domingo, 6 de mayo de 2018

GPS CELESTIAL

Vivimos en una época muy notable. Si quiero saber a qué distancia estoy de la espiga en el cancha al golf, basta con mirar una app en mi celular. Si quiero ser dirigido por cualquier posible retraso en un viaje, basta con mirar una app en mi celular. Si quiero saber dónde es el mercado más cercano, basta con mirar una app en mi celular. Si quiero saber lo que va a ser el tiempo, basta con mirar una app en mi celular.

No dediquen a punto a través de los 492 millones aplicaciones (sólo una suposición) que se pueden acceder por un teléfono celular, pero este no es el punto de nuestro tiempo en la tierra que me parece notable. El punto que me parece notable es que todos estos dispositivos que fueron desarrolladas por la inteligencia de los mortales, aceptamos y tenemos fe que funcionan como se anuncia. Pero, cuando se trata de leer sobre una bola de la mano de obra curiosa (1 Nefi 16) que Lehi encontró fuera de su tienda una mañana mientras que el vivió en el desierto, nos burlan sobre si Padre Celestial, con todo Sempiterno y Eterno Conocimiento podría haber creado un instrumento que dio dirección, llevó la familia de Lehi a zonas fértiles, dio consejos sobre cómo vivir y instrucciones en la corrección del comportamiento.

Puedo escuchar todos mis nietos suspiró preguntándose cómo, escoger un título (abuelo/grandpa), posiblemente podría comparar algo podemos sentir, punch y hablar, con algo podemos creer que existe sólo por la fe. Así es porque este abuelo/grandpa sólo puede ir por la fe que puedo saber la distancia a la clavija, evitar atascos de tráfico, encontrar un restaurante o hacer otra cosa que hacer llamadas en mi teléfono inteligente. De hecho normalmente yo llamo este instrumento como mi teléfono mudo. Sin embargo, es bueno que números teléfono de mis seres queridos estén tan fácilmente tocados.

Tal como un teléfono inteligente es útil sólo en la medida de la comprensión de la persona que tiene en su palma, la Liahona (el nombre por el cual era conocida la bola de obra curiosa) sólo era útil en la medida a los quienes que entienden cómo desbloquear sus maravillas.

Nefi proclama las claves para tener el poder para operar la Liahona eran medio pequeño y simple y los indicaban que eran fe y diligencia en hacer caso a las instrucciones escrito sobre la bola. Mis nietos me dicen es una cosa pequeña y simple para abrir las maravillas de las aplicaciones en mi celular, pero creo que no tengo ni el deseo, paciencia ni fortaleza a pagar el precio necesario para desbloquear esta maravilla de la tecnología. Además, me he vuelto muy contento con mi escritorio encuadernado ordenador, que proporciona casi todo el asombro que puedo manejar en esta etapa de mi vida.

Sospecho que aquellos que encuentran difícil de creer que el Dios Omnisciente podría han proporcionado Lehi con un maravilloso instrumento tan largo antes el genio mortal de los hombres inventaron tal cosa, lucha en la misma forma de agregar aplicaciones a mi teléfono. Sospecho que carecen de la voluntad y la paciencia y no están dispuestos a pagar el precio para saber por sí mismos, de los susurros del Espíritu Santo que la Liahona había precedido de la llegada de los teléfonos inteligentes unos 2600 años.

Aunque nunca he encontrado una bola de obra curiosa que me podría proporcionar orientación que pueda sostener y ver, estoy agradecida que he sido dotado con los susurros del Espíritu Santo, que al igual que la Liahona, me da valor para hacerlo que nunca he previo había hecho. De hecho creo que no pude identificar una fase de la experiencia de la vida que no tiene un aspecto de primera vez y el desconocido a uno.

Durante mis años de adolescencia, como ya puede recordar fue un período en el cual sufrí matidez mental y espiritual, cada mañana me pareció despertar a los nuevos retos. Sólo puedo preguntarse cuánto más fácil lo tendría sido si había sido más susceptible a los susurros del Espíritu Santo.

Cuando yo estaba sirviendo en el servicio activo en el ejército, constantemente estaba en extrema necesidad de la dirección sobre la forma de maniobrar a través de territorio que era nuevo y contrario a mi naturaleza. Sólo quiero ir en mis bancos de memoria para traer de vuelta agradecidos recuerdos de esos momentos periódicos cuando yo estaba bendecido con los susurros del Espíritu Santo.

Durante el tiempo de mi misión entre mis hermanos y hermanas mexicanos, cuando cualquier éxito en el cumplimiento de mi llamado era totalmente dependiente en mi estrecha asociación con el Espíritu Santo, lamentablemente deseo que hubiera sido más constante en la búsqueda de esta bendición.

Matrimonio y tener la dirección de educación de los hijos fue un momento en que lamentablemente permitió los cuidados del mundo distraerme de la dedicación que debería haber acompañado está sola vocación eterna que tenemos en la tierra y sólo puedo llorar que no era más diligente escuchando los susurros del Espíritu Santo.

Las mayordomías en la iglesia que he tenido la oportunidad y el privilegio para celebrar siempre contará entre mis bendiciones más preciadas, porque es cuando estaba trabajando en la Viña del Señor que finalmente dieron a mi alma la constancia de la necesidad de la dirección del Espíritu Santo.

En mi final y quizás el fase más pacífica de mi mortalidad, estoy agradecido por el camino mis pies han sido colocados, que ahora permite que mis días están llenados con la comodidad de la compañía del Espíritu Santo.


Les ruego que una porción de este Sábado podríamos gastar pensando en cómo podemos aumentar nuestra humildad, voluntad y paciencia para desbloquear la Liahona personal nuestro Padre celestial ha prometido a todos sus hijos que lo buscan.


PENSAMIENTOS PARA UN DÍA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY

EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

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