domingo, 4 de marzo de 2012

FRUTOS DE NUESTRO TRABAJO (segunda parte)

Un año, mientras caminaba detrás de mi motocultor me preguntaba sobre una las anuales primaveras que vienen y van en el norte de Nevada - y mantenía los ojos pendientes en el monte Peavine - me di cuenta de que la jardinería en el Condado de Washoe comparte muchas características con el principio del perdón. Para empezar, al igual que la jardinería en el área de Reno, si las condiciones no están cuidadosamente seguidas, el perdón puede llegar a ser un ejercicio inútil y muy poco será recogido por nuestros esfuerzos.

Unos pocos pensamientos sobre el recoger un fructífero resultado al practicar el principio del perdón:

Siempre debemos mantener nuestra atención en sintonía con las palabras, el consejo y el ejemplo de nuestro Señor y Redentor - con nuestra mira puesta únicamente en la montaña de Su mensaje, siempre aprendiendo a valorar las sutilezas de sus enseñanzas.

Si unos están solo enfocados en si mismos y son solo sensibles a sus necesidades personales, rara vez tomaran el primer paso esencial y necesario para unir las almas que sucede a medida que reciben las bendiciones que vienen por el verdadero perdón.

Si apaciguar es el único esfuerzo de uno, siempre sensible a las necesidades de otros, podrían encontrarse vaciando constantemente su reserva de fuerza, y ​​nunca se tomaran el tiempo para remplazar los elementos necesarios hasta que, tristemente, un día se encuentran así mismos vacíos e incapaces de perdonar de nuevo.

Si uno encuentra que su vida se ha convertido en un continuo ejercicio de evitar y la excusar, pronto podrían encontrarse escondidos del a veces difícil viaje de la vida, haciendo cada vez menos y menos las actividades que antes disfrutaban.

Como la jardinería, el exitoso practicante del principio del perdón puede encontrar que mientras estaban empleando una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en adquirir el conocimiento del arte de perdonar, habían muchos continuos beneficios como resultado de sus esfuerzos.

Al igual que muchos principios del Evangelio, el perdón exige una concientización diligente que al ser añadida, puede dar como resultado muchos continuos beneficios, dando fruto inesperado, el cual es dulce y deseable.

Si queremos hallar fruto por nuestros esfuerzos al perdonar, nunca debemos cansarnos, nunca confundiendo el acto de perdonar con el propósito de perdonar. No se nos puso aquí para perdonar una sola transgresión, sino para ganar una naturaleza clemente.
El perdón nunca se completa hasta que los corazones no se han reparado y las almas no se han atado de nuevo.

Olvidar nunca se debe confundir con perdonar - aunque el perdón real siempre exigirá una gran cantidad de olvido.

Muchas veces descuidar el proceso del perdón provoca el auto-sufrimiento del alma -, mientras que supuro por una transgresión que puedo innecesariamente y sin cesar sufrir, el que hizo la ofensa ha desaparecido hace mucho tiempo alegremente en su camino.

Al igual que en todos los principios del aprendizaje , esa persona que sinceramente se esfuerza mas grandemente, obtendrá la mayor cosecha.

El presidente Spencer W. Kimball declaró: "A través de los áridos desiertos del odio y la codicia y el resentimiento en el hermoso valle del paraíso, se lee en los periódicos y se escucha constantemente en la televisión que el mundo esta en un 'terrible desorden'. No es verdad '! El mundo es todavía más hermoso. Es el hombre quien está descentrado. El sol aún ilumina el día y da luz y vida a todas las cosas. La luna todavía ilumina la noche. Los océanos siguen dando de comer al mundo y proveyendo transportación. Los ríos siguen drenando la tierra y proporcionando agua para alimentar los cultivos. Incluso los estragos del tiempo no han desprendido la majestuosidad de las montañas. Las flores todavía florecen y los pájaros cantan y los niños aun sonríen y juegan. ¿Lo qué está mal en el mundo lo ha causado el hombre. "

"Se puede lograr. El hombre puede vencerse a sí mismo. El hombre puede superarse. El hombre puede perdonar a todos los que le han ofendido e ir y recibir la paz en esta vida y vida eterna en el mundo venidero. "

Con todas las lecturas y sermones acerca del perdón, eventualmente alguien tiene que cavar la tierra y plantar la semilla - mientras escudriño las escrituras una y otra vez me parece que la carga de ese primer y difícil paso se pone sobre mí.

Si el trabajo de perdonar es dar fruto, soy yo quien tiene que empezar a preparar el terreno para una eventual fructífera cosecha..

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