domingo, 24 de mayo de 2015

UNA TIERRA PROMETIDA

No estoy seguro de lo que pasó entre aquí y allá, entre ellos y nosotros. Pero en algún lugar entre las Cañadas de Irlanda, el bosque negro de Alemania, los vastos llanos de África, las alturas brumosas de Asia y la tierra que se extiende desde el mar a la costa, en algún momento entre nuestros bisabuelos adoradores de tierra de las islas de Esmeralda y la tierra bajo el cielo amplio, algo se rompió. Algo se perdió.

Durante milenios nuestros antepasados implacablemente había preservada y había reverenciado sus tierras. Sin embargo, en sólo unos pocos siglos hemos llegado a ser un pueblo que usemos y abusamos nuestra tierra prometida.

Sería difícil señalar una causa para nuestra gran despilfarro de esta hermosa tierra. Tal vez la inmensidad de la tierra fue demasiado para manejar para aquellos cuyos derechos de nacimiento podrían atribuirse a restrictivas islas y montañas valles de restricción. Tal vez, quienes vinieron desde lejos perdían esa partícula de su ADN que durante siglos había causado sus antepasados para reparar, reutilizar y reinventar al tesoro pequeñas cosas eran capaces de acumular. O podría ser que abundancia anula la necesidad de la frugalidad y narcotizadas deseos para conservar lo que parecían ser recursos ilimitados.

Con aparente indiferencia por las enseñanzas de los ancestros y corazones insensibles hacia las generaciones que cosecharán las consecuencias de nuestros residuos insensibles nos llenen nuestros campos y valles fértiles con asfalto y concreto y tratamos de alimentar a una población creciente con las cosechas escasas de laderas rocosas y suelos artificialmente energizados.

Con sólo un leve suspiro, vemos que la deforestación de nuestras montañas mientras trataba de folatos nuestros desiertos áridos con disminución de agua potable.

Propuesta: El pueblo de los Estados Unidos de América en la mayoría de los casos ha manejado mal sus recursos. El positivo (no) no sería una parte de este debate uno elegiría a defender. Sería mucho más fácil para esta declaración para mantenerse con los argumentos negativos (sí); que con la excepción de unos pocos como Theodore Roosevelt y sus secuaces, (ahora que lleven la etiqueta despectiva de 'amantes del árbol) a través de cuyos esfuerzos han llegado a la conservación de parques nacionales, no hemos hecho un buen trabajo.

Además de estos preciados extensiones de tierra que esperemos que se reservará durante milenios, también hay otro rayo de esperanza que, si estamos dispuestos a buscar y descubrir, brilla como un ejemplo simbólico que no estamos totalmente degenerados cuando se trata de honrar y respetar los recursos de esta maravillosa tierra.

Lo y saludo! Puede haber un rayo de esperanza. Puede haber algo que nuestra tierra relleno tiro lejos población tiene y le va muy bien.

En la isla de Oahu, Hawái, con una prominente colina que domina el Pacífico, una zona que seguramente podría ser utilizado para un fantástico condominio, sigue siendo una parcela de tierra hueca aparentemente virgen y principalmente como fue creado por la naturaleza.

En San Diego, California, un hermoso punto de tierra con vistas a la amplia extensión del océano Pacífico azul hermoso encontramos hectáreas conservadas de las palas de los desarrolladores.

En Washington, D.C., podemos visitar una vasta extensión de tierra que ha resistido la tentación o nuestra mentalidad de espacio para oficinas.

¿Qué es lo que ha provocado un cambio abrupto de nuestro apetito aparentemente insaciable poner ni siquiera el más árido de espacios en las ventas bloquear y mantiene estas piezas primo de la propiedad, junto con muchos otros, protegidos de ser ocupadas por edificios de gran altura.

Punch Bowl en Oahu, Point Loma, cerca de San Diego y el War Memorial en Washington, D.C., junto con otras parcelas de suelo sagrado dispersos en esta vasta tierra, anfitrión National Memorial cementerios.

Que estos espacios de elección han sido consagrados es una indicación quizás positiva y apropiada que una chispa de cuidar aún descansa en el alma colectiva sobre la tierra maravillosa donde tenemos el privilegio de vivir.

¡¡Pueden estos espacios siempre dedicados y apartados – como un recordatorio constante – cuan preciosa es esta tierra prometida – menos nos olvidamos, menos nos olvidamos!!

Nunca se debe olvidar que cientos de miles han valorado los principios en que esta nación fue fundada lo suficiente como para dar sus vidas que estos principios pueden ser preservados.

Nunca hay que olvidar que como nación nos encontramos aún en nuestra adolescencia y mientras continúa la maduración que parece ser más constantemente conciencia de nuestra necesidad de cuidar y respetar a cada centímetro de nuestra herencia.

Aunque no debemos olvidar que la guerra es malvada y deja las Naciones con los campos llenados de marcadores de conmemorar la muerte y la destrucción, además no olvidemos que la preservación de la paz y la guarda de la codicia y la dominación por exceso de potencia, muchas veces exige un precio a pagar.

No debemos olvidar que los de otras naciones con quien todos cuota de ancestros comunes, también hemos tenido que distinguen grandes extensiones de terreno donde se honran sus ciudadanos patriotas que dieron sus vidas por sus tierras.

Esperemos que, en todos nuestros recordando, nunca dejaremos en nuestro deseo de eliminar la necesidad adicional de ampliar la preservación del suelo para la internación de valientes seres queridos.

Tal vez, a través de la creciente conciencia de nuestro parentesco universal, prejuicio, la avaricia, odio y todas las otras justificaciones para la guerra pueden acabar con y nuestros esfuerzos se pueden poner en un dominio universal justo sobre este maravilloso mundo en que vivimos.

¡¡Puede olvidar nuestro hermoso planeta – ser un recordatorio constante de la universalidad de la familia humana – menos nos olvidamos, menos nos olvidamos!!

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