domingo, 28 de noviembre de 2010

DESCUBRIENDO NUESTRO POTENCIAL

Hace algunos años tuvimos el privilegio de visitar uno de los grandes museos del mundo. Mientras deambulaba entre las exposiciones, de vez en cuando halle que mis emociones extrañamente subían y bajaban. Había una sección en particular de la interminable exhibición que me hizo sentir profundamente melancólico, que me hizo sentir como si estuviera llevándome a un abismo de depresión. Fue raro el estar caminando entre algunas de las grandes obras de los siglos y estar dominado con el sentimiento de que también estaba presenciando un testimonio de los intentos inútiles, y a veces medio exitoso de un hombre por presidir sobre este mundo con un dominio apropiado y significativo.


Recuerdo una sección particularmente extensa que contenía, fila tras fila, de instrumentos musicales. Algunos de ellos tenían señales grabadas en cobre que las identificaban como obras de arte traídas a la vida por las manos de raros y talentosos maestros. Los instrumentos silenciosamente descansaban en sus protectoras vitrinas de vidrio como si fueran monumentos a los artesanos que las habían creado.


Mientras deambulaba entre las filas de estos pulidos y brillantes instrumentos vi algunos otras señales grabadas que recordaban a todos los visitantes el mantenerse reverentes y el conversar lo mas mínimo y en voz baja. De repente fui arremetido por el silencio atronador que me rodeaba. Entonces fui arremetido por la grandeza de esta ironía. Allí estaba en medio de un despliegue casi total de los históricos esfuerzos de la humanidad por producir instrumentos de sonidos melodiosos y todo lo que iba sentir era el vacío que puede acompañar el silencio. Asi que muchos violines, trompetas, guitarras y pianos y una correspondiente ausencia total de música!


Muchas veces desde aquel día el ver un violín que permanecía protegido en su caja, o un piano con su cubierta cerrada para proteger las teclas blancas y negras, ha tenido al tendencia de llevarme al recuerdo de aquellos dias deambulando entre las protegidas obras maestras instrumentales. A veces, he sido llevado a un viaje simbólico en mi mente. Veo claramente que mientras puede ser verdad que un violín sin cuerdas, desafinado, sin ser tocado, se puede bien considerar una obra de arte y debería ser preservado y protegido, al final nunca cumplirá su propósito existencial mientras este confiscado a su santuario de cristal. El genio creador nunca podrá ser totalmente apreciado hasta que otro talentoso maestro aplique el arco a la cuerda y erupten melodías encantadoras. Un piano es simplemente un mueble a no ser que las teclas se vean, sean hábilmente presionadas y los martillos toquen las cuerdas en composiciones inteligentemente arregladas. Entonces entendemos que el verdaderamente y maravilloso instrumento fue enmarcado, formado, asamblado, se le pusieron cuerdas y fue afinado por manos bien entrenadas.


Mientras deambulamos por la vida nos encontramos muy a menudo como instrumentos descansando silenciosamente con talentos y dones sin desarrollar, esperando que los descubramos y que los compartamos con la familia, amigos y extraños. Tristemente, los dones personales que se quedan sin usar y guardados dentro, pueden causar caídas en la desesperación. Miramos en el espejo y vemos una imagen reflejada o a través de una ventana, y vemos a un hermano que ha permitido que su potencial se oxide y desaparezca. Nos llega un sentimiento de remordimiento mientras vemos a una hermana cuyos talentos siguen siendo un don recibido, pero en la quietud se mantienen sin desenvolver. Sería maravilloso si la tristeza agudizara los deseos y estimulara los esfuerzos para hacer el trabajo necesario y des encubrir nuestros dones latentes, y de una pequeña manera avivar el ambiente en el que tenemos la bendición de existir. Las lecciones del tiempo han demostrado que es un pájaro raro el que es capaz de apreciar la brillantez de su plumaje mientras se sienta en un tronco en la obscuridad del bosque. Muchas veces necesitamos el toque de la mano del Maestro para sacar a la luz los maravillosos tesoros que permanecen sepultados en nuestras almas. Muchas veces los talentos no alcanzan su potencial por la falta del aplauso de la audiencia quienes han sido los receptores de las recientes reveladas rapsodias. Solo se necesita un poco de meditación para entender que tan solo unos cuantos de nosotros desarrollara plenamente sus dones heredados mientras se sienta en una esquina polvorienta sin la ayuda de influencias celestiales o hombres luchadores. Los instrumentos bien elaborados nunca alcanzaran el propósito de su creación sin las manos cuidadosas que los pulen y los afinan, o manos hábiles que los tocan.


Cada uno de nosotros ha sido bien estructurado por un Artesano Exaltado y Eterno. Por lo tanto nuestro heredado potencial es ilimitado o al menos mucho menos limitado que lo que nuestras terrenales inhibiciones parecen gritarnos. Al igual que todas las demás cosa creadas, necesitamos sumergirnos profundamente hasta que descubramos que 'ese don' que ha sido prometido a todos, y luego perseverar hasta que el don sea descubierto, sea pulido, le sean puestas sus cuerdas y sea afinado.


Mientras añadimos 'nuestra nota' armoniosamente a la sinfonía de nuestra esfera, habrá gozo en las paredes donde nuestro Padre Celestial vive, felicidad en los hogares donde tenemos el privilegio de reunirnos y saludarnos, y tal un vez gozo puro llegara a ser más prominente entre la pueblo.


Todos deberíamos orar para que los recordatorios enviados del cielo lleguen y nos ayuden a entender que somos hijos de la Deidad a quienes se les ha sido dado un don y de que tenemos la responsabilidad de nunca permitir que nuestro don se quede encerrado en silencio, sin nunca haber añadido nuestra trompeta al coro de los cielos.


ESCRITO POR - WILLIAM L.RILEY

EDITADO POR- KATHLEEN W. RILEY

TRADUCIDO POR – FANNY ESPERANZA VEGA STEWART

No hay comentarios:

Publicar un comentario