domingo, 17 de noviembre de 2019

SANTO LLAMAMIENTO DE DIOS

Sólo había leído unas pocas palabras de Ammón en el capítulo 26 del Libro de Alma, donde se regocija ante sus hermanos acerca de la misión milagrosa de la que habían sido parte al traer al Señor a tantos primos Lamanitas, cuando mi mente volvió a las palabras de Alma en el capítulo 13 de su libro.

Y además, hermanos míos, quisiera dirigir vuestros pensamientos hacia la época en que el Señor Dios dio estos mandamientos a sus hijos; y quisiera que os acordaseis de que el Señor Dios ordenó sacerdotes, según su santo orden, que era según el orden de su Hijo, para enseñar estas cosas al pueblo. Y esos sacerdotes fueron ordenados según el orden de su Hijo, de una manera que haría saber al pueblo el modo de esperar anhelosamente a su Hijo para recibir la redención. Y esta es la manera conforme a la cual fueron ordenados, habiendo sido llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios, por causa de su fe excepcional y buenas obras, habiéndoseles concedido primeramente escoger el bien o el mal; por lo que, habiendo escogido el bien y ejercido una fe sumamente grande, son llamados con un santo llamamiento, sí, con ese santo llamamiento que, con una redención preparatoria y de conformidad con ella, se dispuso para tales seres. Y así, por motivo de su fe, han sido llamados a este santo llamamiento, mientras que otros rechazaban el Espíritu de Dios a causa de la dureza de sus corazones y la ceguedad de su mente, cuando de no haber sido por esto, hubieran podido tener tan grande privilegio como sus hermanos.

O en una palabra, al principio se hallaban en la misma posición que sus hermanos; así se preparó este santo llamamiento desde la fundación del mundo para aquellos que no endurecieran sus corazones, haciéndose en la expiación y por medio de la expiación del Hijo Unigénito, que fue preparado; y así son llamados mediante este santo llamamiento y ordenados al sumo sacerdocio del santo orden de Dios, para enseñar sus mandamientos a los hijos de los hombres, para que también entren en su reposo; este sumo sacerdocio era según el orden de su Hijo, el cual orden existía desde la fundación del mundo, o en otras palabras, es sin principio de días ni fin de años, preparado de eternidad en eternidad, según su presciencia de todas las cosas; ahora bien, de esta manera los ordenaban: Eran llamados con un santo llamamiento, y ordenados con una santa ordenanza, y tomaban sobre sí el sumo sacerdocio del santo orden; y este llamamiento, ordenanza y sumo sacerdocio no tienen principio ni fin; por tanto, llegan a ser sumos sacerdotes para siempre, según el orden del Hijo, el Unigénito del Padre, el cual no tiene principio de días ni fin de años, y es lleno de gracia, equidad y verdad. Y así es. Amén.
(Alma 13: 1-9)

Estos versículos nos dan una visión rara y única de nuestro progreso durante nuestro estado preterrenal, cuando los hijos de nuestros Padres Celestiales, como los de Alma, el de Ammón y todos aquellos que se convertirían en los poderosos del ejército de Dios, progresaron hasta el punto de ser ordenado al Santo Sacerdocio y preordenado para bendecir la posteridad de Dios durante la vida terrenal.

Entonces toma sólo un breve momento antes de que uno comience a preguntarse acerca de esa parte velada de su propio progreso eterno y si también habían sido ordenados debido a su progreso personal y al conocimiento previo de Dios para enseñar Sus mandamientos a Sus hijos .

Ahora que he pasado por tantas puertas
Ahora que parece que hay tan pocas puertas sin abrir
Tengo que preguntar – si es en lo que me estoy convirtiendo
Es lo qué me iba a ser?


Un rápido resumen del gozoso relato de Ammón de su misión entre los Lamanitas que se encuentra en el capítulo 26 del Libro de Alma, da una maravillosa lista de representaciones que pueden ser útiles para evaluar el propio cumplimiento de las comisiones ordenadas celestiales.

¿He sido un instrumento en las manos de Dios para traer a miles al redil de Dios?

¿He empujado poderosamente mi hoz todo el día trayendo gavillas a las graneros del Señor?

¿He sacado gavillas que pueden resistir tormentas y vientos y permanecer fuerte?

¿Me he abstenido de jactarme con mi propia fuerza?

¿He entendido que con la ayuda de Dios, puedo hacer todas las cosas que me pide?

¿Está mi corazón lleno de gozo porque me regocijo en mi Dios?

¿Alabo y relaciono en el Señor para siempre?

¿He entendido la imposibilidad de dar demasiada gloria, alabanza y poder a Dios?

¿He entendido el alcance de la misericordia y el longanimidad de Dios hacia los hijos de los hombres?

¿He entendido las bendiciones que provienen del arrepentimiento?

¿He entendido las bendiciones que provienen de la oración continua?

¿He entendido las bendiciones que se obtienen al hacer buenas obras?

¿He entendido las bendiciones de conocer los misterios de Dios que llegan a los que son fieles?

¿Creo que Dios es consciente de cada pueblo?

¿Creo que las entrañas de misericordia de Dios están sobre toda la tierra?

¿Creo que Dios tiene todo poder, toda sabiduría, todo entendimiento y que comprende todas las cosas?


Aunque relativamente pocos de los hijos de nuestros Padres Celestiales han sido preordenados para cumplir obras tan maravillosas como lo hicieron Alma y Ammón y todos los poderosos y grandes que dirigen el ejército de Dios, pero también comprendemos la importancia que el Señor ha dado sobre el ácaro de la viuda.

Se nos recuerdan las maravillosas bendiciones que se prometen a aquellos que trabajan todos sus días y llevan una sola gavilla a los graneros del Señor.

Se nos recuerda que la contribución incluso de aquellos poderosos y grandes no será más que una miseria en comparación con la misión y Expiación del Señor Jesús El Cristo.

Se nos recuerda que en la obra del Señor la fidelidad nunca se mide por el número de gavillas traídas a los graneros del Señor, sino por el esfuerzo que se gastó durante su cosecha.
Se nos recuerda que no existe tal cosa como una menor Llamada Santa de Dios.

Cuando he pasado por esa última puerta mortal
Cuando una vez más me quedo en un hogar más familiar
Me pregunto entonces si me convertí en
Todo lo que me enviaron a convertirme?



PENSAMIENTOS PARA UN DIA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY

EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

PENSAR + PLANEAR + PREPARAR + HACER + ABRAZOS + PAZ + GOZO + AMOR + INTEGRIDAD + FE + ESPERANZA + CARIDAD = LA VIDA BUENA

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