domingo, 9 de diciembre de 2012

EL CAMINO

Lehi, el padre del pueblo cuya historia se relata en el Libro de Mormón, registra en las primeras páginas del Libro de Mormón un sueño revelador sobre un árbol que representa el amor de Dios y el camino que hay que recorrer para llegar al árbol y participar de su fruto. El registro personal de su sueño y el anexo de su hijo Nefi a las declaraciones de su padre, han sido la causa de muchas horas reflexionando en mi mente. (1 Nefi 8, 11)

Una de las cosas sobre las cuales he pasado algún tiempo reflexionando es sobre el camino que conduce al árbol. Lehi y Nefi me han convencido de que no hay sino un solo camino que conduce al árbol donde uno puede comer del impresionante y delicioso fruto que es el Amor de Dios. Sin embargo, estoy igualmente convencido de que todos los que se encuentran en el camino no caminan sobre el al mismo ritmo, o con la misma diligencia, o con las mismas bendiciones, o comparten todos las mismas pruebas, o alcanzan el árbol y participan del fruto durante su viaje mortal.

Permítanme compartir con ustedes algunas de mis reflexiones:

Hay quienes tienen sus pies plantados en el camino durante sus años de formación, que caminan firmemente hacia el árbol con sólo ligeras desviaciones - y eso está bien, y a través de la Misericordia del Señor probarán de su amor - Sin embargo, existe el peligro de que después de probarlo sabrá un poco insípido debido a la facilidad del camino - Todos sabemos que el fruto es más dulce cuando hemos pagado un alto precio para obtenerlo.

Hay quienes tienen sus pies plantados en el camino durante sus años de formación, pero deciden experimentar en otros caminos antes de volver a la ruta , y luego con defectuosos pasos continúan hasta que comen del fruto - y eso está bien, y por la misericordia de el Señor probaran de su Amor - Sin embargo, han tenido que aprender muchas lecciones de una manera difícil y se han negado a sí mismos muchas de las bendiciones que vienen por la obediencia - Habrán momentos durando su vida adulta cuando pensaran en los tiempos perdidos debido a actividades mal aconsejadas, y que si no se hubieran dejado llevar por ellas, habrían acelerado su viaje hacia el delicioso fruto - Es posible que a causa de su dolor el fruto pueda ser de lo más dulce.

Hay quienes tienen sus pies plantados en el camino durante sus años de formación, pero deciden permanentemente irse por la tangente, y por los nublados y embarrados caminos, - y eso está bien, y por la misericordia del Señor algún día podrán probar una porción de Su Amor de maneras que nunca se imaginaron durante la mortalidad - Sin embargo, sus opciones se han distanciado de la pacifica, calmada mano amiga que el Señor continuamente ha extendido a ellos - dejarán la mortalidad ignorando lo delicioso que el fruto hubiera sabido y el gozo que podría haber sido suyo.

Hay a quienes se les ha dado el conocimiento del camino más tarde en sus vidas, y luego andan fielmente dentro de sus límites hasta llegar al árbol y participar del fruto - y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de Su Amor - Sin embargo, habrá momentos de reflexión cuando se preguntan por qué su introducción al camino no vino más temprano en sus vidas - Entonces estarán contentos porque la dulzura del fruto parece por siempre impregnar sus almas.

Hay a quienes se les ha dado el conocimiento del camino más tarde en sus vidas, y luego viajan periódicamente a sus antiguos lugares predilectos antes que finalmente planten firmemente sus pasos en el camino, y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de Su Amor - Sin embargo, pasarán muchos días preguntándose por qué fueron tan tontos al probar de lo amargo, habiendo podido probar lo dulce - Entonces estarán agradecidos de que no se demoraron buscando mundanas pseudo recompensas.

Hay a quienes se les ha dado el conocimiento del camino más tarde en sus vidas, y entonces se alejan desde ahí el resto de su estadía mortal - y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de su amor en formas que nunca alcanzaron durante la mortalidad - Sin embargo, su desviación les traerá sufrimiento donde abrían podido tener sanación, tristeza cuando habrían podido sentido gozo, y obscuridad cuando habrían podido tener la luz - cuando finalmente se les de una porción del fruto, se quedarán deseando el "si sólo hubiera".

Hay quienes conocen el camino, pero encuentran el camino demasiado simple y elegin el camino orgulloso de la sabiduría del mundo - y eso está bien, y por la misericordia del Señor, en 'aquel día' ellos probaran una porción de su Amor - Sin embargo, han desperdiciado sus dias de probación, pensando equivocadamente que la ostentación, el glamour y la gloria del mundo eran el verdadero fruto que debería ser buscado - entonces se llenaran de tristeza y dolor, y buscaran perdón por las rudas y poco amables palabras que arrojaron a aquellos en el camino durante la mortalidad.

Hay quienes pasan sus días mortales sin llegar a conocer el camino - y eso está bien, y por la misericordia del Señor probaran de Su Amor - Ellos habrán sufrido mientras deambulaban en cualquier luz que pudieran encontrar, pero cuando son traídos a Su luz, quedarán impresionados por la dulzura del fruto y un torrente de entendimiento les colmara con la rectitud de Su plan durante la mortalidad.

No importa donde nuestras vidas se han dirigido o donde podremos estar ahora, oro para que podamos encontrar el camino y entonces seguir el consejo de Nefi y Moroni.

Y ahora, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no, porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar. Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna. (2 Nefi 31:19, 20).

Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo, para que lleguéis a ser hijos de Dios, para que cuando él aparezca, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es, para que tengamos esta esperanza, para que seamos purificados así como él es puro. Amen. (Moroni 7:48)

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