre rara vez entró en la Plaza, pero por lo general se sentaba afuera del restaurante en la mesa más cercana a la calle, y miraba la continuación del ciclo de la vida ocurriendo en la Plaza. No era sino hasta el sábado por la noche, cuando terminaba su trabajo semanal, cuando podía reunirse con sus amigos y disfrutar de unos placenteros momentos. Parecía que en un abrir y cerrar de sus ojos sus hijos habían pasado por las etapas de la Plaza. María paso de esta vida a los recuerdos antes de que Pierre estuviera listo. Pronto encontró pocas razones para sentarse a la mesa cerca de la calle en frente del restaurante. Fue una época llena de "felicidad" y "tristeza".

Ahora, mientras Pierre se sentaba en el implacable cemento frío, estos días de respirar y pensar parecían una razón suficiente para estar en la Plaza. Pierre ahora iba diariamente, pero el martes en la tarde se había convertido en su tarde favorita. En esa noche los dos jóvenes de camisas blancas, que usaban corbatas, incluso en los días más calurosos, se acercaron y le hablaron de las cosas maravillosas que él sólo habia esperado. Se maravilló cuando le aseguraron de que podría continuar al lado de María y de que su alegría se extendería eternamente. Se quedó asombrado al saber que hubo momentos como en la Plaza antes de su nacimiento mortal, y de que habrían momentos como en la Plaza eternamente. Las revoluciones de la vida siguieron en la plaza, pero los martes, Pierre se concentró en sus conversaciones con el joven de Idaho que hablaba con un acento interesante y el joven de Perú que siempre estaba a su lado. Era una época en que abundaba "la esperanza" "y la paz".

He escrito este pensamiento de esta semana con dos objetivos en mente:

Es su vida, anótelo para que aquellos que le siguen lo sepan!!

Espero que todos podamos ser bendecidos con nuestra Plaza personal, donde podamos sentir y contemplar las restricciones, los descubrimientos, las emociones y
las verdades de la vida.

domingo, 9 de octubre de 2011

A VECES

El entendimiento algunas veces parece más brillante cuando el alma reemplaza a la vista.

La comprensión a veces parece más profunda cuando el silencio reemplaza el sonido.

Los sentimientos a veces parecen más tiernos cuando el corazón reemplaza el sentir.

La comunicación a veces parece más clara cuando el pensamiento reemplaza la palabra.

El sabor parece a veces más dulce cuando la gratitud reemplaza la lengua.

La felicidad a veces parece más sublime cuando tuyo reemplaza a mío.

El beber a veces parece apagar más la sed cuando se reemplaza con el agradecimiento.

El humor a veces parece más divertido cuando herir es reemplazado por honorar.

El valor a veces parece más poderoso cuando todos reemplazan a solo uno.

La bondad a veces parece más genuina cuando el ahora reemplaza el después.

El hogar parece a veces más tibio cuando la cortesía reemplaza la antipatía.

El trabajo a veces parece más productivo cuando la lealtad reemplaza la recompensa.

La crianza de los hijos a veces parece más efectiva cuando la educación reemplaza la disciplina.

La virtud parece a veces más pura cuando Tú reemplaza al yo.

El adorar parece a veces ser más reverente cuando la risa reemplaza la tristeza.

El silencio a veces parece más relajante cuando la soledad reemplaza a la compañía.

La confianza a veces parece más atractiva cuando el orgullo es reemplazado por la humildad.

El conocimiento a veces parece más profundo cuando la revelación reemplaza la lectura.

La vida a veces parece más significativa cuando el dar reemplaza el recibir.

La eternidad a veces parece más cercana cuando el hoy reemplaza el mañana.