domingo, 30 de diciembre de 2012

UN PRADO SAGRADO

Era una tarde tranquila en lo que siempre había sido un sencillo rincón del campo. En un callado momento se convirtió en un especial lugar del jardín. Ahora, en el santuario de la memoria, seguirá siempre siendo un prado sagrado. Sobre las débiles brisas de la inspiración, vino el entendimiento de las cosas del allí y del entonces.

A través de la extraña separación de la realidad de la visión, era ahora nada más que un espectador de aquello en lo que entonces había participado.

A través de la vaguedad de una esperanzada fe, vislumbré unos Amorosos Padres y un hijo adorado; un Padre, parado cerca a un niño sentado, con manos poderosas puestas sobre la coronilla del joven muchacho, una Madre, esperando ansiosamente escuchar las bendiciones de su Compañero Eterno a su hijos queridos. Las palabras entonces claramente pronunciadas - vienen ahora sólo como impresiones - tal vez algún día nuevamente serán conocidas en su pureza.

"Hijo mio:

- Separarse es un paso esencial para la unión eterna

- Vivir lejos de casa te ayudará a saber el significado de la vida

- La soledad aumentará tu deseo de compañía

Y

- Recordar te ayudará a entender las prioridades

- El buscar un consejo sabio te será recompensado

Tambien como el

- Dar traerá riquezas incalculables

- Los talentos se dan para el beneficio de los demás

- Nuestra ayuda nunca estará más lejos que una sincera lejana llamada."

Entonces solo por un instante, un destello de brillantez llenó la visión, y vi con claridad los dedos de una madre amorosa acariciando la mano temblorosa de su querido hijo. Ahora, incluso las palabras vienen claras y entendibles, aunque viajaron las líneas finas de la red de la visión.

"Hijo mio:

- Aunque tú no puedes entender plenamente, las palabras de tu Padre son habladas con amor y misericordia

- Él sólo desea la más grande de las glorias para ti

- Él ha hecho todo para preparar el camino para tu regreso a casa

Y

- Nunca olvides que mantenerse alejado hasta que seas llamado es esencial para tu crecimiento

- El día llegara cuando te darás cuenta de que te has desviado de las enseñanzas que has recibido en nuestra casa

Entonces

- En esos momentos dolorosos, dirígete a tu Hermano y Él te sanará nuevament.

- Recuerda que nuestro amor por ti es infinito y que te encontrara aún en el más simple rincón del campo.”

Era una tarde tranquila en lo que siempre había sido un sencillo rincón del campo. En un callado momento se convirtió en un lugar especial del jardín. Ahora, en el santuario de la memoria, seguirá siempre siendo un prado sagrado. Sobre las brisas débiles de la inspiración, vino el entendimiento de las cosas del allí y del entonces.

domingo, 23 de diciembre de 2012

SI EL NIÑO JESÚS NO HUBIERA ESTADO EN EL PESEBRE

Esta semana mis pensamientos se han centrado en aquella noche en la que el Salvador del mundo vino y habitó entre los hombres.

¿Te has preguntado alguna vez cuán diferente habría sido la historia del mundo si el niño Jesús no hubiera nacido? ¿Cuán diferente habría sido el mundo en el que vivimos si Jesús nunca hubiera nacido?

¿Te has preguntado cuan diferente sería tu vida si el niño Jesús nunca hubiera nacido?

Aunque mis pensamientos están lejos de ser exhaustivos en este tema de temas, te ofrezco los siguientes pensamientos como un trampolín para ayudarte en tus propias cavilaciones.

Si el niño Jesús no hubiera estado en la pesebre aquella primera noche de Navidad:

No existiría el asombro de la Anunciación ni del milagroso nacimiento que siguió a ella.

No existiría la asombrosa presencia de los Magos ni la maravillosa estrella que ellos siguieron en el cielo oriental y que brilló sobre Belén.

No habría recuerdos de pastores que hubiesen oído cantar a los ángeles cuando cuidaban sus rebaños cerca al arroyo de esa villa bendita

En Belén no existiría una capilla sobre la gruta en dónde el Redentor de la humanidad habría estada envuelto en pañales

No nos maravillaríamos por Aquel que anduvo por las pruebas y desafíos de la vida sin pecado, yendo siempre con firmeza hacia la perfección

No podríamos leer acerca de las más nobles o las peores acciones de los hombres realizadas en Su nombre a través de la historia

No habrían existido discípulos deseosos de vivir como testigos de Su divinidad y dispuestos a morir para poner un sello a esos testimonios

Nunca habría existido una sola alma que expresara agradecimiento por Su expiación, la cual nos abrió las puertas hacia la Vida Eterna.







Si el niño Jesús no hubiera estado en la pesebre aquella primera noche de Navidad:

Las noches de diciembre no estarían llenas de chispa y brillo.

No tendríamos Black Friday, ni Ciber Lunes, ni ir de compras hasta agotarnos.

No veríamos Santas vestidos de rojo, duendes vestidos de verde o juguetes llenando la imaginación de niños de todas las edades.

No tendríamos luminosos árboles decorados con ángeles o estrellas dentro de nuestros hogares.

No pasaríamos tiempo poniendo sobre mantas escenas de la natividad ni horas elaborando villas en miniatura.

No tendríamos recuerdos de largos viajes para estar con nuestras familias y gozar de las delicias preparadas hasta el final del día.

No tendríamos esas noches en vela que dan comienzo a las alegres mañanas en las que nos abalanzamos sobre los regalos y luego meditamos sobre cuán rápido pasó ese alegre momento.

No habría pequeños pastores caminando con largos mantos, ángeles con halos torcidos, ni habría niños que recordasen que alguna vez fueron María o José como lo narra Lucas.

No nos habríamos unido a gozosos oyentes para escuchar los coros de la época que llenan salones con villancicos de todo el mundo.








Si el niño Jesús no hubiera estado en la pesebre aquella primera noche de Navidad:

Mi vida tendría menos significado y propósito, y yo hubiese errado sin una luz que me guíe.

Mis días tendrían más momentos de ansiedad y estrés y menos momentos de paz y felicidad.

Mis sentimientos en cuanto al matrimonio y la familia se habrían alterado dramáticamente y no hubiera llegado a conocer nunca la bendición del amor incondicional.

El razonamiento que me lleva a tomar decisiones hubiese estado fundado en un diferente grupo de valores, por lo tanto, me hubiese llevado a resultados muy diferentes en mi vida.

En mi vida mis temores basados en la incertidumbre hubieran aumentado y mis esperanzas hubieran menguado.

Mi fe en que por medio del Señor Jesucristo la salvación y la resurrección son una realidad no habría podido sostenerme.








He dejado espacio entre las secciones para que, si lo deseas, puedas agregar tus propias cavilaciones sobre cuán diferente hubiera sido tu vida si el niño Jesús no hubiera estado en la pesebre aquella primera noche de Navidad:

Agradecería que me envíes tu respuesta agregando tus ideas.

domingo, 16 de diciembre de 2012

ARMONIA

Hace muchas navidades asistimos a un concierto en la capilla Mount Rose en Reno, Nevada, y en esa oportunidad volví a recordar cuánto disfrutaba de los cánticos tradicionales de la Navidad y de cómo todavía no había aprendido (y, es triste decirlo, todavía no logro) disfrutar de aquellas partes del programa que parecen ser más una experiencia vocal para los cantantes y no de entretenimiento para el público. En esa conferencia en particular escuché por primera vez a Lai Nani Jamieson y a Naomi Buccumbuso cantar a dúo, acompañadas por Mildred Earl.

Realmente no sé si pueda describir lo que escuché aquella noche y en otras ocasiones posteriores, pero lo intentaré desde mi pobre perspectiva musical: de alguna manera parecía que estaban cantándose la una a la otra. Sus voces parecían fundirse y complementarse en cada nota. Esto es a lo que yo llamaría una armonía perfecta. Hubo momentos en los que se les unía Glenna Leukenga, y aun así no se perdía la armonía. Y recuerdo aún las veces en las que Mildred Earl dejaba el piano en manos de otra persona y el grupo se expandían hasta formar un cuarteto que se unía en una maravillosa armonía. Para mí era sorprendente que ninguna de ellas pensara siquiera en destacar con un solo.

Fue de forma natural que durante esta semana de acción de gracias que pasé con mi familia en Reno, Nevada, que yo recordase cuanto me gustaba oír a estas asombrosas mujeres y cuán bien representaban todas las contribuciones que hicieron al mundo los compositores de estas canciones. Sabiendo cómo trabaja mi mente tampoco fue inusual que me encontrase meditando sobre el tema de la armonía y su aplicación en otros aspectos de mi vida.

Durante los primeros días de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se dio mucha atención al principio de la armonía, y afortunadamente se registraron muchos discursos que tocaron este principio. Las escrituras enfocan este tema como uno de los principales desafíos que debemos enfrentar en la vida, y lo refuerzan de muchas maneras.

Recuerdo haber leído que uno de los propósitos de la vida es hacer que nuestro cuerpo físico esté en armonía con nuestro cuerpo espiritual. Enseñé lecciones sobre cómo, debido a que el espíritu ya había elegido seguir el eterno plan del Padre Celestial, el cuerpo mortal tenía que cambiar para complementar lo que el espíritu había logrado, con el fin de alcanzar esta armonía. Sospecho que una de las razones por las que a menudo sentimos tristeza y no llegamos a percibir la felicidad es debido a la lucha interna entre estas dos partes de nuestras almas.

Recuerdo haber leído también que uno de los propósitos del matrimonio es que los hombres y mujeres lleguen a ser uno. He enseñado lecciones en cuanto a que debido a que el hombre y la mujer no son perfectos, si quieren alcanzar la armonía perfecta, tendrán que buscar fuera de su unión modelos a emular. Sospecho que una de las razones por las que a menudo no logramos la unidad es que estamos determinados a defender lo que creemos que es correcto, a pesar de las obvias contradicciones que aparezcan en nuestro razonamiento. El dolor de la separación casi siempre es el resultado de que una o ambas partes son incapaces de encontrar un punto de equilibrio en el que florezca la armonía.

También recuerdo haber leído sobre uno de los propósitos de la Iglesia, el cual es que los miembros de ella lleguen a ser uno, partícipes de una sociedad llamada Sión. Recuerdo aquellas lecciones en la que enseñé sobre las maravillosas, aunque cortas, épocas en las que varios grupos alcanzaron ese armonioso nivel de convivencia. La caída de esas sociedades tipo Sion, las cuáles no duraron mucho, siempre se debió al hecho de que algunos de sus miembros cayeron en la tentación de creer que eran más importantes que el resto del grupo. Por alguna razón la mayoría de nosotros cree que defender nuestro punto de vista es más importante que buscar la armonía en la verdad, en la medida en la que seamos capaces de comprenderla. Por alguna razón continuamos buscando razones para juzgar a nuestros vecinos, en vez de edificarlos y fortalecerlos.

Por alguna razón encontramos más atractivas las falsas soluciones mortales a los problemas que tenemos que las que están plasmadas en el Plan de Felicidad, por lo tanto, continuamos relacionándonos con enojo, desconfianza y odio, convirtiendo nuestros arados en lanzas y enfrentándonos en guerras.

Ya que se acerca la celebración del nacimiento del Salvador, espero con ansias aquellas pocas oportunidades en las que de alguna manera pondremos de lado nuestra mezquindad y dejaremos que resuene la armonía, aunque sea por una breve época.

A medida que conducimos por en medio de aquellos especiales e iluminados vecindarios que parece tener todo pueblo y ciudad, sin nadie yendo a velocidad ni poniendo en peligro la vida de otros, pareciera que fuéramos en una serpenteante y armoniosa caravana de autos. Deambulamos en unidad, disfrutando por un momento del fantástico espectáculo que nos rodea.

Una vez que la locura del “Black Friday*” queda atrás somos testigos de gente que ayuda a sus vecinos con sus paquetes, vemos personas que tienen deferencia con otras en las filas para pagar, y observamos a otros hacer una pausa de sus ideas políticas para hablar sobre temas más agradables.

Nos sorprendemos al ver personas que normalmente están preocupadas por satisfacer sus necesidades de moda, olvidarse de sí mismas por un momento al buscar con diligencia ese obsequio que dará alegría al que lo reciba.

En verdad esta es una época maravillosamente milagrosa, en donde se cantan canciones tradicionales y una parte del mundo se detiene por un momento para acercarse si quiera un poquito en armonía. Pero es triste saber en verdad que esta solo es una época corta, y que los disonantes ruidos del Año Nuevo nos devolverán a las escandalosas peleas que nos mantienen lejos del propósito de nuestra existencia.

(*N. del T: En Estados Unidos se conoce como Viernes Negro [en inglés Black Friday] al día que inaugura la temporada de compras navideñas con significativas rebajas en muchas tiendas minoristas. Es un día después del Día de Acción de Gracias, el cual se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre. Fuente: Wikipedia)

domingo, 9 de diciembre de 2012

EL CAMINO

Lehi, el padre del pueblo cuya historia se relata en el Libro de Mormón, registra en las primeras páginas del Libro de Mormón un sueño revelador sobre un árbol que representa el amor de Dios y el camino que hay que recorrer para llegar al árbol y participar de su fruto. El registro personal de su sueño y el anexo de su hijo Nefi a las declaraciones de su padre, han sido la causa de muchas horas reflexionando en mi mente. (1 Nefi 8, 11)

Una de las cosas sobre las cuales he pasado algún tiempo reflexionando es sobre el camino que conduce al árbol. Lehi y Nefi me han convencido de que no hay sino un solo camino que conduce al árbol donde uno puede comer del impresionante y delicioso fruto que es el Amor de Dios. Sin embargo, estoy igualmente convencido de que todos los que se encuentran en el camino no caminan sobre el al mismo ritmo, o con la misma diligencia, o con las mismas bendiciones, o comparten todos las mismas pruebas, o alcanzan el árbol y participan del fruto durante su viaje mortal.

Permítanme compartir con ustedes algunas de mis reflexiones:

Hay quienes tienen sus pies plantados en el camino durante sus años de formación, que caminan firmemente hacia el árbol con sólo ligeras desviaciones - y eso está bien, y a través de la Misericordia del Señor probarán de su amor - Sin embargo, existe el peligro de que después de probarlo sabrá un poco insípido debido a la facilidad del camino - Todos sabemos que el fruto es más dulce cuando hemos pagado un alto precio para obtenerlo.

Hay quienes tienen sus pies plantados en el camino durante sus años de formación, pero deciden experimentar en otros caminos antes de volver a la ruta , y luego con defectuosos pasos continúan hasta que comen del fruto - y eso está bien, y por la misericordia de el Señor probaran de su Amor - Sin embargo, han tenido que aprender muchas lecciones de una manera difícil y se han negado a sí mismos muchas de las bendiciones que vienen por la obediencia - Habrán momentos durando su vida adulta cuando pensaran en los tiempos perdidos debido a actividades mal aconsejadas, y que si no se hubieran dejado llevar por ellas, habrían acelerado su viaje hacia el delicioso fruto - Es posible que a causa de su dolor el fruto pueda ser de lo más dulce.

Hay quienes tienen sus pies plantados en el camino durante sus años de formación, pero deciden permanentemente irse por la tangente, y por los nublados y embarrados caminos, - y eso está bien, y por la misericordia del Señor algún día podrán probar una porción de Su Amor de maneras que nunca se imaginaron durante la mortalidad - Sin embargo, sus opciones se han distanciado de la pacifica, calmada mano amiga que el Señor continuamente ha extendido a ellos - dejarán la mortalidad ignorando lo delicioso que el fruto hubiera sabido y el gozo que podría haber sido suyo.

Hay a quienes se les ha dado el conocimiento del camino más tarde en sus vidas, y luego andan fielmente dentro de sus límites hasta llegar al árbol y participar del fruto - y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de Su Amor - Sin embargo, habrá momentos de reflexión cuando se preguntan por qué su introducción al camino no vino más temprano en sus vidas - Entonces estarán contentos porque la dulzura del fruto parece por siempre impregnar sus almas.

Hay a quienes se les ha dado el conocimiento del camino más tarde en sus vidas, y luego viajan periódicamente a sus antiguos lugares predilectos antes que finalmente planten firmemente sus pasos en el camino, y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de Su Amor - Sin embargo, pasarán muchos días preguntándose por qué fueron tan tontos al probar de lo amargo, habiendo podido probar lo dulce - Entonces estarán agradecidos de que no se demoraron buscando mundanas pseudo recompensas.

Hay a quienes se les ha dado el conocimiento del camino más tarde en sus vidas, y entonces se alejan desde ahí el resto de su estadía mortal - y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de su amor en formas que nunca alcanzaron durante la mortalidad - Sin embargo, su desviación les traerá sufrimiento donde abrían podido tener sanación, tristeza cuando habrían podido sentido gozo, y obscuridad cuando habrían podido tener la luz - cuando finalmente se les de una porción del fruto, se quedarán deseando el "si sólo hubiera".

Hay quienes conocen el camino, pero encuentran el camino demasiado simple y elegin el camino orgulloso de la sabiduría del mundo - y eso está bien, y por la misericordia del Señor, en 'aquel día' ellos probaran una porción de su Amor - Sin embargo, han desperdiciado sus dias de probación, pensando equivocadamente que la ostentación, el glamour y la gloria del mundo eran el verdadero fruto que debería ser buscado - entonces se llenaran de tristeza y dolor, y buscaran perdón por las rudas y poco amables palabras que arrojaron a aquellos en el camino durante la mortalidad.

Hay quienes pasan sus días mortales sin llegar a conocer el camino - y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de Su Amor - Ellos habrán sufrido mientras deambulaban en cualquier luz que pudieran encontrar, pero cuando son traídos a Su luz, quedarán impresionados por la dulzura del fruto y un torrente de entendimiento les colmara con la rectitud de Su plan durante la mortalidad.

No importa donde nuestras vidas se han dirigido o donde podremos estar ahora, oro para que podamos encontrar el camino y entonces seguir el consejo de Nefi y Moroni.

Y ahora, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no, porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar. Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna. (2 Nefi 31:19, 20).

Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo, para que lleguéis a ser hijos de Dios, para que cuando él aparezca, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es, para que tengamos esta esperanza, para que seamos purificados así como él es puro. Amen. (Moroni 7:48)

domingo, 2 de diciembre de 2012

MAYORDOMIA DE LAS RELACIONES

Había cinco personas en la habitación, ésta consistía de ellos y yo. A pesar de que yo había conocido a estos hombres durante varios años, algunos como colegas, uno como maestro, y hasta uno considerado como un amigo personal y cercano con quien había compartido paralelismos en nuestras carreras.

Rápidamente hicimos una revisión de mi tesis en la cual se hizo evidente que había una brecha entre el conocimiento sobre el tema que yo había adquirido como resultado de una extensiva investigación y el conocimiento limitado que ellos tenían de la breve lectura a mis escritos, y entonces LA PREGUNTA salió! Fue evidente que en el examen oral consultaron uno a otro y decidieron que ésta sería lo que determinaría la aprobación o desaprobación a la defensa de mi tesis y el trabajo en la clase con la que había estado involucrado en los últimos años.

Me había preparado para LA PREGUNTA al familiarizarme con la literatura de la época y con el tema del que yo estaba completamente consciente había prejuicios de ambos lados de la cuestión. Era el tipo de pregunta que el Salvador era tan adepto en devolver a los interrogadores. Yo sabía muy bien que no importaba el lado de la pregunta que yo eligiera, ésta me llevaría a tener que defender en longitud y yo estaría frente 5/1 probabilidades mientras el resultado de mi defensa estaba siendo determinado.

LA PREGUNTA- “ Es la relación que los padres tienen con los hijos una de propiedad?”

Para la mayoría de los padres este problema no causa perturbaciones importantes, solo causa conflictos ocasionales y ajustes a medida que trabajan con las escuelas y gobiernos para resolver los problemas que nuestros hijos puedan tener mientras maniobran a través de los “sistemas” durante su proceso de maduración. Yo sabía muy bien que la jerarquía educativa mira vagamente cualquier filosofía que justifica la relación padre/hijo como una de propietario y propiedad. Yo sabía que las organizaciones gubernamentales consideran que son los últimos determinantes de los derechos de quienes han sido electos para servir. Sólo se necesita la denuncia de un vecino para poner en tela de juicio la relación padre/hijo. Sólo se necesita un testimonio para poner la vida de alguien en el caos.

Felizmente, LA RESPUESTA a LA PREGUNTA que chirrió en silencio de mis labios tímidos fue: esta relación no es cuestión de propiedad pero una de mayordomía. Se dio entonces la oportunidad, sin oposición, para así expandir en el principio de las relaciones de mayordomía. Mientras me deslicé de mi zona de comodidad de maestro del grupo, el interrogatorio disminuyó y cuando hube terminado de explicar lo que yo quería decir con la terminología mayordomía en las relaciones, el interrogatorio cesó y pasamos el resto del tiempo del examen oral charlando como colegas y amigos. De una manera muy interesante el temperamento del salón había cambiado del debate entre ellos y yo a una conversación entre nosotros.

Para mí, el Salvador ha dejado en evidencia que una gran parte de lo que lleguemos a ser y de lo que seremos responsables mientras estemos en este estado probatorio puede ser determinado por la evaluación a la fidelidad y cumplimiento de la mayordomía en nuestras relaciones.

En los capítulos 12 y 16 de su libro, Lucas registra los pensamientos del Salvador sobre mayordomos y sus mayordomías.

El Salvador casi igualmente condena el mayordomo sin preparación. Este mayordomo parece saber lo que se requiere, pero fracasa a causa de una preparación inadecuada e insuficiente. Este fracaso no viene de vacilar pero de no estar preparado. Aquellos que están bajo su dirección no logran sus objetivos porque caminan en la oscuridad sin saber a donde ir ni que hacer.

El mayordomo ignorante encuentra un poco de consuelo, pero todavía tiene que sufrir el ardor de los azotes del Maestro, justificadas por no saber. No se nos dice por que este mayordomo es ignorante de sus funciones, pero los que están bajo su mayordomía han sufrido a causa de sus deficiencias. Es evidente que el Salvador sintió que su ignorancia podría haber sido superada con cierta diligencia personal.

Sólo el mayordomo sabio, quién ha trabajado para estar preparado y es constante y fiel con el cumplimiento de sus responsabilidades tal y como aconseja el Maestro, se encuentra siendo aceptado.

Hubo en otra ocasión mas adelante en nuestras vidas cuando Kathleen y yo nos sentamos en un pequeño cuarto con una persona que nos estaba hacienda una evaluación que impactaría el resto de nuestras vidas de manera inimaginable en aquel momento. Nuevamente surgió UNA PREGUNTA! Esta pregunta no venía de un panel compuesto de profesionales, sino de un sabio mayordomo quién estaba tratando de conocer nuestras capacidades de asumir mayordomía en responsabilidades monumentales.

UNA PREGUNTA - "Si yo fuera a entrevistar a sus hijos qué clase de administradores dirían son sus padres?

Nuestra entre dientes y humilde repuesta debe haber sido algo adecuada, ya que días después recibimos nuestro llamado a servir en una maravillosa tierra nueva que dio lugar a oportunidades de crecer como mayordomos en un viñedo diferente.
Somos hijos de la divinidad. Debemos venerar y agradecer por ser parte de la última finalidad de la obra y gloria de Dios.

Este entendimiento debería alterar la vida y determinar la forma en que manejamos las relaciones de mayordomía.

Tenemos dentro de nosotros atributos embrionarios de la Deidad. Debemos esforzarnos por incrementar al máximo el potencial que se nos ha obsequiado por medio de Nuestros Padres Eternos. Nuestras relaciones de mayordomía pueden ser la base misma sobre la que construimos nuestra existencia eterna.

Cada uno de nosotros es más grandioso y más poderoso de lo que pensamos. Todo lo que tenemos que hacer es llamar el poder de arriba a través de la enseñanza fiel y mayordomía de nuestras relaciones.

Cuando el Salvador declaró que hemos sido creados un poco menos que los ángeles, El no solo estaba declarando nuestra grandeza, que es un derecho Eterno al nacer, pero del potencial de lo que podemos ser. Aunque de ninguna manera lo logremos al salir de esta frágil existencia mortal, tenemos la responsabilidad de convertirnos en todo lo que podemos llegar a ser, mientras somos testigos de amaneceres y puestas de sol asignados.

El Señor nos ha dado suficiente dirección para ayudarnos a cumplir el potencial de nuestras mayordomías mortales.

Debemos buscar con diligencia diaria para ganar una mayor comprensión de su consejo eterno.

El tipo de mayordomo en que nos convirtamos depende en gran medida por nuestro fiel aprendizaje y por actuar como Él lo ha indicado. Dado que la presencia del Maestro en nuestro estado actual se vislumbra a través de un vidrio oscuro, la fidelidad a nuestra mayordomía será juzgada por la diligencia con la que acatamos su consejo mientras estuvimos lejos de su presencia.

A través de ser mayordomos fieles no solo servimos a los habitantes temporales, nosotros también ganamos luz cuando descubrimos diariamente la eternidad nuestra. En efecto, existe un amplio grado de majestuosidad en la fórmula de encontrarnos a nosotros mismos en el servicio de otros mientras cojeamos hacia adelante en la mayordomía de nuestras relaciones con los demás.