domingo, 27 de julio de 2014

LAS MEMORIAS DE MATTHEW

Después de mucho halagar y ser zalamero con Matthew, finalmente se le persuadió a escribir sus memorias. Al sentarse con la pluma lista aparecían ante él dos temas:

El primero era que, al reflexionar, parecía un misterio cómo aún los días más amargos y más cortos del invierno, que en su momento asemejaban un camino tortuoso e interminable, ahora se veían cómo un punto fugaz.

El segundo se veía aún más extraño en su mente, pues aunque sabía que gran parte de su vida había pasado en el dolor y el sufrimiento, ahora que estaba a punto de escribir, todo se ser se inflamaba de satisfacción y sentía que vivir su vida había valido la pena.

A parte de toda la urgencia que le imprimían sus parientes, el verdadero estímulo que llevó a Matthew a romper la barrera del silencio en cuanto a su vida llegó el anterior domingo cuando el prestigioso profeta pionero Brigham Young amonestó a todos aquellos quienes habían participado en los primeros días de la restauración a que escriban las crónicas de sus vidas como un legado a las futuras generaciones del Reino.

Al escuchar las palabras del profeta y percibir que el sentimiento de obediencia empezaba a crecer en su alma, el primer pensamiento que le vino a la mente fue ¿cómo era posible que ya hubiesen pasado cuarenta años desde que Heber C. Kimball le contara por primera vez de la visita que el Eterno Padre y Su Hijo le hicieran a un joven muchacho en un pequeño poblado del estado de Nueva York?

Le parecía como si las páginas de su vida hubieran pasado tan rápidamente como él había pasado las páginas de ese maravilloso libro que fuera entregado al joven Vidente por Moroni, ese escritor de la antigüedad.

El riego que hizo ayer en el jardín parecía igual de lejano que aquellos días de prueba entre Kirtland y Far West.

Los sermones y las revelaciones de José, el Profeta de la restauración, aparecían detalladamente en su mente tanto como las palabras amonestadoras de Brigham del domingo pasado.

No se halló escribiendo muchas palabras en las páginas que estaban delante de él, pero esto cambió cuando le dio una mirada a la puerta abierta de su casa en esa hermosa tarde de verano a través de la que podía ver las torres del magnífico templo que alcanzaban los cielos y estaba muy cerca al día en que este fuera dedicada como la Casa del Señor: un día que sería anunciado por los santos cuando pudieran una vez más entrar en Su Casa y hacer la sagrada obra que había sido revelada en el aún incompleto y luego destruido Templo de aquella hermosa ciudad a las orillas del poderoso Mississippi.

Todos los años de ver bebes que nacían a la mortalidad y de ver personas mayores y no tan mayores nacer a la inmortalidad parecían fundirse en un extraño presente. Entonces, por un momento, se permitió distraerse por los suaves ruiditos de su nieta Lea, que recientemente había venido de sus Padres Celestiales, y ahora estaba moviéndose cerca de su silla.

Sus pensamientos divagaban esa mañana, o tal vez lo hicieron ayer, y era casi alarmante ver cuán rápido el hoy se convertía en ayer, al reposar en la cerca mirando la abundancia prometida de ese año en su tierra, la cual antes había sido parte de un amplio desierto. Por su mente cruzó el pensamiento de si esto era lo que Isaías y Nefi habían visto cuando profetizaron de la época en la que el desierto florecería como la rosa. Se sonrojó al recordar que tal florecer no ocurrió como un milagro inmediato, sino que costó el trabajo de muchos: el recoger agua de las montañas y luego cavar zanjas que llegaran al valle, lo cual fue el pequeño comienzo de todo el trabajo necesario para hacer crecer el grano y los frutos en lo que una vez fue un lugar seco y ahora era un valle floreciente.

Los recuerdos punzantes de los muchos que perecieron durante las pruebas de Missouri, las persecuciones de Nauvoo, las vidas perdidas en los caminos en las planicies que llevaron al valle, y finalmente en la edificación de Sion en las cimas de las montañas, hacía mucho se habían atenuado gracias al estudio constante y el mayor entendimiento a medida que se recibía línea tras línea el Plan del Padre Celestial, reemplazando el dolor de la pérdida de los seres amados con el gozo de la realidad del don de la resurrección y la continuidad de la vida.

A medida que la sombra se alargaba a través del suelo del valle, Matthew hizo una oración en silencio, agradeciendo por que las sombras de incertidumbre y duda habían sido quitadas de su mente y de su corazón, y habían sido reemplazadas por la iluminación y el más seguro testimonio que le había sido relevado por la voz dulce y apacible del Espíritu Santo.

Matthew se reclinó en su silla y una sonrisa se abrió en el cielo por el cual el sol calentó los pliegues de su rostro cuando miraba una vez más a su nieta y se percató de los milagros que habían ocurrido en su vida, de cómo lo que una vez parecía ser un interminable horizonte amenazante que se presentaba ante él se había convertido ahora en un suave tallado en el crepúsculo de su existencia mortal.

Por un momento Matthew se esforzó por poder visualizar lo que su pequeña Lea vería a medida que progresara en su estado probatorio. Lo que haya sido que pudo ver fue rápidamente absorbido por el aquí y ahora, y él sabía que tendría que esperar un tiempo futuro para ver más claramente.

Matthew hizo a un lado su pluma y repasó en la penumbra a través de sus ojos húmedos las últimas palabras de su historia: "Entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien", y sintió que su alma se llenó de gozo a medida que permitía que la bondad de la gracia de Dios lo envolviera.

domingo, 20 de julio de 2014

NUEVAS IDEAS parte 3

Para aquellos que no me han abandonado, al frustrarse con mi larga historia, continuaré nuevamente donde la dejé la semana pasada.

Mi maestría fue la experiencia educativa más alegre de mi vida. Se me permitió diseñar mi propio currículo, elegir a mis profesores y establecer mi calendario para completar la carrera. La única cosa negativa de toda la experiencia, era que tenía que manejar de ida y de vuelta a la Universidad de Brigham Young durante la noche, en un carro que no tenía calefacción. ¡Bueno, tal vez mis exámenes orales no están llenos de recuerdos felices!

Ya que había tenido una experiencia tan maravillosa con mi maestría, cuando la oportunidad de lograr un Doctorado llegó, salté de la alegría.

Finalmente, llegamos al punto de este largo caminar por el carril de la memoria.

En una de las clases que estaba tomando para mi doctorado, se me dio la oportunidad de asistir a una sesión de entrenamiento con todos los gastos pagados en Flint, Michigan, en programas educativos continuos.

No es que haya abarcado todo, pero debo hacer hincapié en el hecho de que hasta el momento, había establecido más o menos mi vida, mis creencias y mis pensamientos en aquellas enseñanzas que surgieron a partir de las fuentes del Evangelio que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña.

Durante esa semana inolvidable en Flint, por alguna razón, y por primera vez en mi vida estuve dispuesto y encontré gozo al ser instruido por personas que no tenían afiliación con mi iglesia. La parte posterior de mis brazos estaban en un estado constante de hormigueo, mientras seguidamente hombres y mujeres llenaban mi mente con nuevos pensamientos, nuevas ideas y nuevos significados para la carrera que había escogido, y lo más importante para la vida en general.

Salí de Flint con un descubrimiento asombroso, que en lugar de traer duda o conflicto a los fundamentos de mi entendimiento de la vida, lo que ellos dijeron añadió profundidad, dimensiones y dinámica a aquellas cosas que eran de suma importancia para mí.

Una antorcha se había encendido dentro de mi alma, iluminando mi camino hacia un inexplorado mundo nuevo.

Poco después de regresar a casa mientras estaba leyendo Las Enseñanzas del profeta José Smith, encontré con una de sus definiciones del mormonismo. Él declaró: "que el Mormonismo es verdad, y dondequiera que encontramos verdad, la atesoraremos en nuestro pecho y la abrazaremos como el Mormonismo." Entonces él amplifica el pensamiento, añadiendo, "no importa donde la encontremos, si los metodistas o bautistas tienen una verdad, entonces la abrazaremos y será Mormonismo".

Siempre estaré agradecido de que esta restricción auto- impuesta fue levantada de mi vida, una semana de odisea que me abrió la mente para ser capaz de ver más allá de las barreras imaginarias, y me permitió escuchar palabras de sabiduría de fuentes previamente inexploradas.

¡Qué pérdida personal hubiera tenido si me hubiera negado a mí mismo el placer que he encontrado en las enseñanzas de los sabios e inspirados hombres de la tierra, fuera de mi claustro, quienes han descubierto y han enseñado verdades inspiradas, y han añadido profundidad a las verdades conocidas previamente .

Aunque voy a seguir teniendo fe en los principios que recibí de mis padres, también voy a seguir colocando piedra verdadera sobre piedra verdadera sobre ese fundamento, como dice José, donde sea que lo encuentre. Espero que nunca haya un día en que no pase tiempo con las Escrituras, y añado a eso la esperanza de que no hallan más que algunos de mis días en que, igualmente, sea incapaz de mejorar esas verdades con las enseñanzas de Tomás de Aquino, Justin Mártir, CS Lewis, El Dalai Lama, la Madre Teresa y otros tantos.

Y como no todos tienen fe, buscad diligentemente y enseñar uno al otro palabras de sabiduría; sí, buscad de los mejores libros de palabras de sabiduría; buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe. (Doctrina y Convenios 93:118)

Mi esperanza es que sea cual sea el perjuicio que nos impida adquirir verdades, se disolverá para que así podamos liberarnos y empezar a crecer y a progresar con nuevas ideas y luz, y de esta manera podamos experimentar gozo.

Cualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantará con nosotros en la resurrección. Y si en esta vida una persona adquiere más conocimiento e inteligencia que otra, por medio de su diligencia y obediencia, hasta ese grado le llevará la ventaja en el mundo venidero. (Doctrina y Convenios 130:18, 19)

Junto con los muchos atributos y características tales como la gracia, la misericordia, el amor y el perdón que nuestro Padre Celestial desea que imitemos, la inteligencia es igualmente enumerada como parte de su gloria.

La gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras, luz y verdad. (Doctrina y Convenios 93:36)

¡Asi como una idea pasajera, largos viajes durante frías noches, cuando se llenan de meditación no son realmente tan malos!

domingo, 13 de julio de 2014

NUEVAS IDEAS part 2


… como estaba diciendo

Otras personas podrán rechazar tener nuevas ideas porque tienen el complejo de "Soy... (o estoy, o tengo)". Fácilmente podemos rellenar las palabras que faltan:

¡Soy demasiado viejo para aprender!

¡Tengo demasiada experiencia!

¡Tengo inteligencia intuitiva!

¡Soy más instruido que los demás!

¡"La escuela de la calle" es el único aprendizaje que importa en la vida!

¡No soy capaz!


Estas frases resuenan como si los que las dicen fueran "viejos sabuesos", hombres de mucha experiencia, prodigiosos videntes, socios fundadores de Mensa Internacional y de la empresa Continental de El Padrino, y creen, por consiguiente, que no tienen por qué tener nuevas ideas.

Puesto que el viaje a casa era largo me puse a pensar en aquellos otros que parecen tan abrumados por el sentido de inferioridad que están convencidos de que no son dignos de tener nuevas ideas o agregar nuevas experiencias a su vida.

Tengo que confesar que cuando fui joven disfrutaba mucho cantar en esos grupos grandes de personas comúnmente llamados coros. Una noche estaba en uno de esos grupos en el Hollywood Bowl, la ocasión: una celebración de juventud de nuestra iglesia, y yo realmente estaba disfrutando la experiencia, cuando durante el ensayo un joven que evidentemente había sido castigado y estaba delante mío, dio la vuelta y dijo "me gustaría que cantes más despacio; estás tan desafinado que no puedo cantar bien". Recuerdo que desde ese momento sólo hice fono mímica durante todo el concierto, y que luego, cuando tuve un papel medianamente importante en un musical llamado "Valle Prometido", también hice fono mímica en todas las partes grupales. Una de las muestras verdaderas del amor que Kathleen tiene por mí es que ella disfruta que yo me siente a su lado mientras cantamos los himnos en la congregación.

Sé que me he negado a mí mismo muchas experiencias maravillosas por el sentimiento de inferioridad que me embarga cuando canto y sospecho que hay muchos que se han perdido incontables oportunidades para expandir sus ideas y experiencias al permitir que otros pusieran alguna traba interior o exterior en sus vidas.

Me puse a pensar también en cuanto a aquellos que tienen puesta permanentemente una careta de presunción con la cual creen identificar su lugar en la sociedad, el cual se vería afectado si se la sacaran. Se petrifican y se estacan debido al temor de ser considerados inferiores o por tener que aprender de alguien que ellos consideran inferiores.

A mi me parece que cualquier cosa que ofrezca un razón o justifique la reprensión de tener nuevas ideas tendrá el mismo resultado.

¡El agobio que causa el crecimiento!

¡La pérdida de aquella alegría que viene con el descubrir!

¡Nunca llegar a estar siquiera cerca de convertirse en todo lo que podrían llegar a ser!


Existe otra razón personal que puede ser única o que otros pueden haber hallado como un obstáculo muy pesado que impide que tengamos nuevas ideas.

Yo crecí más bien en un ambiente cerrado como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en las ciudades de Utah e Idaho. Aún hasta los 10 años no podía identificar dentro del círculo que frecuentaba a alguien que no fuese miembro de la Iglesia.

Inclusive luego de mudarnos a California, aunque estuve en un vecindario variopinto en cuanto a religiones y asistía a los colegios públicos, mis pensamientos, ideas, principios, modelos de vida e influencias provenían principalmente de las relaciones que tenía entre mi familia y los miembros de la Iglesia.

Después de la secundaria tuve un pequeño desempeño en el Campamento de la Reserva Activa del Ejército en Fort Ord, en dónde conocí parte del mundo exterior gracias a mis compañeros, mis instructores y a John Steinbeck, cuyos libros leí con dedicación durante los tres últimos meses de mi servicio activo.

Al regresar a casa luego de mi breve exposición a las influencias externas, recibí un llamado a servir como misionero den la Misión México Norte de la Iglesia. Los siguientes 2 ½ años la pasé no sólo reencontrándome con los pensamientos, las ideas, los principios, los modelos de vida y las influencias de mi familia y de la Iglesia, sino que cada día lo dedicaba a tratar de convencer a otros de la veracidad de esas ideas.

Al terminar la misión volví a la universidad, me casé con Kathleen, empezamos nuestra familia y nos embarcamos en nuestras propias experiencias hogareñas, basados en las enseñanzas del evangelio restaurado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Durante los primeros cuatro años luego de volver de mi misión en México enseñé Seminario Matutino para el Sistema Educativo de la Iglesia. Luego de unos cuantos años en la secundara Santa Ana y Fullerton, y de trabajar con madera, alambre y metal, me contrataron como maestro de tiempo completo en el Sistema Educativo de la Iglesia.

Al comenzar mi carrera como maestro, puesto a que aún no había graduado de la universidad, me inscribí en cursos nocturnos y de verano a fin de lograr mi título de la Universidad Brigham Young, a fin de calificar como empleado de programa educativo de la Iglesia. Me encontraba embarcado de tal manera con mi educación y mi carrera, y siendo que la Iglesia pagaba mis gastos educativos, luego de graduarme inmediatamente comencé a dedicarme a mi Maestría.

Continuará...

domingo, 6 de julio de 2014

NUEVAS IDEAS - Premera Parte

Hace algunos años, como introducción a una presentación que se me había pedido dar, le pregunté a la audiencia si habían tenido un idea nueva recientemente. Las expresiones en sus rostros y las vibraciones incómodas que vinieron a mí fueron inesperadas, y de manera extraña muy gratificantes, ya que sabía que estaban a punto de embarcarse en un debate muy animado.

Hubo unos pocos que respondieron con entusiasmo y emoción mientras compartían con alegría la nueva idea sobre la pregunta que se les había hecho recientemente.

Hubo otros que preguntaron que si un nuevo cambio a una vieja idea contaba. Les respondí afirmativamente y voluntariamente compartieron la nueva idea con la que habían sido dotados.

Hubo uno que preguntó que si el haber recibido confirmación de una autoridad sobre una creencia incierta previamente percibida contaba. Le comenté que tal experiencia debería contar doble ya que probablemente provenía de dos fuentes.

Tristemente, la mayoría de los asistentes, o bien no podía recordar un reciente encuentro con una nueva idea, o no estaban dispuestos, o eran demasiado tímidos para contribuir.

Uno de mis mentores favoritos de todos los tiempos, Hugh Nibley, con ese brillo de duendes que tenía en su ojo cuando estaba a punto de decir algo que le había traído alegría, una vez compartió una historia de cómo, después de una conferencia un estudiante se le acercó y con una voz desafiante dijo: "Nunca he escuchado nada sobre la mayoría de las cosas de las que usted estaba hablando esta noche. En lugar de entrar en un debate, el hermano Nibley simplemente dijo:' Espero que no, qué más te gustaría escuchar de las palabrerías de alguien durante dos horas? Yo nunca me siento y escucho a alguien durante dos horas si no voy a recoger alguna nueva información importante. '

Después de mi presentación sobre la importancia de añadir constantemente a nuestro propio abastecimiento de ideas, y habiendo ganado muchas nuevas ideas propias esa noche, fui también recompensado con una cesta llena de nuevos rumbos que tenía que seguir al pensar sobre la importancia de añadir constantemente al banco de datos, conocimiento y entendimiento.

Fue emocionante ver a muchos, que se sonrojaron por la emoción de sus añadidas experiencias, multiplicar su alegría al ansiosamente compartir con los demás.

Uno de los tristes descubrimientos que me lleve esa noche fue que hay muchos entre nosotros que por una razón u otra se han autoimpuesto restricciones sobre sí mismos que dificultan y limitan la incorporación de nuevas ideas en sus vidas.

Mientras manejaba a casa reflexioné sobre las restricciones autoimpuestas que algunos de nosotros ponemos sobre nosotros mismos. Nosotros, por una razón u otra, eliminamos de nuestra vida una de las experiencias más valiosas de la vida y una gran fuente de alegría, "el proceso continuo de aprendizaje".

Se han realizado numerosos estudios que siguen los hábitos de lectura de los graduados del colegio y todos ellos parecen dar lugar a conclusiones similares. Hay alrededor de 1/3 de todos los graduados del colegio que nunca leen un libro después de la graduación. Tengo amigos que consideran el escuchar un discurso como la más alta forma de castigo inusual. Parece que se han enlistado en una sociedad secreta que tiene el lema: "Yo fui a la escuela para prepararme, estoy preparado, fin de la discusión."

A principios de mi carrera como docente tenía asignaciones en algunas comunidades donde aquellos que llegaban a la clase se sentían muy incómodos con cualquier idea que se les compartía y de la que ellos no habían oído hablar desde la infancia, y que no habían sido repetidas en las clases y discursos por décadas. Tener que lidiar con una nueva idea o mirar un principio desde otro punto de vista era un proceso muy desconcertante e incómodo.

Me acuerdo de una breve charla que tuve con mi hijo mayor cuando regresó de la escuela y su primer día en la guardería. Le pregunté lo que había aprendido esa mañana y rápidamente respondió: 'Todo'.

Lamentablemente, algunos de nosotros nos hemos engañado a nosotros mismos pensando que realmente hemos aprendido todo lo importante. Usted recuerda el best seller Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en la guardería (Robert Fulghum). Al parecer, el libro a pesar de nunca haber sido leído por este grupo, se ha convertido en la Biblia, y Fulghum en el profeta de los que ahora rechazan la idea de seguir aprendiendo. Podemos tener la confianza de que al igual que todas las biblias, su biblia adoptada también se sienta en un estante juntando polvo, y las palabras de su profeta nunca se leen.

Incluso sus argumentos para justificarse son anticuados y repetitivos:

¿Cuántas veces ha conjugado una oración desde que se graduó?

¿Cuántas veces has tenido que usar una fórmula geométrica desde que se graduó?

Muy poco he leído en los libros del colegio que se relacionan con la vida real, así que ¿por qué debo llenar mi cabeza con más información que no es esencial?

¿Cuántas conversaciones ha tenido en latín últimamente?

Debido al avance tecnológico de esta congregación, los que no leen pueden ahora añadir los fundamentos matemáticos, la ortografía, la gramática y la escritura en oraciones completas y coherentes a su lista de las razones del porque el tiempo usado en la enseñanza es un desperdicio. Después de todo para que tenemos dedos, calculadoras, computadoras, revisador ortografía y la Wikipedia?

(Continuará...)