domingo, 3 de noviembre de 2019

HARÉ GUERRA NO MAS, PARA SIEMPRE

Aunque es correcto y popular decir cosas como 'Sólo tenemos una vida que vivir', o 'Sólo vives una vez', mientras repaso mi vida encuentro que durante mi lapso personal de ‘sólo una vez’ de la vida terrenal he vivido en un constante borrón de épocas cambiantes.

Hubo una era de una segunda guerra para poner fin a todas las guerras y un breve período posterior de paz y recuperación necesario para prepararse para el próximo conflicto. Es interesante que mis recuerdos más vívidos de esa época de mi vida estuvieran viendo noticieros sobre la guerra en el cine y golpeando latas planas para el esfuerzo bélico.

Hubo una era de inocencia que incluía una pelea con fiebre reumática y retozando en los parques.

Hubo una época que, cuando estaba pasando, se refería como los días fabulosos, pero más tarde un programa de televisión popularizó el nombre de los días felices y por lo tanto siempre será referido así.

Hubo épocas que se desplazaban dentro y fuera durante todas las épocas que se hacían referencia como días de alta moda o días grandes o algo de pelo.

Hay una era de tecnología que cambia tan rápidamente que el mundo entero tiene prisa por mantenerse al día, pero siempre parece ser un gadget detrás.

No sé cómo sucedió, pero a pesar de que habíamos tenido dos guerras mundiales y de ellos nos enteramos de la tremenda pérdida que viene de la guerra, durante mi vida hubo una era del conflicto coreano, una era de la guerra de Vietnam, la era de la Guerra Fría y una era en curso de operaciones de quedar la paz lo cual se asemeja a las guerras en todos los sentidos de la palabra.


Al releer el capítulo 24 de Alma en El Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo, el pensamiento vino vívidamente a mi mente, de que durante mi vida he vivido en un país que ama la paz, pero parece estar constantemente en guerra. Recuerdo las películas de Red Rider de la época de la televisión, donde Red Rider, justo antes de acabar con la mitad de la población de un condado, proclamaría ‘soy un hombre pacífico’.

A medida que evalúo el efecto que la guerra ha tenido en mí durante mi vida, no hay duda de que lo que estaba pasando durante la guerra de Vietnam me causó un trauma mayor que cualquier otra sangría entre naciones. Tuve amigos que perdieron la vida. Tenía amigos que escaparon de la guerra yendo a Canadá. Tenía amigos que eran firmemente patrióticos. Tenía amigos que se unieron al movimiento anti-guerra. Aunque nunca fui lo que uno llamaría un activista, yo era una mezcla entre ser un patriota y un defensor contra la guerra. Como todavía era miembro de las Reservas del Ejército siendo patriótico tenía que ser parte de mí, pero también había muchos remolcas que me alejaban de adorar la guerra. Como he sido bendecido con una prolongación de mis días, definitivamente he visto el punto de vista de ser anti-guerra convertirse en una posición filosófica más frecuente de mi vida.

Sé que es totalmente posible e incluso popular usar el Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo como texto para
justificar la guerra.

El Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo enseña que la guerra es esencial para la protección de la familia y la religión.

El Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo enseña que dado que el mal existe y su voluntad es que conspiran para destruir a los demás o someterlos, siempre es esencial estar preparado para proteger sus propias tierras y libertades contra esas personas.


¡Sin embargo!

En el mencionado capítulo 24 de Alma, los lamanitas convertidos que habían tomado sobre sí el nombre de Anti-Nefi-Lehitas para arrepentirse de su pasado sediento de sangre, enterraron sus armas en lo profundo de la tierra y juraron no volver a tomar las armas.

El relato de Ammón habla de la prueba de convicción que les alegó poco después de haber enterrado sus armas de guerra. Los lamanitas no convertidos que en su mayoría estaban formados por grupos que en su momento habían sido Nefitas, se acercaron a ellos y fieles a su juramento se inclinaron ante el ejército invasor y antes de que los Lamanitas (anteriormente Nefitas) se cansaban de matarlos, unos 1.005 habían perecieron.

Algunos pasajes importantes de Alma 24.

1 Y aconteció que los amalekitas y los amulonitas y los lamanitas que se hallaban en la tierra de Amulón, y también en la tierra de Helam, y los que estaban en la tierra de Jerusalén, y en resumen, en todas las tierras circunvecinas, que no habían sido convertidos ni habían tomado sobre sí el nombre de Anti-Nefi-Lehi, fueron provocados a ira contra sus hermanos por los amalekitas y los Amulonitas.

6 Y no hubo uno solo de los que se habían convertido al Señor que quisiera tomar las armas contra sus hermanos; ni siquiera preparativos de guerra quisieron hacer; sí, y también su rey les mandó que no lo hicieran.

7 Y estas son las palabras que dirigió al pueblo concerniente al asunto: Doy gracias a mi Dios, amado pueblo mío, porque nuestro gran Dios en su bondad nos ha enviado estos hermanos nuestros, los nefitas, para predicarnos y para convencernos concerniente a las tradiciones de nuestros inicuos padres.

10 Y también le doy gracias a mi Dios, sí, a mi gran Dios, porque nos ha concedido que nos arrepintamos de estas cosas, y también porque nos ha perdonado nuestros muchos pecados y asesinatos que hemos cometido, y ha depurado nuestros corazones de toda culpa, por los méritos de su Hijo.

14 Y el gran Dios ha tenido misericordia de nosotros, y nos ha dado a conocer estas cosas para que no perezcamos; sí, nos ha dado a conocer estas cosas anticipadamente, porque él ama nuestras almas así como ama a nuestros hijos; por consiguiente, en su misericordia nos visita por medio de sus ángeles, para que el plan de salvación nos sea dado a conocer, tanto a nosotros como a las generaciones futuras.

15 ¡Oh cuán misericordioso es nuestro Dios! Y he aquí, ya que nos ha costado tanto lograr que nos sean quitadas nuestras manchas, y que nuestras espadas se vuelvan lustrosas, escondámoslas a fin de que conserven su brillo, como testimonio a nuestro Dios en el día final, el día en que seamos llevados para comparecer ante él para ser juzgados, de que no hemos manchado nuestras espadas en la sangre de nuestros hermanos, desde que él nos comunicó su palabra y nos limpió por ello.

18 E hicieron esto porque, a su modo de ver, era un testimonio a Dios, y también a los hombres, de que nunca más volverían a usar armas para derramar sangre humana; y esto hicieron, prometiendo y haciendo convenio con Dios de que antes que derramar la sangre de sus hermanos, ellos darían sus propias vidas; y antes que privar a un hermano, ellos le darían; y antes que pasar sus días en la ociosidad, trabajarían asiduamente con sus manos.

20 Y sucedió que sus hermanos, los lamanitas, hicieron los preparativos para la guerra, y llegaron a la tierra de Nefi con la intención de destruir al rey y poner a otro en su lugar, y también destruir al pueblo de Anti-Nefi-Lehi en toda la tierra.

21 Ahora bien, cuando los del pueblo vieron que venían contra ellos, salieron a encontrarlos, y se postraron hasta la tierra ante ellos y empezaron a invocar el nombre del Señor; y en esta actitud se hallaban cuando los lamanitas empezaron a caer sobre ellos y a matarlos con la espada.

22 Y así, sin encontrar resistencia alguna, mataron a mil y cinco de ellos; y sabemos que son benditos, porque han ido a morar con su Dios.

24 sí, cuando los lamanitas vieron esto, se abstuvieron de matarlos; y hubo muchos cuyos corazones se habían conmovido dentro de ellos por los de sus hermanos que habían caído por la espada, pues se arrepintieron de lo que habían hecho.

25 Y aconteció que arrojaron al suelo sus armas de guerra y no las quisieron volver a tomar, porque los atormentaban los asesinatos que habían cometido; y se postraron, igual que sus hermanos, confiando en la clemencia de aquellos que tenían las armas alzadas para matarlos.

26 Y sucedió que el número de los que se unieron al pueblo de Dios aquel día fue mayor que el de los que habían sido muertos; y aquellos que habían muerto eran personas justas; por tanto, no tenemos razón para dudar que se salvaron.

27 Y no había un solo hombre inicuo entre los que perecieron; pero hubo más de mil que llegaron al conocimiento de la verdad; así vemos que el Señor obra de muchas amaneras para la salvación de su pueblo.

28 Y la mayoría de los lamanitas que mataron a tantos de sus hermanos eran amalekitas y amulonitas, de los cuales la mayor parte pertenecía a la orden de los nehores.


Para aquellos que creen en las bendiciones de nuestra próxima etapa de la existencia, la pérdida de vida mortal tiene poco significado cuando uno tiene una perspectiva eterna.
Reconozco la singularidad de esta historia, pero me recuerda cuando el Señor dijo que eran los Creadores de Paz los que serían bendecidos.

Aunque el movimiento radical antibélico nunca me sacó de mi patriotismo uniformado, me conmovió, las palabras de Carl Sandberg en su libro El pueblo sí: 'A veces darán una guerra y nadie vendrá.

También es de notar que con todas las justificaciones de la guerra debido a la protección de la familia, el fin de las guerras en El Libro de Mormón Otro Testamento de Jesucristo es la muerte, desolación y destrucción absoluta de una nación.

Parece que Isaías previó un final diferente para la era de los últimos días cuando predijo lo siguiente; Y acontecerá en los postreros días que será establecido el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará acerca de sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos; y forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. (Isaías 2: 2-4)

Al igual que Hin-mah-too-yah-lat-kekt o Hinmatóowyalahtq-it, popularmente conocido como Chief Joseph, Young Joseph, o Joseph the Younger, el gran líder de la banda Wal-lam-wat-kain (Wallowa) de Nez Perce proclamado 'Haré guerra no mas, para siempre', ruego que llegue el día en que los hijos del Padre Celestial Universal llegarán a ser tan convertidos que también iremos y no haremos ninguna guerra, para siempre.


PENSAMIENTOS PARA UN DIA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY

EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

PENSAR + PLANEAR + PREPARAR + HACER + ABRAZOS + PAZ + GOZO + AMOR + INTEGRIDAD + FE + ESPERANZA + CARIDAD = LA VIDA BUENA

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