domingo, 18 de noviembre de 2012

GRATITUD

Cuando estuvimos en Colombia recibimos la asignación de parte de la presidencia de Área de arrodillarnos y orar con nuestra esposa al irnos a acostar y al levantarnos por la mañana. Ambos teníamos el hábito de hacer nuestras oraciones personales por la mañana y tener “la oración familiar” por la noche. Recuerdo haber pensado en lo interesante que sería traer las oraciones de nuestro fuero interno a la luz con el fin de participar en aquellas más formales ofrendas de gratitud y súplicas por ayuda. Debido a que por nuestra asignación en Colombia teníamos que estar al tanto de la seguridad y el bienestar de varios cientos de jóvenes y jovencitas, así como también inspirarlos para que puedan realizar la importante obra que habían sido llamados a realizar, las oraciones de mi mente, corazón y alma casi llegaron a ser constantes.

Cuando empiezo a pensar en ese día próximo que anualmente apartamos como un día para dar gracias, me viene ese mismo sentimiento de interrumpir una actividad continua con el fin de realizarla formalmente. De alguna manera, el próximo jueves tendré que pasar de mi agradecimiento consciente y subliminal a una demostración externa más formal de gratitud por las muchas cosas por las que me siento agradecido. (Estoy seguro que de alguna manera existe cierta lógica en mis elucubraciones).

En fin, puesto que no creo que mi gratitud por ciertos temas vaya a cambiar este próximo jueves, presento una lista parcial de cosas por las que estoy agradecido todos los días de mi vida.

Estoy agradecido por el constante y creciente testimonio, el cual nació en mí gracias al Espíritu Santo, de que tengo Padres Celestiales que se preocupan por mi progreso y desarrollo durante esta breve estadía mortal.

Estoy agradecido por Jesús el Cristo, quien estuvo dispuesto a pagar el precio que exigía la expiación infinita para que el plan de felicidad, salvación y exaltación surta efecto en la vida de todos aquellos que estén dispuestos a someterse a las condiciones requeridas.

Estoy agradecido por las palabras de los apóstoles y profetas, las cuales se reciben por revelación y se preservan para darnos guía y dirección al instruirnos en cómo debemos conducirnos en nuestro diario caminar.

Estoy agradecido por mi amorosa esposa, quien ha pasado su vida ayudándome en la lucha por llegar a ser lo que necesito ser; por sostenerme sin reservas y apoyarme en mis esfuerzos, y por su naturaleza protectora y maternal.

Estoy agradecido por los amigos y por mis seres queridos, quienes me han rodeado durante mi vida siendo ejemplos y me han hecho recordar los principios y las maneras adecuadas de las relaciones valiosas.

Estoy agradecido por entender la importancia que tienen los roles de padre, madre e hijos y qué papel juegan en nuestro desarrollo y progreso al prepararnos para vivir en familias eternas e infinitas.

Estoy agradecido por un cuerpo que tiene ojos para ver, oídos para oír y miembros que me ayudan a cumplir con mis tareas diarias.

Estoy agradecido cuando escucho que el que estuvo ciego ahora ve, que los sordos ahora pueden oír, y que hay quienes corren y saltan cuando antes no podían.

Estoy agradecido por el abrigo que brindan un hogar y la ropa.

Estoy agradecido cuando ese abrigo que brindan el hogar y la ropa es dado por aquellos que quieren.

Estoy agradecido por la nutrición que da la incesante cornucopia de dones de este fértil planeta.

Estoy agradecido cuando esos dones se comparten y nutren a los hambrientos.

Estoy agradecido por esta era tecnológicamente avanzada en la que tengo el privilegio de vivir, y de cómo ésta, de forma milagrosa, pone frente a mí instantáneamente a amigos lejanos, seres y lugares queridos. (De una manera extraña toda esta cosa del ciber-espacio pareciera darme una pequeña visión de cómo sería ser omnipresente)

Estoy agradecido por la hermosa variedad que bendice este planeta y por las muchas maneras de las que somos capaces de apreciarla. Podemos dar la vuelta al mundo en cuestión de horas. Es más, algunos tienen el privilegio de circunnavegar el planeta en minutos. Visitamos con relativa comodidad lugares que nuestros antepasados no conocían ni imaginaban.

Estoy agradecido por los gobiernos que dan libertad y seguridad a sus ciudadanos creando una atmósfera en la que la gente pueda cumplir con los propósitos de su existencia.

Estoy agradecido por todas las personas cuya naturaleza ha pasado de ser contenciosa, amarga y pleitista a una que busca publicar la paz y amar a sus vecinos.

Estoy agradecido por saber que toda la humanidad comparte un parentesco universal, y que el Padre de todos nosotros nos ha puesto aquí para saber si nos relacionaremos unos con otros de manera amorosa o con odio

Estoy agradecido por que se aparta un día en el que podemos reunirnos con familiares y amigos para recordar cuán agradecidos debemos ser todos los días de nuestras vidas.

Just a few of the wonderful parts of a grateful life!

¡Éstas son pocas cosas de las maravillosas partes que componen una vida agradecida!

domingo, 11 de noviembre de 2012

BAILANDO ALREDEDOR

De pie justo afuera del círculo de bailarines, fui atrapado por una extraña sensación mientras el fuego ceremonial hacia que las sombras se filtraran entre las rocas de la asamblea. Con un audible suspiro sentí llegar tranquilidad a mi alma, mientras las luces del estadio hacían que las sombras se retiraran y ayudaran a aclarar la realidad de las grietas de mi vivida imaginación.

Más tarde me senté solo junto al arroyo errante y contemple mis experiencias con las tradiciones de las tribus en el *pow-wow regional anual. Tuve que preguntarme qué fuerza extraña inspiró primero a los padres a creer que podían resolver sus problemas bailando alrededor de ellos.

*El Pow Wow o Pow-wow es una reunión o encuentro de tribus nativas o pueblos americanos.

Los cultivos dan cabida a una cosecha más abundante al bailar alrededor de las semillas!

La victoria en las guerras estaría asegurada al adornar a los guerreros con armaduras y al bailar con las armas levantadas alrededor de un simulacro de la batalla!

La enfermedad se curaría al ponerse la máscara ceremonial y bailar hasta que los espíritus malignos fuesen expulsados de los afligidos!

No habrían problemas en la vida que no podrían ser aliviados al ceremoniosamente bailar alrededor de ellos.

La "mente culta moderna", mira a estas antiguas prácticas, con un guiño y una sonrisa burlona, desechándolas como primitivas, manteniéndose incrédulos acerca de la relación causa-efecto entre el bailar alrededor de los propios problemas y los consiguientes resultados.

Tal vez nuestra actitud condescendiente no viene al condenar la práctica, sino el desprecio hacia la obsoleta metodología.

Después de todo, ¿no hemos elevado el arte o la ciencia del bailar alrededor de nuestros problemas "más allá de los sueños de nuestros antepasados?

El hombre moderno baila alrededor del fuego del aborto tratando de espantar a los malos espíritus de los embarazos de adolescentes con remedios superficiales como los anticonceptivos administrados libremente y la educación sexual impartida por los ignorantes. Seguimos bailando salvajemente, mientras somos cegados por el fuego de las pasadas indiscreciones personales y el pseudo-realismo, que han arrojado sombras de dudas sobre la capacidad del hombre de ser virtuoso a través del control y el refrenamiento personal.

Los líderes de las naciones se cubren con las reservas de las armas más poderosas y más sofisticadas, investigando los medios para provocar la muerte, la devastación y la destrucción a una escala cada vez mayor, con la esperanza de que su danza interminable asuste sus autoproclamados enemigos de la batalla. Agitados en nuestro baile giramos alrededor impulsados por los deseos incontrolados y desinhibidos, estimulados por la codicia, el poder y el orgullo, habiendo perdido hace mucho tiempo el significado del amor al prójimo.

Nos preparamos para nuestro baile diario pintándonos la cara para cubrir la palidez de la piel enferma. Nos drogamos en un intento por hacer que nuestros cuerpos crean que tienen vitalidad. Ceñimos nuestros cuerpos con ropa fina para que parezca firme. Al girar por siempre en un mismo punto tratarnos de detener los achaques de la carne con remedios artificiales, y que en última instancia sólo se pueden mantener alejados a través de la higiene, la nutrición y el ejercicio.

Hemos estado bailando tanto tiempo sobre las riquezas de las naciones, que ahora el producir una moneda cuesta más que el valor estampado en ella. Nos hemos tambaleado alrededor de las imprentas monetarias, conduciéndonos nosotros mismos tan profundamente en el ataud de la deuda, que los valores impresos en las monedas han perdido su sentido. Al afrontar las consecuencias con cheques sin garantía, hemos bailado lejos de los valores de la prudencia, la paciencia y la abnegación.

Saltamos alegremente agarrados fuertemente a nuestras imperfecciones personales y prioridades equivocadas, manteniendo la esperanza en que la próxima generación hará cada movimiento con precisión y al unísono, habiendo disminuido hace tiempo la eficacia del ejemplo, y degradando nuestras palabras con la exigencia de que aquellos que siguen deben hacer lo que decimos y no lo que hacemos.

De pie, justo fuera del círculo de bailarines, soy atrapado por una extraña sensación mientras el fuego ceremonial hace que las sombras se filtren entre las rocas de la asamblea.

Con un suspiro originado en lo más recóndito de mi alma oro por una porción de entendimiento.

¿Cuándo vamos a dejar nuestro baile ineficaz?

¿Cuándo vamos a retirarnos del círculo sin fin y caminar firmemente hacia las soluciones?

¿Cuándo vamos a salir de las sombras movedizas y andar con confianza en la luz brillante de la verdad?

Cuando vamos a calmar el movimiento inútil y avanzar al ritmo de lo que es correcto?

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada. Porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. (Santiago 1: 5.6.8)

domingo, 4 de noviembre de 2012

MASCARAS

Como dicen, me gustaría tener un centavo -que sea un dólar por lo de la inflación cada vez que escucho a alguien (insertar la palabra apropiada- esposo, esposa, amigo, colega, candidato o la palabra de su elección) decir: " Si lo/la conocieras como lo/la conozco yo". Esta lluvia de comentarios que tratan de decirme de lo que he visto en la persona a la cual se le hizo el comentario, me hace dudar si esa persona es diferente a la persona a la que evidentemente todavía no he conocido.

Afortunadamente Halloween llegó a tiempo para dar una posible solución a mi dilema. Parece ser que aunque todos aceptamos usar máscaras para disfrazar quien en realidad somos y por lo tanto tener licencia para asumir las características de las máscaras, esto se entiende durante esta época fantasmal. Sin embargo, la mayoría de nosotros parece tener máscaras y características que inconscientemente y automáticamente usamos dependiendo del grupo y/o la ocasión con la que estemos envueltos.

Para la mayoría de nosotros el entrenamiento constante de cambiar máscaras o cambiar nuestras personalidades y comportamientos empezó muy temprano y continua a lo largo de nuestras vidas.

Después de haber encontrado consuelo con nuestro digito favorito, aprendimos tempranamente que habría momentos en que al hacer esta actividad sería mal vista cuando gente fuera de nuestra familia inmediata estuviera presente.

Cuando vamos al supermercado sabemos que las largas islas no son pistas de carrera aunque nos encontramos fuera de la casa.

Entrar a la escuela fue un cambio real de máscara. En este lugar uno no podía levantarse ni moverse aunque la dureza de la silla se volvía inaguantable. Se nos requería que hiciéramos exactamente lo que la maestra instruía. Aquellas cosas pequeñas que causaban sonrisas y risotadas en nuestros hogares se volvieron razones para ser llevados a la oficina del director de la escuela.

Durante la adolescencia las máscaras debían ser cambiadas rápidamente si nos encontrábamos con amigos y las volvíamos a cambiar de regreso a casa. Cruelmente tambien descubrimos que algunas máscaras requerían ser cambiadas dependiendo con los amigos que andábamos.

Mientras los cambios de madurez continuaban supimos que las máscaras debían ser cambiadas si estábamos en la iglesia, en un baile, si estuvimos envueltos en actividades deportivas, hablando en público o compartiendo un secreto.

El requisito constante de cambiar máscaras parece no tener fin y nos deja con una pequeña duda porque la mayoría de nosotros sino todos, ocasionalmente resbala y hace algo realmente estúpido en lugar equivocado y en el momento equivocado.
El apóstol Santiago era evidentemente consciente de esta tendencia que compartimos de actuar en diferentes partes, en diferentes lugares y sus escritos parecen indicar que el no pensaba que ésta fuese una característica positiva. Santiago manifestó su prejuicio contra el uso de máscara en las siguientes palabras:

Porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es movida por el viento y echada de una parte a otra. (Santiago 1:6)

El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. (Santiago 1:8)

Sospecho que el mayor peligro que viene de tener un armario lleno de máscaras las cuales cambiamos frecuentemente como tomar un vaso de agua durante el dia, es que siempre existe el peligro de que en algún momento podríamos perder la visión de lo que realmente somos.

Jack Rushton, un hombre maravilloso a quien yo espero siempre me considere su amigo, dice; uno de los mayores regalos que ha recibido fue cuando el Señor le permitió ver, y yo por lo tanto asumo saber, quien realmente es el.

De alguna manera en el magnifico milagro de pasar a través de su infinita expiación el Señor Jesucristo llegó a conocernos más allá de la confusión derivada por el cambio de máscaras y nos permitió conocernos a nosotros mismos.

El Señor dijo una vez a Thomas B. Marsh, yo conozco tu corazón y he escuchado tus oraciones. El Señor incluyó en esta revelación algunos detalles que posiblemente hizo inútil varias de las máscaras en el armario de Thomas o por lo menos el uso de ellas se convirtió en algo tonto.

Lo más interesante para mi fue el consejo que le dio a Thomas después de que Él le revela su amplio conocimiento de que Él sabía quién era. No seas parcial para con ellos, amándolos más que a muchos otros, antes sea tu amor por ellos como por ti mismo; y abunde tu amor por todos los hombres y por todos los que aman mi nombre. (Doctrina y Convenios 112:11)

Mi reflexión sobre las máscaras en mi armario y el consejo del Señor a Thomas, me llevó a creer que el Señor podría estar diciendo-si alguna vez aprendes a amar de verdad a todos vuestros hermanos y hermanas el descartar las máscaras sería el siguiente paso. Es posible que se caigan sin haber tomado otra acción.

Oro y añoro por el dia en que el Señor pueda darme una idea de quien realmente soy. Mientras este entendimiento se desarrolla lentamente, oro para tener la sabiduría de actuar de acuerdo a la revelación y avanzar eliminando esas máscaras las cuales causan tanta confusión mientras me relaciono con los distintos grupos de mi mundo.

Hasta que tenga esta perspectiva eterna espero ser capaz de eliminar algunas de mis mascaras, tratando de que mi amor abunde para todos los hombres.

Qué mundo maravilloso y honesto sería si las máscaras fueran usadas solo durante la temporada de Halloween.