domingo, 25 de noviembre de 2018

SIEMPRE DEJARLOS QUERIENDO 2

Si usted no ha leído el Pensamiento para el 18 de noviembre de 2018, le sugiero que tome tiempo antes de leer este Pensamiento para que no parece que me he metido en este Pensamiento sin una introducción adecuada.

Ahora que has leído o tal vez revisado el Pensamiento de la semana pasada voy a proceder con las pocas palabras preciosas de Jacob que, como muchos de los portavoces del Señor, nos deja queriendo más.

Siento una necesidad especial de reforzar el consejo para tratar de que nuestra sed se apague aún más de las Aguas Vivas después de beber de las palabras reveladoras de Jacob.

Mas la palabra de Dios me agobia a causa de vuestros delitos más graves. Porque he aquí, dice el Señor: Este pueblo empieza a aumentar en la iniquidad; no entiende las Escrituras, porque trata de justificar sus fornicaciones, a causa de lo que se escribió acerca de David y su hijo Salomón. He aquí, David y Salomón en verdad tuvieron muchas esposas y concubinas, cosa que para mí fue abominable, dice el Señor…

Por tanto, hermanos míos, oídme y escuchad la palabra del Señor: Pues entre vosotros ningún hombre tendrá sino una esposa; y concubina no tendrá ninguna; porque yo, el Señor Dios, me deleito en la castidad de las mujeres. Y las fornicaciones son una abominación para mí; así dice el Señor de los Ejércitos… Porque si yo quiero levantar posteridad para mí, dice el Señor de los Ejércitos, lo mandaré a mi pueblo; de lo contrario, mi pueblo obedecerá estas cosas. Porque yo, el Señor, he visto el dolor y he oído el lamento de las hijas de mi pueblo en la tierra de Jerusalén; sí, y en todas las tierras de mi pueblo, a causa de las iniquidades y abominaciones de sus maridos. Y no permitiré, dice el Señor de los Ejércitos, que el clamor de las bellas hijas de este pueblo, que he conducido fuera de la tierra de Jerusalén, ascienda a mí contra los varones de mi pueblo, dice el Señor de los Ejércitos.
(Jacob 2:23-32)

Dos pensamientos inmediatamente vinieron a mi mente mientras leía estos versículos. Primero, cuando el Señor retira una práctica de los hijos del Padre, también retira los principios y doctrinas que asisten a esa práctica. Por lo tanto, ninguno de nosotros debe ser perturbado cuando nos encontramos cortos en la comprensión o la condena ignorante de la práctica de los sacrificios en el Antiguo Testamento. De la misma manera, necesitamos aceptar nuestra falta de comprensión y a veces comentarios mal informados sobre la práctica de las esposas plurales puesto que el Señor ha retirado la práctica y con ella la comprensión de los principios y doctrinas por los cuales fue gobernado.

En segundo lugar, en cuanto a ese crimen más burdo, que Jacob compara como peor que los males que asisten al orgullo, parece que la condenación de la maldad y la abominación de los hombres que de alguna manera disminuirían la pureza y la equidad de una hija de Dios está a los ojos de él Padre es un delito mucho peor.

Soy golpeado con el Amor Sempiterno que el Padre Celestial tiene Su Compañera Eterna y la santidad elevada involucrada con el acto de procreación que Él ha otorgado a Sus hijos mortales.

Me sorprende la importancia que Él pone en su relación con la Madre Celestial y la tutela fiel que espera de Sus hijos e hijas para salvaguardar el atributo eterno de la creación con el que les ha encomendado.

Mas he aquí que yo, Jacob, quisiera dirigirme a vosotros, los que sois puros de corazón. Confiad en Dios con mentes firmes, y orad a él con suma fe, y él os consolará en vuestras aflicciones, y abogará por vuestra causa, y hará que la justicia descienda sobre los que buscan vuestra destrucción. ¡Oh todos vosotros que sois de corazón puro, levantad vuestra cabeza y recibid la placentera palabra de Dios, y deleitaos en su amor!; pues podéis hacerlo para siempre, si vuestras mentes son firmes. (Jacob 3:1, 2)

Jacob parece dejar poco espacio para la varianza de quien busca venir al Padre a través de Su hijo Jesús el Cristo. Sin embargo, estoy abrumado con el sentimiento al leer sus palabras, que este poderoso cambio, como Benjamin más tarde se refiere a él, es como nos han enseñado durante la dispensación de la plenitud de los tiempos, un proceso y no un acontecimiento. Durante mis últimos días, también he sido abrumado con la proposición de que habrá muchos pasos a cumplir en este viaje cuando la parte mortal corto de la misma termina.

Estoy casi inmediatamente dejado para sostener la amonestación de Jacobs como el objetivo que debemos tener continuamente ante nosotros y que siempre debemos estar activos en nuestro deseo de obtenerlo y que nunca debemos permitir que nada nos desanime en seguir persiguiendo obtenerlo.

¡Oh hermanos míos, escuchad mis palabras; estimulad las facultades de vuestras almas; sacudíos para que despertéis del sueño de la muerte; y libraos de los sufrimientos del infierno para que no lleguéis a ser ángeles del diablo, para ser echados en ese lago de fuego y azufre que es la segunda muerte!
(Jacob 3:11)

Nunca puede haber suficiente escuchando, estimulando, sacudiendo, despertando y aflojando sobre los esfuerzos de la persona caída. Constantemente permanecemos en la necesidad de recordar diariamente su continuo deseo de despojarnos de nuestra Agencia y evitar que procuremos ser parte del cumplimiento de la obra y la gloria del Padre Celestial.

Por tanto, escudriñamos los profetas, y tenemos muchas revelaciones y el espíritu de profecía; y teniendo todos estos testimonios, logramos una esperanza, y nuestra fe se vuelve inquebrantable, al grado de que verdaderamente podemos mandar en el nombre de Jesús, y los árboles mismos nos obedecen, o los montes, o las olas del mar. No obstante, el Señor Dios nos manifiesta nuestra debilidad para que sepamos que es por su gracia y sus grandes condescendencias para con los hijos de los hombres por las que tenemos poder para hacer estas cosas.

¡He aquí, grandes y maravillosas son las obras del Señor! ¡Cuán inescrutables son las profundidades de sus misterios; y es imposible que el hombre descubra todos sus caminos! Y nadie hay que conozca sus sendas a menos que le sean reveladas; por tanto, no despreciéis, hermanos, las revelaciones de Dios. Pues he aquí, por el poder de su palabra el hombre apareció sobre la faz de la tierra, la cual fue creada por el poder de su palabra. Por tanto, si Dios pudo hablar, y el mundo fue; y habló, y el hombre fue creado, ¿por qué, pues, no ha de poder mandar la tierra o la obra de sus manos sobre su superficie, según su voluntad y placer?

Por tanto, hermanos, no procuréis aconsejar al Señor, antes bien aceptad el consejo de su mano. Porque he aquí, vosotros mismos sabéis que él aconseja con sabiduría, con justicia y con gran misericordia sobre todas sus obras… He aquí, mis hermanos, el que profetizare, profetice al entendimiento de los hombres; porque el Espíritu habla la verdad, y no miente. Por tanto, habla de las cosas como realmente son, y de las cosas como realmente serán; así que estas cosas nos son manifestadas claramente para la salvación de nuestras almas. Mas he aquí, nosotros no somos los únicos testigos de estas cosas; porque Dios las declaró también a los profetas de la antigüedad.

Pero he aquí, los judíos fueron un pueblo de dura cerviz; y despreciaron las palabras de claridad, y mataron a los profetas, y procuraron cosas que no podían entender. Por tanto, a causa de su ceguedad, la cual vino por traspasar lo señalado, es menester que caigan; porque Dios les ha quitado su claridad y les ha entregado muchas cosas que no pueden entender, porque así lo desearon; y porque así lo desearon, Dios lo ha hecho, a fin de que tropiecen.

Y ahora el Espíritu me impulsa a mí, Jacob, a profetizar, porque percibo por las indicaciones del Espíritu que hay en mí, que a causa del tropiezo de los judíos, ellos rechazarán la roca sobre la cual podrían edificar y tener fundamento seguro. Mas he aquí que esta roca, según las Escrituras, llegará a ser el grande, y el último, y el único y seguro fundamento sobre el cual los judíos podrán edificar.
(Jacob 4:6-16)

Encuentro gran instrucción en estas palabras de Jacob, que me ilustran por qué puedo fallar demasiado a menudo en tener las Fuentes de las Aguas Vivas fluyen incesantemente a mi mente.

A menudo no reconozco cómo falto estar en la comprensión y el conocimiento.

A menudo no reconozco la inmensidad del abismo entre las cosas que yo percibo que son y como realmente son.

Yo fracaso miserablemente en mi deseo de saber todas las cosas, cuando el cumplimiento de ese deseo nunca fue pensado para ser parte de nuestro pasaje terrenal, sino que fuimos enviados a vagar por las nubes y el sol para aumentar en nuestra capacidad de caminar por la fe.

Predico el Mormonismo Zen o la necesidad de limitar mis pensamientos y obras al ahora, pero debido a que a menudo miro más allá de la marca, el pensamiento sobre el desconocido de mañana me impide completar las asignaciones de hoy.

Incluso después de la bendición de haber tenido interacciones con e instrucciones del Espíritu Santo, agradezco las palabras de Jacob que me han permitido recordar la disponibilidad de un consejo de lo alto.

¡¡Quizás por esta razón Él NOS DEJO QUERIENDO MAS!!


PENSAMENTOS PARA UN DIA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY

EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

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