domingo, 13 de agosto de 2017

COSAS

¡Otra desilusión impactante!

Bueno, tal vez eso es más que un poco exagerada, pero me hizo tragar un par de veces extras, cuando en una reciente visita nuestro hijo Troy hizo el anuncio que integró al movimiento minimalista.

La razón por lo cual fue una perturbación a mi equilibrio era que Kathleen y forjaron hace mucho tiempo este plan brillante que durante nuestros últimos años de la mortalidad seguro que nuestros hijos y nietos necesitan llevar algunas de nuestras cosas acumuladas con ellos cuando vinieron a visitar. Kathleen había cementado nuestro compromiso con este plan diciendo que cuando murriamos no tendríamos nada sino una caja de cartón en la sala mayor.

Y aquí estaba nuestro hijo Troy, eliminando 1/6 de nuestro plan de distribución. Una decisión que haría cualquier padre envejecimiento tragar saliva varias veces.

No estoy diciendo son miembros del movimiento anti-minimalista, pero cuando nuestra maravillos0 amigo, Peter Cook, viene de visita, nos dice que ama estar en nuestra casa porque se siente como un museo. Estamos agradecidos de que él y nuestro hijo Sean siempre están dispuestos a aliviar nos de cosas cada vez que vienen de sus visitas semestrales. Tal vez si podemos convencerlos visitarnos más a menudo puede rellenar el vacío creado por Troy.

Durante nuestra inspección de termitas que pasa cada tres años, el inspector incluso hizo un comentario acerca de cómo nuestra casa era un reflejo de la historia de nuestras vidas. Parece hemos sido muy obediente a un refrán Boyd K. Packer le gustaba repetir. Úsalo – Llévalo – Desgástalo – O quizás no lo necesita! En los últimos años hemos estado tratando de añadir líneas adicionales a este dicho que puede salir algo así; Si usted no lo necesita – Dar lo alguien – Si nadie lo quiere – Agrégalo a la pila de la caridad – Si está desgastado – Tíralo!

No cabe duda de que nos hemos pasado la mayor parte de nuestras vidas mirando nuestros armarios bien surtidos, lavanderías y despensas preguntando qué hay de nuestra abundancia que sería mejor apagado haciendo sin, sólo se encogen de hombros, cerrar las puertas, sabiendo que algún día probablemente tenemos una necesidad de todo eso.

Incluso con el reciente milenio movimiento minimalista (MMM), sospecho que la gran mayoría de nuestras casas se asemejan a unidades de almacenamiento sin usar cosas porque para alguien es todavía un precioso recuerdo; o algún día alguien conseguirá alrededor de a usa; o fue del alguien proyecto scout o escuela. Debe haber que mucha gente anti-MMM que tienen una inusual cantidad de cosas, porque los negocios de contenedores están surgiendo alrededor de nosotros como setas en un terreno pantanoso.

Toda una generación de arquitectos ha sido necesario diseñar más y más unidades de almacenamiento en tierra cada vez menos. Hemos creado una industria que crea unidades de almacenamiento que podemos poner alrededor de nuestros patios, así cuando nuestros estantes son sobrepasados porque son llenísimos con cosas y necesitamos un lugar para apilarlos.

Nuestros armarios de almacenamiento de información se convierten en tan Fibber Magee-ish (tienes que pedir a alguien que vivió en los días cuando la radio era la principal forma de entretenimiento en los hogares) (si no sabes lo que una radio es pregunta tus abuelos) que deberemos apilar nuestras cosas en nuestros garajes y construir trasteros o utilizar las habitaciones de los niños cuando se mueven hacia fuera.

Aparcar nuestros coches en la calzada o por la calle porque nos hemos llenado los garajes con sofocación de cantidades de cosas estancadas. Entonces cuando la carrocería se compone de más óxido de metal tenemos remolcado a una yarda de la chatarra para terminar disolviendo junto a coches de nuestros vecinos que son aherrumbrando.

Este almacenamiento de cosas no parece restringirse a los hogares porque los gobiernos siguen construyendo edificios cada vez más grandes que protruyan con exceso cosas y aparte más y más parcelas de tierra para almacenar cosas que no caben en esos edificios. Incluso tropecientos computadores no tienen espacio en las nubes que son suficiente para almacenar todas las ideas brillantes y no tan brillantes que estaban en un momento importante a uno de los grupos de interés que colectivamente han invadido nuestro mundo.

No creo que nadie tendría un muy buen argumento si estaban tratando de defender la proposición de que las relaciones son fortificadas por las montañas de cosas bajo lo cual nosotros mismos estamos enterrados.

¿Son nuestras familias más fuertes porque tenemos suficientes televisiones para que todo el mundo pueda ver sus programas favoritos al mismo tiempo?

¿Se fortalecen los lazos de amistad porque somos capaces de ser conectados digitalmente 24/7?

¿Estamos más Unidos como hermanos y hermanas universales porque somos más capaces de rodearnos de cosas?

¿Estamos más aprendidos porque todo el mundo tiene acceso a internet?


Obviamente esta lista es sólo una escasa representación de las cosas que sentimos sin los cuales no podemos existir, pero veo poca evidencia de que la continua acumulación de material en nuestros vertederos es evidencia de nuestro avance en aquellas partes de nuestra vida que son más importantes.

Aunque no he juntado mi hijo Troy en el MMM me encuentro pensando más en la pregunta, ¿qué podemos hacer sin? Mientras que la mayor parte de mi vida la respuesta parece haber sido 'nada', he de tarde he suplicado este pregunta con otra pregunta '¿Qué hay de todas estas cosas realmente necesitamos mantener la vida?' La lista se hace más corta con cada día que pasa.

Estos días la pregunta que realmente me pregunto, '¿cuánto tiempo más disfrutamos nosotros mismos en este clima actual del consumismo constante tenderemos espacio suficiente para permitirnos tomar decisiones acerca de acumular cosas?'

PENSAMIENTOS PARA UN DÍA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY
EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

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