domingo, 23 de agosto de 2009

TODOS TENEMOS UN PADRE COMO ESE

Sin duda necesitaría una máquina del tiempo o acceso ilimitado a los archivos televisivos de los programas de corte familiar de los 50's. A falta de ambos recursos la mayoría de ustedes tendrán que creer en mi palabra cuando digo que hubo un tiempo en el que la norma en la mayoría de series de televisión semanales era que había familias completas con un padre que tomaba las decisiones apropiadas para resolver cualquier crisis que confrontara la familia. Era asombroso ver como en media hora la ruina inminente se transformaba en una gozosa reunión.

Ahora, muchos años después se nos ha adoctrinado en la filosofía del cinismo, la que nos da la sofisticada comprensión de que esos guiones eran muy maquinados y de lejos no representaban lo que realmente ocurría en las familias. De hecho, hemos llegado a ser adoctrinados para concluir que aquellas irreales presentaciones de la época de "Papá lo sabe todo" probablemente estaban teniendo un efecto perjudicial en esa generación y tendrían ese efecto en las posteriores generaciones que saldrían de ella. Que aquellas soluciones rápidas y sin esfuerzo a los problemas familiares eran pura fantasía, así que necesitábamos crecer y ver las cosas como realmente son.

Sé que los años nos han vuelto a todos pesimistas como para creer o tener la esperanza en la expectativa de que un padre terrenal pueda ser o se convierta en una fuente interminable de sabiduría y de puntos de vista capaces de resolver todos y cada uno de los problemas. También sé que lo que estamos consumiendo ahora de manera constante en cuanto a las familias y los padres está de igual forma lejos de lo que realmente es o lo que debiera ser.

Toda esta inexactitud mundana debería motivarnos con mayor fuerza a ver al Padre Verdadero, quien de hecho sabe que es lo mejor; el Padre Verdadero que con seguridad tiene la solución a todos los problemas y las crisis de la vida. El Padre Verdadero quien está constantemente consciente de los problemas de Sus hijos y por lo tanto envía permanentemente soluciones instructivas por medio de Sus profetas. Cuan a menudo estos mensajeros enviados por el Padre Verdadero deben sentarse y sacudir sus cabezas siendo testigos de las frustraciones y las depresiones de Sus hijos, sabiendo que si siguiéramos el consejo de nuestro amoroso y cuidadoso Padre la vida podría se mucho mejor y hallaríamos gozo en nuestras vidas.

Hace mucho tiempo en los días de Daniel los hombres alteraban su capacidad para resolver los problemas por el uso demasiado frecuente del vino y de las bebidas alcohólicas. Por medio de Daniel y sus compañeros se nos mostró que la abstención de estas sustancias le ayudaba a uno a pensar y ver las indicaciones correctas que deberían seguirse. Es asombroso contemplar cuanto dolor en el alma y cuanto daño podría haberse evitado o eliminado si los habitantes del mundo hubieran prestado oído a esta admonición enviada por el Padre Verdadero.

Las canciones de los Salmistas resuenan con la verdad de que los hombres deberían ser tardos para la ira y prontos para la comprensión y aún milenios después somos prontos para la ira y tardos para entender. Ellos nos amonestan en rima que el perdón debería ser un ejercicio mucho más frecuente que la venganza, y aún siglos después todavía buscamos rápidamente la venganza y rara vez perdonamos verdaderamente a otros. Está más allá de nuestra capacidad el imaginar las relaciones armoniosas y los pesares del alma que se hubieran evitado como resultado de haber permitido que las palabras de estos salmos aniden en nuestras almas.

A medida que leemos las Sagradas Escrituras observamos que versículo tras versículo se nos arenga con la admonición de evitar éstos dos monstruos: el Orgullo y la Codicia. Pero aún continuamos poniendo tropiezos en el camino hacia la felicidad de los otros mientras competimos incansablemente por fama y dinero. ¿Cuándo aprenderemos a tener control sobre estos deseos y así reducir las condiciones que incentivan los altercados, las querellas y las guerras?

Tristemente el mundo nunca conocerá como podría haber sido el que las generaciones pasadas hubieran prestado oído al consejo del Padre Verdadero enviado a Sus hijos por medio de los escritos de Sus siervos. Solo podemos imaginar como podría haber sido el que Sus hijos hubiesen estado deseosos de usar Sus formulas eternamente comprobadas para los padres y las familias, en vez de perseguir la insignificante pero comercializable intención de ser un falso Salomón.

¿Es posible que todavía pueda haber una generación lo suficientemente sabia para comprender que aunque los problemas de la vida son continuos e interminables, éstos solo se resolverán con la ayuda de Aquel cuyo conocimiento es Eterno? Estén tranquilos, mediten y escuchen la voz delicada y apacible de la Divinidad que habla claramente a sus almas. ¿No escuchan y no entienden que en verdad les sería de utilidad buscar las palabras de la Sabiduría Eterna que viene a ustedes del Padre Verdadero quien realmente sabe que es lo mejor?

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