El entendimiento algunas veces parece más brillante cuando el alma reemplaza a la vista.
La comprensión a veces parece más profunda cuando el silencio reemplaza el sonido.
Los sentimientos a veces parecen más tiernos cuando el corazón reemplaza el sentir.
La comunicación a veces parece más clara cuando el pensamiento reemplaza la palabra.
El sabor parece a veces más dulce cuando la gratitud reemplaza la lengua.
La felicidad a veces parece más sublime cuando tuyo reemplaza a mío.
El beber a veces parece apagar más la sed cuando se reemplaza con el agradecimiento.
El humor a veces parece más divertido cuando herir es reemplazado por honorar.
El valor a veces parece más poderoso cuando todos reemplazan a solo uno.
La bondad a veces parece más genuina cuando el ahora reemplaza el después.
El hogar parece a veces más tibio cuando la cortesía reemplaza la antipatía.
El trabajo a veces parece más productivo cuando la lealtad reemplaza la recompensa.
La crianza de los hijos a veces parece más efectiva cuando la educación reemplaza la disciplina.
La virtud parece a veces más pura cuando Tú reemplaza al yo.
El adorar parece a veces ser más reverente cuando la risa reemplaza la tristeza.
El silencio a veces parece más relajante cuando la soledad reemplaza a la compañía.
La confianza a veces parece más atractiva cuando el orgullo es reemplazado por la humildad.
El conocimiento a veces parece más profundo cuando la revelación reemplaza la lectura.
La vida a veces parece más significativa cuando el dar reemplaza el recibir.
La eternidad a veces parece más cercana cuando el hoy reemplaza el mañana.
domingo, 9 de octubre de 2011
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