En un mundo donde cada paso que uno toma parece estar programado desde el amanecer hasta el atardecer, desde el seminario hasta el futbol, estamos perpetuamente propagandizada por las ambiciones de la prensa con su tendencia de acentuar y sensacionalizar las preocupaciones y los errores del mundo; un mundo donde la prensa marcha sobre las esperanzas de las masas asustadas de que un dedo acusador no sea apuntado a algún mal o alguna acción intolerable en la sociedad. No debe ser ninguna sorpresa que la mayoría de nosotros estamos apurados a que conscientemente y de manera consistente expresemos abiertamente nuestra gratitud a medida que luchamos a través de esta confusa y conflictiva era.
"El hombre agradecido ve mucho en este mundo por lo que estar agradecido, y con él el bien supera el mal. El amor vence los celos, y la luz hecha las tinieblas fuera de su vida. El orgullo destruye nuestra gratitud y pone al egoísmo en su lugar. Cuan más feliz seriamos en la presencia de un alma amorosa y agradecida, y cuan cuidadosos debemos ser al cultivarla, por medio de una vida de oración, una actitud agradecida hacia Dios y el hombre." Joseph F. Smith
No fue maravilloso que Franklin D. Roosevelt tomara en su mano un lapicero el día después del Navidad en 1941 y firmo la ley que establecería el cuarto Jueves de Noviembre como el día oficial de la celebración de Acción de Gracias? El día ha sido el estándar para la mayoría de los ciudadanos de los Estados Unidos de América, pero permanecieron algunos que celebraron sus fiestas de la cosecha otros dias. Fue un poco triste que uno de los motivos para tener un solo día de Acción de Gracias fuera la necesidad de estimular la economía. Creo que estos legisladores no tenían ni la más remota idea que el largo fin de semana abriría el calendario para la aparición del 'VIERNES NEGRO'* y su consumo sin control.
*En Estados Unidos se conoce como Viernes Negro (en inglés Black Friday) al día que inaugura la temporada de compras navideñas. Es un día después del día de acción de gracias, el cual se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre. Es llamado Viernes Negro, porque en este día la mayoría de los negocios empiezan a ser en el negro o empiezan a lograr ganancias por el ano.
Con gratitud, ahora tenemos un día cuando podemos parar las presiones de nuestra rutina diaria. Pero entonces aparece el día de la preparación del pavo, las papas, los postres y el ver televisión. Tradicionalmente paramos momentáneamente y mecánicamente para mencionar al menos algo por lo cual estamos agradecidos antes de empezar a comer.
De igual forma, deberíamos estar agradecidos con aquellos que han extendido el Día de Acción de Gracias una temporada, lo que nos da más de un día para dejar de ser uno de los nueve leprosos que no confesaron la mano del Señor por su curación y regresar con el ‘único fiel' para agradecer a la fuente de todas nuestras bendiciones.
Mientras quitamos las brujas gritonas, y las calabazas, y las casas embrujadas, y empezamos a convertir la mesa en un pueblo campestre bendecido con gran abundancia, nos detenemos si solamente para un rato a dar gracias por el pan de cada día que al igual que la vasija bendecida por Eliseo que nunca estuvo vacía, proponiéndonos a añadir en alguna manera al plato vacío de la viuda.
Mientras deambulamos por los pasillos de los supermercados seleccionando una delicia tras otra, podríamos hacer una pausa y agradecer el que tenemos en abundancia y suficiente, suficiente para una generosa ofrenda para los que no tienen nada en lo absoluto.
Mientras el Miércoles en la tarde marcamos tarjeta, pensamos con agradecimiento sobre el banco de trabajo que nos saludara el próximo Lunes, orando de que de alguna manera el camino sea abierto para que otros tengan un empleo que valga la pena.
Mientras viajamos sobre el rio y a través de los bosques damos gracias por la variedad de colores del desierto y el bosque los cuales dan bellezas al panorama terrenal, esperando ser más conscientes de la mayordomía que tenemos todos de ser guardianes de la abundancia y majestuosidad de nuestro planeta.
Mientras amigos y familiares se reúnen alrededor de la mesa expandible damos gracias por cada semblante amable a nuestra vista y nos proponemos de alguna manera aliviar los sufrimientos de aquellas almas solas que no son tan bendecidas.
Mientras nuestros ojos, fascinados por el juego de futbol americano por enésima vez, se empiezan a cerrar, damos gracias por estos tiempos que tenemos para relajarnos y recrearnos, recordando que hay muchos que nunca paran de trabajar por su escasa subsistencia.
Mientras que hacemos un inventario de nuestras peculiaridades personales damos gracias por aquellos que diariamente perdonan nuestras rarezas y extienden sus brazos para abrazarnos y aceptarnos con gran afecto, comprometiéndonos a ser un poco más tolerantes con aquellos que ven el mundo a través de lentes diferentes.
Mientras nos juntamos para adorar, damos gracias por la fe promotora de la magia sinérgica que viene cuando hay incluso algunos reunidos en Su nombre, proponiéndose a amistar e invitar a otros a esta cena espiritual.
Ahora que hemos ampliado nuestra confesión de agradecimiento una temporada, tratemos más diligentemente de ampliar la temporada hacia un ano largo de jubilación. Una jubilación donde diariamente nos encontramos entregados al canto, la oración y los pensamientos silenciosos de alabanzas de gratitud por aquellos que se ha proveído y aquello por lo que deñemos luchar. Vivamos vidas de inagotable gratitud, demostrándola al dar socorro, sustento y simpatía a aquellos que encontramos en necesidad, llegando a ser como el solitario y fiel leproso quien regreso para agradecer, lo verdaderamente agradecidos que estamos.
"El expresar gratitud es cortes y honorable, el promulgar gratitud es generoso y noble, pero el vivir con gratitud siempre en nuestros corazones es tocar el cielo." Thomas S. Monson
ESCRITO POR- WILLIAM L. RILEY
EDITADO POR - KATHLEEN W. RILEY
TRADUCIDO POR – FANNY ESPERANZA VEGA STEWART
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