domingo, 26 de enero de 2014

PROVINCIALISMO - PERSECUCION - PERFECCION (Neal A. Maxwell)

Estoy seguro de que Neal A. Maxwell nunca sintió que saliera virtud de su cuerpo al yo tocarle el borde de su chaqueta. Nunca me senté fascinado a sus pies en un lado de la montaña, ni divague horas en la playa mientras me empapaba con bocados de su sabiduría, pero yo le oí hablar en numerosas ocasiones. En última instancia, el que el llegara a convertirse en un mentor importante en mi vida se debió principalmente a la abundancia de sus escritos que fui capaz de digerir.

Mi admiración por sus enseñanzas debe haber sido bastante evidente para aquellos con quienes tuve la oportunidad de compartir mis propias experiencias en el salón de clases, porque al echar un vistazo al estante de libros detrás de mí, mientras escribía esta mañana, me di cuenta que tengo duplicados de muchos de sus libros que de seguro fueron regalos de estudiantes bondadosos y bien intencionados. O eso, o la pérdida de memoria que vienen con el envejecimiento, empezaron mucho antes de lo que pensaba.

Uno de los conceptos que sé que el Elder Maxwell me mostro fue el del provincialismo. Él siempre utilizo esta palabra en uno de sus significados secundarios identificándolo como 'una persona de intereses o perspectivas locales o restringidas. Era obvio que él no consideraba esto como un atributo positivo, pero sentía que era algo que uno necesitaba evitar o superar.

Un resumen de los pensamientos del hermano Maxwell sobre este tema, podría ser algo así como: Muy a menudo nos encontramos con que el valor que le damos a las personas y a sus ideas se ve limitado por nuestras tendencias provinciales.

Algunos de mis pensamientos que se derivan de las palabras del Elder Maxwell sobre el PROVINCIALISMO son:

Los actos de bondad no están limitados por el origen de los antepasados de uno, o el color de la piel

La proclamación de las verdades no está limitad únicamente al lugar en que uno adora, o a los expertos que ocupan los púlpitos.

Sentirse cerca a la Divinidad no es la providencia exclusiva del lugar de adoración, ya sea un templo, una mezquita, una sinagoga, una capilla, una catedral, una casa o el alto de una montaña.

La hermandad universal de la humanidad, no debe ser limitada por las barreras artificiales instituidas por los gobiernos y líneas en los mapas.

Otro de los conceptos recogidos de mis lecturas exhaustivas de los escritos del élder Maxwell, fueron sus interesantes puntos de vista sobre la PERSECUCION.

Algunos de mis pensamientos que se derivan de las palabras del Elder Maxwell sobre la persecución son:

Tristemente, la persecución siempre parece ser algo que otros me hacen, y raramente tiene algo que ver con lo que le hago a los demás.

Cuando crítico a otros estoy tratando de fortalecerlos, pero cuando otros me critican me están persiguiendo.

Dado que lo que digo de los demás en su ausencia nunca se sabrá, no puede ser entonces considerado como un acto cruel.

Aunque el acoso cibernético no era un pasatiempo popular durante el viaje mortal del Elder Maxwell, estoy seguro de que lo habría considerado como una de las formas más terribles de persecución.

El último de los ideales del Elder Maxwell que cubriré brevemente en este pensamiento, es sobre el principio de la perfección.

Algunos de mis pensamientos que se derivan de las palabras del Elder Maxwell sobre la perfección son:

Aunque el Salvador nos amonesto a ser perfectos, como Él y su Padre son perfectos, dejaremos la mortalidad con esta tarea sin cumplirse en gran medida.

Ya que nuestra comprensión es limitada por nuestra finitud, y la perfección es una cualidad infinita, no vamos a ser capaces de perfeccionarnos hasta que los límites sean retirados de nuestro entendimiento.

Nuestra tarea durante nuestra estadía mortal no es alcanzar la perfección, sino como sea posible tomar la mayor cantidad de pasos hacia ella.

Si superamos nuestras tendencias telestiales hacia lo mundano y nos ponemos algunos de los atributos terrestres de amor fraternal y de bondad, habremos logrado mucho durante nuestras vidas.

Sé que es sólo una muestra, y lo que Neal A. Maxwell ha contribuido a las bases de mis creencias podría una vez más llenar los volúmenes que escribió. Quería escribir este pensamiento como agradecimiento a él por todo lo que dijo y por todo lo que fue.

domingo, 19 de enero de 2014

EL PLAN DE FELICIDAD DEL SENOR

Periódicamente durante nuestras vidas somos testigos o leemos sobre una persona única de entre todos los seres humanos que debido a su dedicación a una causa, y sin apartarse de ella, logra cambiar la vida de multitudes.

Siddhartha Gautama, nacido en la opulencia y bajo buenas circunstancias, un día descubrió la pobreza, y con el único deseo de encontrar el verdadero significado de la vida pasó catorce años de hambruna y devastación antes de comenzar a enseñar el camino que hoy siguen entre 250 y 500 millones de personas, quienes lo veneran con el nombre de Buda.

Otro quedó huérfano a muy temprana edad y fue criado por su abuelo, quien tenía inclinación a la meditación y contemplación, con el tiempo Mahoma fundó una religión que hoy tiene 1,750’000,000 de adherentes. Aunque el Islam reconoce a Noé, Abrahám, Moisés y Jesús como profetas de Dios, venera a Mahoma como el más grande profeta que haya vivido. Mahoma sintió que su misión era moldear una sociedad perversa y materialista y convertirla en una comunidad más humana y diversa. El instrumento que utilizaría para cumplir con su objetivo era la revelación final y absoluta registrada en el Corán.

Aunque la gran población del judaísmo reclama hoy escasamente dos décimos del porcentaje de la población mundial, debido en parte a los muchos intentos por exterminar a sus seguidores, la mayor parte de las principales religiones del mundo se fundan en los escritos de un niño que fue arrebatado de entre los juncos y fue criado como príncipe de Egipto, convirtiéndose en Moisés, el legislador. Las leyes y enseñanzas escritas de Moisés se han convertido en la razón detrás del cómo las culturas pueden coexistir y de cómo la humanidad puede evitar destruirse a sí misma.

El meditar en las vidas de tales hombres a menudo nos conduce a la pregunta: ‘¿Por qué él?’ ¿Será siempre la respuesta aquella que el seguidor cree a pie juntillas de que éste personaje fue escogido divinamente? ¿Habrán venido todos ellos a esta tierra gracias a una preordinación de la Divinidad? Si todos afirman haber venido de una fuente común, ¿por qué, entonces, seguimos divididos? Cuando la mayor parte de sus escritos y enseñanzas son comunes, ¿por qué persistimos en buscar las diferencias?

Universalmente estos padres fundadores rechazaron aceptar las desigualdades y los abusos de una sociedad que seguía las tradiciones establecidas o se conformaban con las estructuras de poder existentes. Sin importar ser etiquetados como fanáticos, peculiares y rebeldes, continuaron intrépidamente hacia adelante buscando una respuesta justa, y una vez que la encontraron, dedicaron sus vidas en un esfuerzo por corregir lo que ellos vieron como algo incorrecto en su mundo.

De alguna forma, José Smith Jr. (mientras acompañaba a su familia en su periplo hacia el oeste de los Estados Unidos de América, mientras dicho país contaba con menos de treinta años de existencia como nación) mientras estaba aún en sus años de adolescencia, se preguntó cómo era que muchas religiones que afirmaban tener a Jesucristo como su Salvador se enfrentaban en constantes disputas para probar que sólo ellas estaban en lo correcto. Su meditación se intensificó luego que se dio cuenta que todas las diferencias que presentaban unas contra otras se basaban en pasajes de la Biblia. Esto no parecía concordar con el dicho: “una fe”. El camino de revelación que siguió le hizo conocer a mensajeros celestiales y un libro que salió del polvo, y pudo comprender el plan de felicidad del Padre Celestial. Aquellos que lo aclaman como profeta, y en varios grados se esfuerzan por adherirse a los principios de las doctrinas y las enseñanzas de este plan, en menos de dos siglos ya suman los 15’000,000.

Al meditar en el mundo en el que vivo dos milenios después del nacimiento mortal del Hijo de Dios, a menudo he considerado el hecho de encontrar una causa digna a la cual pueda dar mi esfuerzo. Muchas veces mis pensamientos se concentran en cierto mito perpetuado y en la verdad que contiene, la cual está tan escondida que pocos son los que la hallan.

Joshua Bar Joseph nació humildemente en la pobreza y pasó sus pocos más de treinta y tres años en una nación pequeña que se encontraba bajo el control de una dictadura extranjera, y sufrió y murió crucificado en medio de criminales, pero sus enseñanzas y su divinidad son reconocidas hoy por un tercio de la población mundial como la vía por la que debemos andar en esta vida, y el camino que conduce a la salvación. Fue llamado Jesús el Cristo, Salvador y Rey. Pasó tres años delineando la vida que los hijos de Dios deberían vivir. Casi sin fallar, cada vez que las palabras salían de su boca inmediatamente los contenciosos comenzaban a esparcir dudas y odio, creando el mito de cuan imposible es para cualquiera de nosotros poder vivir una vida semejante.

Si yo tuviera un sueño que me gustaría que se cumpliera, una montaña que me gustaría escalar, una misión que me gustaría lograr sería el de poder, con toda mi fuerza de voluntad, tocar una trompeta que pudiera escucharse en cada rincón del mundo, con el fin de exponer este mito y declarar la verdad de que vivir el evangelio brinda gozo y felicidad a nuestras vidas.

Aunque pequeña, a mi manera puedo afirmar que el cuidar a otros con amor, el vencer la adversidad, el disciplinar los deseos y lograr el autodominio hacen que el alma se llene de gozo.

Aquellas almas que afirman sus pies en el camino divino, descubren que no es rocoso y que el campo no es espinoso, sino que cada vuelta que se da en el viaje nos da visión para vencer los desafíos y hace que nuestra felicidad crezca.

Cada realidad adversa, cuando se enfrenta con espíritu emprendedor, nos brinda una nueva comprensión del glorioso Plan de Felicidad.

Si se pudiera cumplir el deseo de mi corazón, desearía que los antiguos mitos de los contenciosos quedasen enterrados y que la verdad florezca.

De una manera u otra Gautama, Mahoma, Moisés, Lehi, José Smith, Jr. y todos aquellos que han recibido revelación de Dios han llegado a conocer y han enseñado que el propósito de la existencia del hombre es tener gozo, y el verdadero gozo viene solo a aquellos que plantan firmemente los pies en el camino que el Salvador marcó claramente, y que hacen de Sus principios eternos una lumbrera diaria.

De igual forma, si dividir es morir, si contender es detener, si odiar es obstaculizar, creo que todo esto cesará solo si todos decidimos vivir según el Plan de Felicidad del Señor.

domingo, 12 de enero de 2014

YO SOY LO QUE DECIDO SER

Robert Frost en su poema " El camino no tomado " nos lleva a la conclusión de que el elegir el camino menos transitado hará toda la diferencia en nuestras vidas. Aunque creo que lo entiendo bien, después de siete décadas y más observando la escasa representación de la humanidad con la cual he tenido la suerte de estar rodeado, los caminos que caminamos en la vida son tan únicos e individuales como las huellas digitales, los copos de nieve y, como nos damos cuenta, las estrellas en el cielo.

No he grabado el cuan a menudo alguien me ha dicho: ' eso es exactamente lo que yo pienso' o 'así es exactamente como yo pienso' o 'así es exactamente como yo hago eso' o ' así es exactamente como yo soy' o 'eso es exactamente en lo que creo'. Muchas veces he pensado, pero nunca lo he expresado con anterioridad, NO, USTED NO LO HACE o NO, TU NO ERES.

Mirando la apariencia exterior, parece que tenemos muchísimo en común, pero así como Samuel fue instruido cuando buscó un rey justo para reemplazar a Saúl, 'el hombre mira la apariencia exterior, pero Jehová mira el corazón'. De hecho, comúnmente compartimos muchas características físicas que al mirar rápidamente parecen tener un gran parecido, pero al examinarlas más minuciosamente, son universalmente únicas en todos los sentidos. Si pudiéramos hacer un examen similar del corazón, la mente y el alma de cada hombre, mi sospecha es que estaríamos tan asombrados como cuando el telescopio Hubble nos mostró las huellas individuales de las estrellas, que parecen tan similares al mirarlas con nuestros miopes ojos
.
Mientras las decisiones que tomamos cada hora, diariamente, semanalmente, mensualmente y anualmente, divergentemente se acumulan a lo largo de nuestras vidas, llegamos a ser cada vez más lo que somos y solamente nosotros somos.

Piense en el sin número de interpretaciones que un examen microscópico de las simples respuestas a las preguntas menos significativas de la vida, con un sólo 'sí' o 'no', revelarían sobre cada uno de nosotros.

¿Hace ejercicio?
¿Sigue una dieta saludable?
¿Es ser rubio realmente más divertido?
¿Vivir en un pequeño pueblo es mejor que vivir en una gran ciudad?

Si por alguna introspección humana fuéramos capaces de examinar el verdadero significado detrás del 'sí' o 'no' de cada uno de los 10.000 encuestados, estoy bastante seguro de que al final del examen encontraríamos 10.000 huellas humanas tan individuales como las impresiones oculares.

¿Entonces qué podríamos esperar encontrar escondido detrás del simple " sí" o "no" si las preguntas fueran más reveladoras?
¿Cree usted en Dios?
¿Es usted una persona íntegra?
¿Es virtuoso?
¿Es honesto?

Creo que las diferencias al significado de 'si' o 'no' de aquellos que respondieron serían astronómicamente asombrosas.

No tengo ninguna duda de que si fuera posible examinar toda la historia humana, realmente entendiendo el significado de cada individuo detrás de su 'sí' o 'no' a las respuestas, sabríamos definitivamente con solo esta prueba, que ninguno de nosotros es igual, ni que tampoco creemos igual.

En el tercer capítulo del hermoso y pequeño libro de Abraham en la Perla de Gran Precio, Abraham recibe el entendimiento de las diferencias que existen en todas las creaciones de Dios. Ya sea hablando de estrellas en el cielo, arenas en el mar o de los espíritus de los hombres, el Señor le dice a Abraham que ninguna de Sus creaciones son iguales.

Dejemos de apresurarnos por utilizar esta vieja artimaña como excusa: ' ah, ja, yo soy de esta manera porque Dios me hizo de esta manera.' Debemos recordar que las guerras eternas han sido peleadas por el principio eterno del Albedrio, que iba a ser dado a los hijos de nuestro Padre Celestial para que ellos y sólo ellos fueran capaces de elegir qué y quiénes serían.

Si va a examinar mi opinión personal sobre esta cuestión, tendría que confesar que creo que esta opción de desarrollo que resultaría en que yo llegara a ser únicamente yo, comenzó mucho antes de que iniciara mi vida mortal, y continuará mucho después de que la tierra caiga sobre mi ataúd.

Creo que durante nuestras supuestas 16 horas diarias, cuando en general estamos despiertos y conscientes, no hay momento en que no estamos en el proceso de desarrollarnos a través de nuestras decisiones. Estaba a punto de escribir 24 horas cada día, pero luego me di cuenta de que sé muy poco sobre las cosas que pasan en el subconsciente y el Ego durante esas renombrados 8 horas de sueño, ni si contribuyen o no a lo que nos estamos convirtiendo.

Yo creo que el don del albedrío es tan eternamente importante que todo el mundo debería estar muy preocupado cuando deciden renunciar a utilizar este regalo por alguna sustancia que altera la mente. Me pregunto cuál será el resultado de los diferentes 'sí' o 'no' a esa pregunta?

También creo que en este proceso infinito del llegar a ser no hay vanas decisiones que no tengan ningún impacto sobre el yo final.

¡LO QUE HE SIDO, LO QUE SOY Y LO QUE ESTOY LLEGANDO A SER ES EL RESULTADO DE MIS DECISIONES!

domingo, 5 de enero de 2014

LOS LABERINTOS DE LA VIDA

Es curioso que cosas muy extrañas y diversas se graben en las mentes. Recientemente, por alguna razón, me quedé pensando en algo que ocurrió hace varias décadas. Recuerdo estar observando a un pequeño niño tratando de resolver su primer laberinto.

Me di cuenta que ponía su lápiz de cera en el inicio, hasta tener un camino de azul oscuro que terminaba una y otra vez en tramos ciegos, hasta que por fin encontró la salida; pero sus esfuerzos por encontrarla habían dejado la hoja como si desde el principio él hubiera intentado colorearla completamente. Cuando llegó su hermano mayor a la habitación, éste comenzó a revelarle los secretos que sus tres años adicionales y un hermano aún mayor le habían enseñado en cuanto a resolver laberintos.


Nunca uses lápices de cera o lapiceros cuando resuelvas laberintos, sino un lápiz con un buen borrador.

Antes de trazar cualquier línea en el laberinto observa el final y usando sólo tus ojos traza tu camino hacia el inicio.

Después, desde el inicio vuelve a trazar el camino hacia la salida usando únicamente tus ojos.

Ahora pon el lápiz al principio y dibuja con un trazo ligero el camino hacia la salida.

Y para que otros piensen que eres realmente brillante ya estás listo para dibujar de un solo trazo el camino desde el inicio al final con cualquier marcador permanente que desees.

Sospecho que nuestras vidas serían completamente diferentes si usáramos la misma fórmula cuando nos enfrentamos al hecho de tomar decisiones. Si nos esforzáramos solo un poco para poder tener un atisbo de la salida hacia la cual nos dirigimos al estar en el inicio de los diversos caminos de nuestras vidas, estoy seguro que seríamos capaces de elegir más sabiamente qué camino seguir.

¿Tomarían el mismo camino aquellos envueltos con sustancias que alteran la mente y destruyen vidas si antes del primer sorbo, tomar la primera pastilla o darle la primera aspirada a esa línea se tomaran el tiempo de ver todos los callejones sin salida, todo el tiempo que se pierde y todo el desorden sin sentido que existiría en su vidas a los que los llevaría ese camino que intentan seguir?

¿Cuántas decisiones en las prácticas educativas serían diferentes si realmente evaluáramos las garabateadas líneas del laberinto que trazamos en nuestras vidas al evadirnos la escuela, pasar el tiempo mirando el reloj, ignorando las tareas y abandonando la escuela? Ya será muy tarde cuando descubramos las limitaciones que hayamos puesto a nuestro progreso y al de nuestras familias.

¿Cuán a menudo cambiaríamos y ajustaríamos el rumbo de las decisiones que hacemos con respecto a cómo usamos nuestros pocos años de mortalidad y los recursos que tenemos a nuestro alcance si evaluáramos los caminos que nos llevarían a evitar hacer esfuerzos vanos en la búsqueda inútil de la olla de oro al final del arcoíris para así poder agregar unos años a nuestra productividad, si tan solo ponemos nuestras casas en orden?

Sin duda, si tuviéramos una mejor vista de a dónde nos conducen ciertas decisiones y los escollos o plataformas en los que se convierten los divergentes caminos que se presentan ante nosotros, esto tendría un efecto dramático en la determinación de nuestro actual curso de acción.

En muchos libros de laberintos el final está marcado con un tesoro que se busca descubrir, de igual forma, el tener la imagen mental del premio que obtendríamos al final del camino de nuestras decisiones sería una gran influencia en cuanto a qué decisiones tomar, o aún, en si deberíamos tomar dichas decisiones.

La persona que cree que el matrimonio es una costumbre anticuada o que ningún matrimonio puede sobrevivir los giros y vueltas que da esta sociedad moderna y que está condenado a recluirse en los aposentos del divorcio seleccionará compañías de una forma muy diferente a la que cree en la eternidad del convenio matrimonial.

Aquel que cree que las personas son como ruedas de un auto que se pueden descartar cuando el tiempo ha desgastado sus aristas y atenuado los surcos tratará a su cónyuge de una forma muy diferente que aquel que ve en el paso del tiempo compartido una razón adicional para amar y apreciar a quien tiene al lado.

Aquel que ve la tumba como el final de toda su existencia tomará diferentes decisiones que aquel que cree que la muerte terrenal solo es el nacimiento a una vida eterna.

A medida que observaba a mi pequeño neófito en laberintos durante las semanas y los meses siguientes después haber sido iluminado por su hermano, lo veía más osado al tomar el lápiz de cera y con poco o ningún planeamiento disfrutaba la aventura de prueba y error con los laberintos. Una observación casual de vez en cuando al niño que se transformaba en hombre me reveló su continuo gozo por los laberintos y con el tiempo pude ver que con lapicero en mano podía fácilmente resolver de inicio a fin el laberinto de manera correcta sin tomar ningún desvío y solo haciendo unas breves pausas para visualizar el camino, pero sin disfrutarlo.

Existen algunos laberintos en la vida en donde el final es menos importante que los diversos caminos que tomamos al pasar por canales desconocidos que nos conducen a ignotas recompensas, y luego de haber llegado, nos damos cuenta que la meta realmente era aprender a lo largo del camino.

Algunas veces encontramos el camino al pasar por un túnel oscuro y luego nos damos cuenta que la fuerza que obtuvimos al ir por allí era más importante que simplemente obviar el túnel.

Algunas otras veces mientras intentamos cruzar con mucho cuidado por los riscos de un lado de la montaña somos capaces de disfrutar de paisajes nunca vistos y de tener experiencias edificantes que nos hubiéramos perdido si hubiésemos permanecido en los caminos bastante transitados del valle que yace abajo.

Algunas veces al continuar por el largo camino, perdiéndonos en callejones y calles de un solo sentido, somos capaces entonces de multiplicar nuestra habilidad para tomar decisiones, lo cual será de gran ayuda al encontrarnos con obstáculos similares en el futuro.

Uno de los gozos que he visto en la vida de este niño que se convirtió en hombre fue el de poder crear laberintos por sí mismo. Estos laberintos eran obras de arte desafiantes que brindaron alegría a generaciones posteriores, quienes se percataron que la dificultad de estos laberintos radicaba en el secreto de empezar por el inicio o por el final.

De manera que, cuando un pajarito te susurre al oído un secreto, no te apresures en aplicar tu nueva fórmula a cada situación, o cuando te conviertas en ese pajarito portador del secreto, no empieces a gorjearlo a todo aquel que se te cruce en el camino.

Porque, al final, todo el trabajo que nos tomemos resolviendo los laberintos de nuestras vidas de principio a fin puede ser lo mejor del camino.