domingo, 21 de abril de 2013

POR ESTAS COSAS Y MAS ESTOY AGRADECIDO (10)

Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: Podéis sentir esto ahora? (Libro de Mormón- Alma 5:26)

En días en que estamos plagados con influencias abrumadoras que nos impulsan a aceptar tan solo gratificaciones y satisfacciones inmediatas, en las que el rey falso nos ha engañado con la creencia de que las tareas que implican lucha, desafío y exigen resistencia deben ser rechazadas y evitadas, somos propensos a preguntarnos si al estar dispuestos a ceder a sus susurros diabólicos es una parte eterna de nuestro maquillaje o si se trata de una tendencia causada por nuestros espíritus vivir en tabernáculos de carne.

En su maravilloso discurso inspirado en el quinto capítulo de su libro, nos recuerda Alma que el camino es largo, a menudo empinado y rocoso, y que no debemos cansarnos y desmayar, si queremos lograr la meta. El Habla en términos absolutos, que nos deja saber que el esfuerzo a medias nos dejará muy lejos del premio.

En el mundo actual a menudo se nos alaba después de poner adelante un buen intento, aun sabiendo que hemos quedado muy por debajo de nuestras posibilidades potenciales. Nos deprimimos y cansamos antes de que las energías de nuestro cuerpo se hayan agotado, sólo para recibir la palmadita perpetua en la espalda y palabras de haberlo hecho bien. Evitamos trazarnos experiencias que expandan nuestra vida debido a la posibilidad de fracaso, obteniendo garantías de que llegará el día cuando sentiremos más el deseo de llegar allí.

Las palabras del Señor expresadas por Alma proponen una imagen muy diferente de lo que se espera de nosotros y lo que deberíamos tener como meta ante nosotros.

UN CAMBIO DE CORAZÓN QUE CONTINUAMENTE ME HACE CANTAR LA CANCION DEL AMOR QUE REDIME SE PRODUCE CUANDO YO:

Han suficientemente conservado en la memoria todo lo que el Señor a través de su sufrimiento, la misericordia y longanimidad ha hecho por nuestra salvación,

Espiritualmente hemos nacido de Dios y recibido su imagen en nuestro rostro,

Tenemos suficiente fe en la redención a través de la expiación para ver este cuerpo mortal levantado en inmortalidad,

Hemos purificado el corazón, limpiado las manos y lavado nuestros vestidos lo suficiente para sentarnos con Abraham, Isaac y Jacob en la eternidad,

Hemos llegado a un punto en el camino sin mancha delante de Dios,

Nos hemos convertido lo suficientemente humilde,

Nos hemos despojado del orgullo,

Nos hemos despojado de la envidia,

Hemos dejado de perseguir a nuestros hermanos.

La Lista de Alma está lejos de ser exhaustiva, pero suficientemente larga para hacernos saber que tenemos millas que recorrer antes de que podamos llegar a estar satisfechos con el recorrido o desmayemos junto al camino.

Neal A. Maxwell indicó, poco antes de ir a su próxima misión en el mundo espiritual, que ninguno de nosotros completará todo lo que tenemos que hacer antes de salir de esta existencia frágil. Él también nos dio con su ejemplo que este conocimiento no nos da la excusa de reducir nuestros esfuerzos hasta que salga el último aliento.

A medida que nuestras madres nos enseñaron, que la vida es dura para el astillero, pero un juego de niños por la pulgada. Y a pesar que las advertencias de Alma parecen de enormes proporciones y difícil, como dijo el niño: “Voy hacer lo mejor de mi” y “mañana lo haré “más” mejor”.

Alma termina su discurso recordando que no caminamos solos, pero el buen pastor os llama d y si escucháis su voz Él nos llevará a su redil, porque somos sus ovejas.

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