domingo, 15 de enero de 2012

ESCOGIENDO EQUIPOS

El verano después de pasar por el tercer grado en American Falls, Idaho, nuestra familia se traslado a Long Beach, California, donde en septiembre de ese año entre a cuarto grado en la escuela primaria Lincoln.

Este cambio traje muchos cambios a mi vida, uno de los cuales fue que, en lugar del patio de recreo de hierba y tierra, el patio de recreo en la escuela primaria Lincoln estaba completamente cubierto de asfalto, con la excepción de una pequeña área cercada reservada para los niños del kínder. En American Falls, incluso las canchas de baloncesto al aire libre habrían sido de tierra con manchas de pasto.

La escuela primaria Lincoln también tenía un programa de actividades por la tarde, dirigida por el Departamento de Recreación de la Ciudad de Long Beach. Pasé la mayor parte de mis tardes disfrutando de las actividades previstas por este programa. De hecho, durante el cuarto año pase mayormente mis dos horas, después de la escuela, jugando a la pelota con una excursión ocasional a otro juego. Nuestros juegos de pelota por la tarde siempre se iniciaban con la laboriosa tarea de elegir a los equipos.

No había manera de que los coordinadores de la actividad pudieran dejar esta tarea a los pateadores ansiosos. Si eran dejados sin supervisión, los 'buenos pateadores "de alguna manera siempre terminaba en el mismo equipo. Cuando el coordinador alineaba a los niños y contaba 1, 2, 1, 2... los "buenos pateadores" siempre de alguna manera quedaban con un "pateador regular" en ambos lados de la línea. (Los malos pateadores siempre se sentaban en las mesas de picnic y hacían manualidades o jugaban juegos de mesa)

Los coordinadores continuamente tenían que crear nuevas formas de elegir los equipos con el fin de tratar de mantener algún tipo de equilibrio competitivo. Con todos sus creativos intentos los "buenos pateadores", incluso el equipo contrario, encontraban una manera de mantener a sus "amigos seguros" no agarrando la pelota o dejándola escapar.

No creo que estas experiencias me cicatrizaron permanentemente o a ninguno de los "pateadores", pero sí sé que a lo largo de mi vida he estado muy consciente de que el fenómeno de la "elección de equipos" existe en casi todas las facetas de nuestras vidas.

Tácito, historiador romano, que en sus Historias hizo una crónica de los tumultuosos tiempos del Imperio durante los años 69 y 70 de nuestra era, dijo: "Cuando un gobernante se vuelve impopular todos sus actos, ya sean buenos o malos, hablan en su contra. "

En el ámbito político encontramos que las estratégicas declaraciones de candidatos que compiten para ganar la nominación de su partido, se convierten en paja que avivara las llamas de la furia que se desatará cuando entran a las elecciones generales. Una vez que se determine un ganador, no importa demasiado si sus decisiones son acertadas o tontas, todos los que quedaron (segundos) cuando la elección se terminó no encuentran nada más que falla en todo lo que es dicho y hecho por el (primero) Si los resultados se revirtieran la negatividad seguiría siendo un constante agobio.

Cuando una vieja unión se disuelve por el divorcio o la separación, los equipos son inmediatamente escogidos por lo general a lo largo de las líneas del ADN común. Desde el momento en que el decreto está escrito, lo bueno o lo malo ya no importan sino las relaciones personales. Amistades de mucho tiempo se terminan y el culpable (el segundo) de repente se convierte en alguien cuya reputación se debe deteriorar y volver turbia, no importa qué tan excelente fue su carácter previamente. En las áreas de debate (el primero) siempre será el ganador.

Los seguidores de las creencias religiosas, que semanalmente leen y escuchan palabras de amor y parentesco común, cuando se enfrentan a una u otra creencia siempre tratarán de estar en lo correcto más que ser justos. En cualquier doctrina en disputa los (primeros) siempre encontraran defectos en las doctrinas y rituales de los (segundos) y viceversa.

Los grupos económicos sociales encuentran que las partes que escogieron con quien rodearse, son tan distintos como la ultima línea de sus declaraciones de impuestos. Los ricos (primeros o segundos) hablan continuamente de los pobres (primeros o segundos) como si fueran todos perezosos e indolentes personas de bajo rendimiento, mientras que los pobres (primeros o segundos) están seguros de que la mayoría de la gente rica (primeros o segundos) tienen lo que tienen por un accidente de nacimiento o porque estaban dispuestos a sacrificar sus principios por el beneficio.

Podríamos seguir citando ejemplos de cómo todos nosotros escogemos equipos dependiendo de las escuelas que hallamos asistido, los equipos deportivos que apoyamos, la belleza relativa de la pigmentación dominante de nuestra piel, la altura de la colina en que vivimos, el país de origen de nuestros antepasados ​​e incluso la exactitud de la edad por la cual pasamos actualmente contrario a la tristeza de los años de otra persona. Parece como si siempre estuviéramos haciendo fila para escoger equipos. Si yo hubiese sido elegido para ser un (primero) Yo casi siempre caminare contrario a su (segundo). Si usted piensa que usted es un (primero) muy a menudo me ve como un (segundo) caminando un camino torcido.

La mayoría de nosotros sonamos con vivir en una sociedad utópica donde siempre viviremos en paz, pero la mayoría de nosotros en secreto sentimos que esto sólo ocurrirá cuando usted deje su lado y haga un esfuerzo por ser más como yo y los míos.

El apóstol Juan en su primera epístola dio el siguiente consejo. "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso: porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto", "Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el mundo que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor "." En esto es perfecto el amor, para que tengáis confianza en el día del juicio. Pues como él es, así somos nosotros en este mundo "(1 Juan 4: 20, 7, 8, 17)

Así que ahí está, poco importa si tu llegas a ser como yo o yo llego a ser como tú, es imprescindible que ambas partes escojamos ser como El.

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