domingo, 13 de abril de 2014

PUNTO DE VISTA

Parecía ser su banca y sólo suya. El anciano con cara envejecida en su mayoría cubierta por su barba desigual, estaba en la banca frente al Rio Verde cada vez que pasábamos para comprar un pasaje para cruzar el río en una canoa. Es curioso las cosas que uno recuerda de hace tiempo, pero costaba veinte centavos cruzar el rio de ida y otros veinte de regreso.

Al principio nuestras conversaciones con él no eran mucho más que el como esta, buenos días y buenas tardes, pero a medida que pasaron los días empezamos a ampliar nuestras conversaciones hasta por fin descubrir mucho más sobre nuestro querido y arrugado amigo.

'No, él no dormía en la banca.'

‘Sí, sí tenía una choza donde vivía con un hijo y su familia.’

'Le encantaba venir y ver los jinetes descender de la montaña con bolsitas de productos para comerciar en el mercado, y luego verlos retirarse de nuevo a la montaña mientras el anochecer se acercaba.'

'Sí, él vivió una vez en la montaña y viajaba semanalmente a las orillas del Río Verde con sus propias bolsitas de productos, con la esperanza de que ganaría lo suficiente para reemplazar los dos veintes que le costaba el cruzar el río, y un poco más para las necesidades de su familia.’

'Le encantaba la vista de arriba de la montaña que fue su casa durante tantos años, pero añoraba la vista que disfrutaba en los días pasados, cuando miraba como abajo en el valle las curvas del camino traían su belleza a la vista para disfrutar sus destellos. Hubo entonces momentos cuando tomaba un breve descanso de su viaje hacia o desde el valle solo para disfrutar de la maravilla y la magnificencia del hermoso valle.'

Adelantándonos unos 55 años más tarde cuando nuestro nieto CJ visitó ese mismo valle, las vistas que el experimentó fueron muy diferentes que las de mi viejo amigo quien se sentaba en el banco de la plaza, e incluso diferentes a las vistas que yo había visto cuando no era más que un muchacho.

Los senderos polvorientos vistos hace mucho tiempo por mi viejo amigo, fueron sustituidos en mi juventud por una pavimentada carretera de dos carriles que atraviesa la ciudad, y hace poco atraviesa una ciudad más grande y más ocupada con unos pocos caminos polvorientos que CJ vio.

Mi querido amigo ha vivido en una choza de paredes de bambú con piso de tierra. Yo vivía en una casa estable con pisos de cemento y agua fría. CJ disfruto de muchas comodidades más modernas que nunca fueron imaginadas por mi amigo sentado en la banca cuando no era más que un muchacho.

Mi viejo amigo había atravesado el río, mientras yo apenas era salpicado mientras montaba en una piragua. Si CJ tenía la necesidad de cruzar el río, podría hacerlo fácilmente caminando o cabalgando por el puente moderno que ahora se extiende por el Río Verde.

Hay tantos eventos y filosofías en la vida que alteran nuestro punto de vista dependiendo de las diferencias de tiempo, lugares, religiones, nacionalidades, educación, condición social, etc.

Al leer las reacciones a las decisiones políticas o las indecisiones que los dirigentes están o no están haciendo, es obvio que el punto de vista de cada cual está enmarcado en función de las diferencias mencionadas.

Del mismo modo, las creencias que tenemos acerca de la guerra, la inmigración, los impuestos, la salud y muchas otras políticas que se están realizando, afectarán a múltiples generaciones siendo determinadas por los factores de nuestro entorno individual.

Incluso cosas tales como la legalidad de las decisiones se alterarán de acuerdo con las influencias que tienen y que la hacen únicamente influyentes.

En general, los juicios acerca de los niveles de fanatismo de las prácticas religiosas de otros no parecen ser hereditarias, pero a menudo provienen de las influencias de las personas que predican las prácticas de tolerancia y amor.

Curiosamente, el nivel económico de una persona es considerado como un resultado de la suerte, la herencia, la pereza, la codicia o una multitud de otros factores dependiendo de las circunstancias actuales en que uno se encuentre a sí mismo en la sociedad.

Sin machacar el tema, estaríamos en apuros para encontrar un punto de vista que tengamos, que no sea el resultado del donde nacimos y los puntos de vista que se expresaron a medida que avanzábamos hacia nuestro presente y temporal tiempo y lugar.

Asi como mi maravilloso y viejo amigo, si estamos dispuestos a abrir los ojos y mirar al alrededor, encontraremos belleza ya sea que estemos mirando hacia arriba para ver la montaña, o que estemos mirando hacia abajo para ver la belleza del valle.

La próxima vez que estemos a punto de menoscabar en voz alta el punto de vista de otro, tal vez sería mejor si nos detenemos a examinar y a valorar dónde están y que trajo a cada uno de nosotros a este punto. Y entonces tal vez, sólo tal vez, podríamos tener un poco más de comprensión y compasión por lo que son y lo que piensan en este momento de su viaje eterno.

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