domingo, 6 de enero de 2013

AHORA

Recuerdo que hubo un tiempo cuando medi mi vida en terminos de horas mientras me sentaba en la escuela y me preguntaba porque el minutero en el reloj de pared tomaba una eternidad para marcar el próximo minuto, o porque la campana que terminaba el recreo pasaba rapidamente despues de la la campana de salida de clase.

Recuerdo que hubo un tiempo cuando medí mi vida en términos de dias mientras deseaba ansiosamente el manana para pasarlo con amigos y que así pronto pasara el tedio del hoy, o desear que el hoy jamás terminara por el temor a anticipar las actividades prometidas del manana.

Recuerdo que hubo un tiempo cuando medí mi vida en términos de semanas mientras el ciclo de trabajar dias y fines de semana corrían viciosamente y sin final masticando pedazos de vida.

Recuerdo que hubo un tiempo cuando yo medí mi vida en términos de semestres donde los nervios de conocer nuevos estudiantes fue seguida prontamente por las voces quebrantadas “Hasta Vernos otra Vez.”

Recuerdo que hubo un tiempo cuando yo medí mi vida en términos de anos donde yo revisaba el calendario para mirar cuantos anos mas dominarían las actividades de mi vida despertando rápidamente y darme cuenta que los anos esperados se derritieron como la nieve del invierno.

Mis reflexiones actuales sobre el tiempo me han llevado a hacer un estudio superficial de los calendarios y los intentos del hombre para medir el tiempo.

A los babilonios se les acredita a menudo con la fabricación de los primeros intentos de poner un poco de orden en la medida de los dias. Ellos establecieron la semana la cual consistía de siete dias ya que así podían cuadrar cuatro de esas semanas dentro de los meses lunares. Por supuesto ellos incluyeron varios festivos (donde varios dioses fueron honrados) dentro de su calendario para hacer ajustes y cuadrar el ano solar. Una de las cosas que me gusta del calendario babilónico es que cada ano nuevo empezaba con el equinoccio vernal. Eso parece un tiempo más lógico, que tener resoluciones renovadas en la mitad del invierno.

Las tribus de Israel se les dieron una medida de tiempo por mandamiento divino, que consistía en semanas consecutivas de seis días de trabajo seguidos por un día dedicado a la adoración y acción de gracias. Me parece interesante que durante muchos siglos fueron capaces de sobrevivir bien sin tener que preocuparse por tratar de hacer esta serie continua de semana y ajustarse a los ciclos de la luna o el sol. Después de su estancia entre los egipcios el concepto de años solares se añadió, había descansos programados regulares donde los seis días de trabajo y un día de adoración se interrumpieron con segmentos de tiempo apartados en una fórmula de múltiplos de siete, cuando eran para honrar al único Dios verdadero durante los días de júbilo.

Hubo otros intentos realizados para regular las actividades de la humanidad en unidades de 10 y hasta de 60 unidades. Siempre había un día para apaciguar a los dioses y los días de saltar o ajustar a la 0.25 de un día del calendario el cual no coordinó con el sol. Incluso hubo un momento en que 10 días enteros se han omitido para compensar los años en que el salto no se había hecho.

El calendario Juliano que es la fuente de medición de tiempo para la mayoría del mundo hoy en día se introdujo en 45 BCE. Aunque se han producido ajustes a este calendario se ha mantenido al mundo algo coordinado desde hace más de dos milenios.

Cuando miro hacia atrás para recordar este momento de mi vida lo recordare como un momento en que el tiempo tenía menos y menos influencia de lo que era importante para mí en la vida. Por supuesto que hay eventos programados cuando es importante estar en ciertos lugares a determinadas horas, pero voy a mirar hacia atrás y ver que la mayoría de mis horas, días, meses y años eran prácticamente ocupados con actividades en las que yo elegí participar.

Cuando todo se haya dicho, habrá solo una medida de tiempo real es el ahora. Este momento pronto se habrá indo y nunca voy a tenerlo de nuevo.

El no recordar el ayer o soñar con el mañana puede ayudar a lograr lo que se necesita hacer ahora.
Sin embargo, si podemos hacer del ahora mas agradable y significativo recodando y sonando, entonces quizás eso es lo que necesitamos hacer ahora.

Hay a horas que sólo tienen significado por los recuerdos acumulados.

Hay Mañanas Que sólo sé lograrán a causa de los sueños de Ahora.

Sin embargo elijo usar mí ahora y que se haga de tal modo que no minimice mis ayeres.

Sin embargo elijo usar mi ahora y que sea en cierta manera que algún dia lo recuerde con afición.

Sin embargo elijo usar mi ahora y dejarlo ser el cimiento de mis sueños por realizar.

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