domingo, 12 de febrero de 2017

EL VERDADERO DÍA DE AMOR Y AMISTAD

Durante los años de mi juventud, mientras estábamos viviendo en Long Beach, California, tuve mi primer trabajo como paperboy para el Long Beach Press Telegram. (Sospecho que paperboy ya no es un término políticamente correcto y hoy probablemente usaríamos a nombre correcto de papel para evitar mostrar sesgo sexual). De todas formas, cuando estaba entregando periódicos, mi ruta me tomó por la tienda de chocolates de la See’s. En aquellos días hacían los chocolates en la ventana delantera de la tienda y siempre era un placer para detener un rato y ver en días en que era antes de lo previsto en mis entregas.

Uno de mis momentos favoritos del año para ir por la tienda estaba alrededor de día de San Valentín. Las cajas eran diversión a mirar, a pesar de que esto era antes el corazón en forma de cajas para San Valentín comenzado a rivalizar con sombreros de las mujeres en el Derby de Kentucky. Fue especialmente emocionante saber que había ganado suficiente dinero para poder comprar una cajetilla o dos para aquellos que fueron más significativas en mi vida en aquellos días.
Cometí un error terrible el primero Valentín después que conocí el amor de mi vida, Kathleen Wootton, cuando escribí un poema muy innecesario, que quedara sin ser realizado. Aparte este muy mal gesto, siempre he acariciado la idea de tener un día dedicado a expresar y sentir la importancia de tener amor por alguien.

Cuando Kathleen y yo estábamos sirviendo en Colombia en nuestra misión nos sorprendió deliciosamente descubrir que en ese país dedican todo un mes celebrando Amor y Amistad. Era como tener un mes entero para apreciar las maravillosas vistas en la ventana del almacén de chocolates. Nunca llegué cansado de personas expresando sus sentimientos de amor y amistad a nosotros y a los demás. Fue maravilloso. Puede sólo por un minuto cierre los ojos e imaginar lo que sería como tratar de ser más agradable a los demás durante un mes entero y deleitarse en la sensación como que correspondido.

El Salvador intentó ayudarnos a entender que éste es el evangelio en su sentido más simple cuando le dijo a los abogados que la suma del Evangelio podría ser expresada por las palabras de amar al Señor y a nuestros vecinos. Luego, en caso de que no había recibido el mensaje, nos dio su mandamiento último que fuimos a amaros unos a otros como él nos ha amado.

No se necesita mucho tiempo pensando para llegar a la comprensión de que él no significó para que nosotros amarnos unos a otros en un día fijado aparte cada año. Un breve momento de tiempo de silencio también nos deja en el entendimiento de que él no significó para que nosotros amarnos unos a otros 1/12 de cada año. La conclusión vendrá pronto como creemos sus palabras que fue significado para que expresar, sentir y demostrar amor 24/7/365.

En algún lugar en lo más recóndito de mi mente recuerdo haber aprendido acerca de la ley del boomerang. Se aplica a cosas positivas y negativas. Tales como, la forma más rápida de recibir un puñetazo en la nariz es golpear a alguien en la nariz o la forma más rápida de recibir una tarjeta de Navidad es enviar uno. (Obviamente ese ejemplo enseñaba a mí antes de que fueron perforación de narices por ninguna razón en absoluto y correo electrónico y Face Book había reemplazado a tarjetas de Navidad.) Sin embargo, creo que el principio del boomerang es muy aplicable a recibir amor de otros. Si este es nuestro deseo debemos ser haciendo la obra del Señor de amarlos.

También durante me vida, me introdujo el principio del amor incondicional que puede ser expresado más simplemente por decir; no tiene nada que ver con lo que nadie hace a o para mí, pero todo lo que hago o para otro. Debo convertirme en un ser amoroso, que ama a otras personas independientemente de su filosofía de vida, país de origen o de maquillaje de la DNA. Para obtener el atributo de amor incondicional, yo debo ser tratando de amar incondicionalmente a cada momento de cada día. Medida a lo largo de la ruta de obtención de este Cristo como característica empiezo a entender lo que el Salvador quiso decir cuando él enseñó la caridad (el amor puro de Cristo) fue el más grande de todos los atributos.

Por tanto, debe haber fe; y si debe haber fe, también debe haber esperanza; y si debe haber esperanza, debe haber caridad también. Y a menos que tengáis caridad, de ningún modo seréis salvos en el reino de Dios; ni seréis salvos en el reino de Dios si no tenéis fe; ni tampoco, si no tenéis esperanza.
(Moroni 10: 20-21)

¿Y, qué es lo que habéis de esperar? He aquí, os digo que debéis tener esperanza, por medio de la Expiación de Cristo y el poder de su resurrección, en que seréis levantados a vida eterna, y esto por causa de vuestra fe en él, de acuerdo con la promesa.

De manera que si un hombre tiene fe, es necesario que tenga esperanza; porque sin fe no puede haber esperanza. Y además, he aquí os digo que el hombre no puede tener fe ni esperanza, a menos que sea manso y humilde de corazón. Porque si no, su fe y su esperanza son vanas, porque nadie es aceptable a Dios sino los mansos y humildes de corazón; y si un hombre es manso y humilde de corazón, y confiesa por el poder del Espíritu Santo que Jesús es el Cristo, es menester que tenga caridad; porque si no tiene caridad, no es nada; por tanto, es necesario que tenga caridad.

Y la caridad es sufrida y es benigna, y no tiene envidia, ni se envanece
, no busca lo suyo, no se irrita fácilmente, no piensa el mal, no se regocija en la iniquidad, sino se regocija en la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Por tanto, amados hermanos míos, si no tenéis caridad, no sois nada, porque la caridad nunca deja de ser. Allegaos, pues, a la caridad, que es mayor que todo, porque todas las cosas han de perecer; pero la caridad es el amor puro de Cristo, y permanece para siempre; y a quien la posea en el postrer día, le irá bien.

Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo; para que lleguéis a ser hijos de Dios; para que cuando él aparezca, seamos semejantes a él, porque lo veremos tal como es; para que tengamos esta esperanza; para que seamos purificados así como él es puro. Amén.
(Moroni 7:41-48)

He encontrado el desafío de atar a mi alma el amor puro de Cristo para ser largo y difícil, pero en esos días cuando llega a ser especialmente desafiante, vaya en mi mente y mirar a través de esa ventana en el frente de tienda de golosinas de la See’s o recorrer las calles de Bogotá, en la visión y me encuentro haciendo corrección de curso hacia amar a los demás como él los ama.

PENSAMIENTOS PARA UN DÍA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY
EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

No hay comentarios:

Publicar un comentario