domingo, 22 de abril de 2012

LA VERDAD?

Mientras Nefi, antiguo profeta del Libro de Mormón, se acercaba al final de sus días en la mortalidad, habiendo visto en una visión las generaciones por venir, le escribió a un pueblo que vio que perdería la fe en las palabras de Dios a medida que ganaban la confianza en la fuerza de su propio entendimiento.

Porque sucederá en aquel día que las iglesias que se hayan establecido, mas no para el Señor, dirán la una a la otra: ¡He aquí que yo, yo soy la del Señor!; y dirán las demás: ¡Yo, yo soy la del Señor! Y así hablarán todos los que hayan establecido iglesias, mas no para el Señor; y contenderán una con otra; y sus sacerdotes disputarán entre sí, y enseñarán con su conocimiento, y negarán al Espíritu Santo, el cual inspira a hablar.

Y niegan el poder de Dios, el Santo de Israel, y dicen al pueblo: Escuchadnos y oíd nuestro precepto; pues he aquí, hoy no hay Dios, porque el Señor y Redentor ha acabado su obra y ha dado su poder a los hombres; he aquí, escuchad mi precepto: Si dijeren que hay un milagro hecho por la mano del Señor, no lo creáis, pues hoy ya no es un Dios de milagros; ya ha terminado su obra.

Sí, y habrá muchos que dirán: Comed, bebed y divertíos, porque mañana moriremos; y nos irá bien.

Y también habrá muchos que dirán: Comed, bebed y divertíos; no obstante, temed a Dios, pues él justificará la comisión de unos cuantos pecados; sí, mentid un poco, aprovechaos de alguno por causa de sus palabras, tended trampa a vuestro prójimo; en esto no hay mal; y haced todas estas cosas, porque mañana moriremos; y si es que somos culpables, Dios nos dará algunos azotes, y al fin nos salvaremos en el reino de Dios.

Sí, y habrá muchos que de esta manera enseñarán falsas, vanas e insensatas doctrinas; y se engreirán en sus corazones, y tratarán afanosamente de ocultar sus designios del Señor, y sus obras se harán en las tinieblas.
(2 Nefi 28:3-9)

Cuando estudiaba en el colegio Washington Junior High en Long Beach, California, me interese en las convenciones de los partidos políticos nacionales que se reunían para seleccionar el candidato presidencial de su partido. Esto fue en los días en que los delegados de hecho venían a la convención para seleccionar y no sólo para confirmar al candidato. Este cambio en la selección del candidato de un partido, tan diferente como es, palidece en comparación con la diferencia en el diálogo que ahora oscurece las reuniones primarias, las asambleas y los debates, y proyecta una sombra de vergüenza en todo el proceso político. Hablar mal del oponente ahora eclipsa la presentación de políticas en todos los niveles durante las elecciones.

Tan vergonzoso y descarado como el constante ataque hacia un oponente político puede ser, creo que este comportamiento tiene raíces más profundas que el deseo por obtener el supuesto poder y el honor que acompañan a la adquisición del cargo.

No creo que el arte o la ciencia de excavar un pozo para un hundir al vecino, o la enseñanza de una mentira, o cualquiera de los atributos negativos que Nefi describe en sus palabras de advertencia se enseñan en la escuela, pero parece que hay una cuidadosa trampa que comienza al principio de nuestra formación, se ve reforzada con fuerza a través de experiencias personales y observaciones, y de cuya trampa se escape con poca frecuencia.

A un niño que apenas escapa la infancia se le dice que le diga al vendedor en la puerta o en el teléfono, que su padre no está en casa. Más tarde, ese padre se desconcierta sorprendido, y el niño puede difícilmente comprender la reacción de su madre cuando, por evitar la severa reprimenda de su padre, el responde: "No papá, no he visto tu martillo".

Durante los dias probatorios de la adolescencia – el ego es frágil – la aceptación de los compañeros es más preciosa que la plata o el oro – mucho más importante que una representación verdadera de la vida, sus frustraciones y fracasos. "No, mis padres no me dejan ir", es un sustituto común por, "Yo realmente no quiero ir con usted." "El profesor es un tonto" es una cómoda manera de salvarse de decir " no he puesto suficiente esfuerzo en esa clase. "

A medida que añadimos dias a la vida entrando en el rol que llamamos madurez, hábitos arraigados nos ayudan a permanecer firmes a esos patrones y las películas que se presentan en nuestras cabezas;

Tratamos de convencer a los demás con falsedades en lugar de hechos.

Gastamos más allá de nuestros recursos en un intento por falsificar una imagen de éxito.

Pintamos y vestimos nuestro exterior con la esperanza de poder deslumbrar y cegar a nuestros amigos lejos de la realidad de nuestras deficiencias internas.

Tratamos de ocultar el hedor de las almas reducidas, con gestos superficiales, insinceros y perfumados.

Multiplicamos las palabras en un intento por cubrir la superficialidad de nuestro carácter.

Así como vemos muchos políticos atrapados en la telaraña de su propia red, asimismo, encontramos que el pozo que pensábamos que estábamos cavando para hundir a nuestro vecino, se derrumba sobre nuestras propias cabezas, envolviéndonos en una vida de encubrimiento y engaño.

CONTINUARÁ

No hay comentarios:

Publicar un comentario