domingo, 11 de septiembre de 2011

COMUNICACIÓN

Cuando me encontraba en la búsqueda de una educación universitaria, algunas de las clases, en mi área principal de estudio, se convirtieron en un trampolín que me llevarían a interesarme a lo largo de mi vida en el área de la comunicación eficaz. Había crecido con la idea de que la comunicación era una cosa muy simple: yo hablo, usted escucha, usted habla, yo escucho, nos entendemos. Se me fue presentada la idea de que en la comunicación era más frecuente el caso de: Yo hablo-usted escucha algo diferente, usted habla-yo oigo algo diferente, no nos entendemos.

Pues resulta que hay un filtro o un espacio que hace que los pensamientos que expreso en palabras sean filtrados por la manera en que yo hablo, por los prejuicios que he desarrollado, el entendimiento que he alcanzado debido a las experiencias personales y mi estado de ánimo emocional actual .Una vez que envíe estas expresiones filtradas en el aire, entonces estas pasan por un segundo filtro o espacio que hace que las palabras que he enviado sean filtradas por la manera en que la audiencia está acostumbrada a escuchar, los prejuicios que hallan desarrollado, el entendimiento que hallan alcanzado debido a sus experiencias personales y su estado de ánimo emocional actual. Este patrón de falta de comunicación puede continuar mientras seguimos conversando.

Salí de las clases preguntándome si toda esta palabrería habría sido una gran pérdida de tiempo. Con el tiempo llegué a creer que los comentarios, que se entienden a medias, eran mejor que el no hablar en lo absoluto. Finalmente llegué a entender que no estamos atrapados en este dilema, pero a través del proceso del desarrollo de adecuadas habilidades comunicativas, podemos superar los problemas que llevan a malentendidos y errores en la comunicación.

Mis ojos se abrieron y me di cuenta de por qué tan a menudo escuchamos comentarios como:

Eso no es todo lo que dije!

¿Por qué no escucha con más atención!

(Después de escuchar a un orador) Eso no es lo que le oí decir!

Yo no he dicho tal cosa!

No puedo creer que el dijo tal cosa!

Felizmente, también fui introducido en estas clases de habilidades que, de aplicarse, podrían ayudar a los participantes a aumentar las posibilidades de ser mejor entendidos durante las conversaciones. Curiosamente, muchas de estas habilidades requieren una participación activa del oyente en vez del orador.

Empatía: fuerte intento por entender de dónde viene la voz del orador y por qué estarían diciendo lo que están diciendo.

Aceptación: Permitir que el orador se sienta cómodo con un tema determinado, sin que sienta amenazado porque otros saben el tema mejor que él.

Franqueza: Tener un deseo interno de mejorar las relaciones con los demás y evitar la conducta radical y destructiva.

Nivelación: La evaluación de la importancia de su participación en esta conversación en particular.

También hay varias cosas que el orador puede hacer para ayudar en el proceso de la comunicación.

Evitar dar demasiada información: Los mortales son capaces de manejar sólo una serie de estresantes conceptos en un período determinado de tiempo. Sería prudente limitar nuestras conversaciones a uno o dos temas.

Hablar en términos específicos en lugar de generalidades: "Usted me tumbó mi gorra" en lugar de "usted es realmente torpe."

Ser vacilante en vez de terminante: "Usted parece indiferente" en lugar de "usted nunca se ha preocupado por mis necesidades."

Informar en lugar de Ordenar: "Yo no había terminado" en lugar de" deje de interrumpir "

Describir sentimientos: "Eso me duele mucho. "Me siento deprimido."

Cuando sea posible, reemplazar palabras hirientes por palabras útiles: "Espero que lleguemos a un entendimiento de este tópico" en vez de " esto es sencillamente estúpido"

La comunicación llevara a mejores relaciones en vez de relaciones disfuncionales, si tanto el hablante como el oyente están más dispuestos a reconocer abiertamente cuando una comunicación eficaz se ha llevado a cabo.

En un mundo donde continuamente nos enfrentamos con informes de discordia y confrontación, en un mundo donde hay tanta discusión, en un mundo donde hay tanta división y disfunción, sería mejor si todos pensáramos un poquito lo que estamos diciendo y escuchando, si juzgáramos las palabras de otros con más tolerancia, si estuviéramos más dispuestos a respetarnos unos a otros y a hablar con palabras amables.

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