domingo, 26 de diciembre de 2010

UN TIEMPO DE RENOVACION

Mientras la tierra completaba su giro alrededor del sol, era una apacible pradera mes tras mes, un valle hermoso de reposo y soledad donde uno podía ir calmadamente a meditar sobre los misterios de la vida y las eternidades. Mientras los capullos y las frescas hojas empezaban a aparecer, la pradera perdía su tranquilidad mientras los celebrantes se reunían durante esa temporada especial dedicada a la renovación y la re-creación. El valle se convirtió en el centro de actividad y jubilo para los antiguos Griegos quienes se reunían para simbólicamente conmemorar gozosamente el renacer de la vida después de un largo y triste invierno. Muchos de los que se reunían se detenían periódicamente para pensar acerca de los deseos y las esperanzas personales de crecimiento y prosperidad. Mientras que otros, totalmente cautivados por la deslumbrante y vertiginosa atmosfera creada por la música, el baile y los chillidos, trataron de sacar el máximo provecho de estos pocos momentos que les proporcionaban un respiro de la pesadez de las habituales rutinas.


Una de las partes de la Ley dada a los hijos de Israel a través de Moisés, fue la observancia Ano Sabática. El Sábado de anos, un ano de siete, iba a ser un ano de perdón para muchos, un ano para empezar todos nuevamente. Que glorioso ano donde el perdonar y ser perdonado de todas las cargas se convirtió en la solución. Ese antiguo año sabático estaba lleno de gozo mientras las tribus de Israel sentían sus espíritus animados, generando una fuerza renovadora y una refrescante vitalidad mientras el yugo tallado por las malas decisiones, la mala administración o los más astutos, fue quitado de los hombros de cada individuo. El júbilo se extendió de persona a persona, de ciudad a ciudad hasta que lleno toda la nación de Israel con una esperanza que trajo un aumento en la productividad y la prosperidad. El ano Sabática ayudaba a muchos a meditar sobre el cómo administrar mejor sus vidas. Tristemente los más astutos eventualmente encontraron maneras de evitar las pérdidas que llegaban cuando se ponía en libertad a un vecino de la esclavitud y el ano del Jubileo llego a ser otro momento de celebración que había perdido su significado.

Mientras Jesús el Cristo proclamaba las buenas nuevas, se aseguró de que cada individuo se le asegurara el derecho de un nuevo comienzo y renuevo, momentos en que sus seguidores fueran capaces de dejar esas partes de sus vidas que estaban viejas, cansadas y gravosas y reemplazarlas con nuevos, frescos y estimulantes deseos y aspiraciones. Pablo enseno que la ordenanza del bautismo era una forma de sepultura y resurrección, un tiempo en el que los discípulos neófitos tenían la oportunidad de empezar nuevamente como si se hubieran nacido de nuevo, un tiempo en el que las ataduras del pecado y las auto-destructivas practicas podrían ser quitadas, un nacimiento que respira frescura y vitalidad en las vidas libres de las cargas del pasado. El Salvador instituyo los Sacramentos del pan y del vino para que muy frecuentemente sus partidarios pudieran refrescar y renovar este proceso de quitarse las cargas acumuladas y poder caminar suavemente sobre un camino más estrecho, refrescados por haber recordado Él y sus deseos de ser fieles seguidores.

Cada ano, muchos de los habitantes de la tierra llevan a cabo un ritual de renovación que en algunos hogares ha adquirido la dimensión de ser observado obligatoriamente como si tuviera un significado religioso y que se debe hacer para protegerse de los demonios que les podrían traer un ano devastador. Este ritual no es anunciado por una nueva luna, no un nuevo cielo, ni tan siquiera el cambio de vestimenta de la naturaleza. Simplemente miramos a la pared y descubrimos que el calendario está destrozado y usado sin nuevas páginas llenas de dias para nuestro futuro. Lo quitamos y como si todos esos dias en sus páginas no tuvieran significado, lo tiramos y ponemos en su lugar un nuevo calendario lleno con dias donde nuestras vidas evolucionaran o revolverán minuto a minuto. Asi como en la celebración de nuestro nacimiento, hacemos todo lo posible para hacer este cambio de calendario una ocasión trascendental, pero así como en nuestro cumpleaños cuando nos levantamos a la siguiente manana encontramos que la rutina de la vida llena ese día y el próximo y el próximo.

Para algunos que se reunieron en las cañadas de la antigua Grecia, las celebraciones anuales de la primavera llegaron a ser realmente un momento de renovación. Marcando el comienzo de un ano de diligencia y dedicación hasta el logro de sus meditadas resoluciones que avivarían sus vidas y las harían más de lo que ellas habían sido. Otros tontamente irán día tras dias sonando sobre capullos y nuevas hojas anunciando el tiempo cuando ellos nuevamente puedan encontrar un respiro comentario en la pradera.

Aquellos individuos, ciudades o tribus quien estrictamente observaron las leyes del ano Sabática, recogieron los beneficios de una estimulación renovada refrescada y fuerte. Universalmente ellos quitaron las cargas de los hombros de cada uno, empezando una nueva era de vitalidad y prosperidad que se extendió y creció hasta que las malas decisiones, la mala administración y los más astutos edificaron nuevamente las cargas que dificultan el progreso continuo.

Aquellos conversos que dejen sus viejas vidas en las aguas del Bautismo y renueven frecuentemente sus convicciones al participar del Sacramento del pan y del vino y entonces demuestren su devoción al caminar el camino del discipulado, serán renovados, rejuvenecidos y refrescados como si renacieran continuamente a una vida de esperanza sin cargas al abandonar comportamientos destructivos. Regresar a esos viejos caminos de perpetuo orgullo hace que aquellos que una vez se sintieron renovados se sientan viejos y cargados con tristeza y preocupación.

Mientras reemplazamos el calendario del ultimo ano, que ayudo a traer cierto orden a los habitantes de la tierra con la aceptación universal de la regularidad de una semana de 7 dias, al colgar el brillante y nuevo calendario sería bueno completar el ritual al mirar con agradecimiento esas páginas que contienen la riqueza sin explotar de 365 dias. Antes de tirar el calendario roto y usado deberíamos parar por un momento o dos de agradecidos recuerdos por todas las oportunidades y desafíos que experimentabamos mientras tachábamos los dias en sus páginas.

Este 'Nuevo Ano' nos da a todos la oportunidad de examinar nuestras vidas, utilizando el tiempo suficiente recordando con agradecimiento esas experiencias que nos han traído a donde estamos en la vida y estar abierto a esos cambios que aumentaran nuestro nivel de felicidad integral, agarrándonos a eso que es mejor y que avivara nuestras vidas y tirando eso que es malo y que acaba nuestras vidas. El ritual del calendario nos presenta con otro de esos momentos donde tenemos la oportunidad de empezar a deshacernos de hábitos destructivos que por mucho tiempo practicamos, y en su lugar inculcar en nuestras vidas deseos de atributos edificadores.

Que el Señor nos bendiga para que mientras avanzamos a través de nuestras celebraciones individuales de júbilo, encontremos un lugar pacifico donde podamos poner los fundamentos para una vida más feliz, más significativa y más productiva. En la actualidad solo podemos esperar y orar por un tiempo donde el deseo de edificar, construir y fortalecernos unos a otros fluya de persona a persona, de ciudad a ciudad, de nación a nación hasta que edifique, construya y fortalezca este frágil planeta que ocupamos. Seré yo el que tome el primer paso o pasare otro año esperando que algún otro comience el júbilo liberador?

Escrituras: Proverbios 28:20, Alma 4:10, Alma 37:41, Mosiah 1:17, Lucas 16:10, Mateo 25:23, Doctrina Y Convenios 98:12


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