domingo, 8 de enero de 2012

UN ANO NUEVO - UN NUEVO YO (segunda parte)

Lloyd C. Douglas, en su novela Obsesión Magnifica, dio una advertencia a aquellos que han sentido el despertar y el anhelo interno de saltar de la pila de arena y seguir el camino que conduce a uno mejor. "Si la cosa no te ha agarrado un poco por ahora – no pienses más en ella - sin embargo, si seriamente deseas continuar, permítame aconsejarle que usted quedará asido por la obsesión: Una vez que lo haya tocado, nunca querrá dejarlo ir – si su temperamento es de aquel que exige la auto-indulgencia para mantenerse feliz y confiado para hacer su trabajo – y muchas personas de inestimable valor son tan confiadas que no pueden evitarlo, así como una persona alta no puede evitar ser alta – déjela en paz y siga su camino. Porque si usted hace una incursión en esto, está atado: Pondrá una hipoteca en todo lo que piensas que tienes y se apropiara del tiempo que usted preferiría usarlo para sí mismo – es muy cara – se llevó a un hombre que lo descubrió a la cruz, a la edad de treinta y tres anos. "

Me parece interesante, que a pesar de que la literatura de los siglos ha proliferado con doctrina nueva y eterna que trae paz, alegría y felicidad a todos los que lo abrazan, cada generación parece glorificarse en la necesidad de reconstruir y redefinir el uso de todas los herramienta en el galpón.

Los secretos más grandes de la felicidad no están enterrados bajo montañas de arena, pero están libremente disponibles en las páginas del Torá, se exponen en el Corán, se encuentran en los dichos de Confucio, se desbordan en las enseñanzas del Dalai Lama y llenan los versículos de la Biblia. Sin embargo, a través de todas las generaciones del tiempo, parece que hay relativamente sólo unos pocos que están dispuestos a pagar el precio para realmente hacer estas verdades universales, que conducen al gozo, una realidad en sus vidas.

Muchos han tratado de describir los principios de las verdades eternas que tienen el poder de quitar a los hombres de la inestabilidad de las arenas movedizas de la vida y plantarlos sobre los cimientos de las eternidades. Sin embargo, aquel al que millones de personas han proclamado como el Maestro, es el que mejor expresa el llamado a la revolución en estas palabras: "Aquel que pierda su vida sin duda la hallará."

De alguna manera tengo que dejar esa parte de mí que exige que todo en el hogar se base en hacer mi vida digna de un rey, y convertirme en uno que busca la felicidad y la realización de aquellos que tengo el privilegio de llamar familia.

De alguna manera tengo que dejar esa parte de mí que sólo se siente realizada cuando escucho gritos y susurros de adulación y elogios, y convertirme en uno que busca levantar las cabezas agachadas y fortalecer los brazos debilitados.

De alguna manera tengo que dejar esa parte de mí que sólo encuentra satisfacción cuando veo mi propia montaña de arena crecen más, y tratar de convertirme en aquel que encuentra una manera para que mi vecino en problemas pueda tener unos pocos granos agregados a su escaso monton.

De alguna manera debo dejar esa parte de mí que sólo se siente realizada cuando tengo el cetro y cuando mis palabras son la ley, y convertirme en uno que encuentra palabras de sabiduría que salen de los labios de los niños más pequeños.

Los pocos afortunados que siguen el consejo del Salvador, que descubren que su verdadera vida depende del sacrificio de si mismo, descubrirán que el verdadero gozo en la vida nunca viene luchando por ser el 'Rey de la cima', sino que proviene al buscar el camino que conduce al "Reino de los Cielos."

Espero que este año cada uno se agarre a esa obsesión – y nunca la deje ir – quedando atado por la maravillosa excursión – asido por la obsesión magnífica.

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