domingo, 2 de agosto de 2009

TENDIENDO UN PUENTE ENTRE GENERACIONES

Una de las emociones que ha llegado a mi vida a medida que me aventuro en el reino del FaceBook estas últimas semanas es la velocidad que acompaña a los brazos extendidos "a la manera de internet" y los abrazos "de tipo real" que intercambio con gente especial de mi pasado y mi presente. Y aún más excitante es ser testigo de los intercambios de ideas inteligentes y creativas a velocidad "años luz" que cruzan por el ciberespacio. La esperanza aumenta dentro de mí cada vez que leo y digiero la sabiduría y los persistentes pensamientos que son transmitidos.

Sin embargo, viene a mi corazón un poco de pesar cuando reviso el registro de las fotos de mis amigos buscando por una maravillosa persona más para agregar a mi libro personal de recuerdos y leo los comentarios diarios de aquellos amigos con los que ya estoy conectado:
Primero: Anhelo poder ver más amigos de cabello cano entre los cabellos vibrantes y lustrosos que coronan a los jóvenes, quienes por muy bien sabidas razones dominan este maravilloso sistema de redes de interconexión.

Segundo: Me gustaría haber sido mejor educado en el lenguaje técnico y en los atajos usados frecuentemente los cuales agregan expresión y entusiasmo a este medio.

Tercero: A menudo me entristece que algunas expresiones aceptables en el mundo hayan pasado fácilmente a ser fundamentales en el vocabulario de aquellos que deberían poder escoger términos más aceptables.

Cuarto: Me he hallado a mí mismo y a otros que ya pintan canas tener la tendencia a imitar el estilo y las filosofías de los jóvenes en vez de hacer contribuciones de nuestras propias experiencias en su forma propia y única. En muchas formas creo que sería de mayor beneficio para todos si cada generación agregase su pequeña porción de peculiaridad a la pila en vez de solo tratar de encajar en un estilo aceptado.

A medida que he contemplado lo asombroso del limitado compartir generacional que he visto, mi único deseo es que esto pudiera existir a una escala mucho mayor y los siguientes pensamientos llegaron a mi mente:

Primero: Aquellos que han elegido ver las tradiciones de sus padres como coercitivas y restrictivas pueden encontrarse a sí mismos oscilando como un péndulo con mucha necesidad de cambio, tanto que pronto se descubren a sí mismos cruzando una tangente que puede ser excitante, pero que es riesgosa y en algunos casos, destructiva. Es cierto que el dicho "la experiencia de la edad tiene poco valor" ha sido el trampolín de muchos grandes descubrimientos, pero de igual manera ha sido la causa de una gran pérdida de tiempo y esfuerzo cuando cada generación reinventa la rueda con celo y emoción girando en una misma interminable espiral, desperdiciando las oportunidades que podrían haber obtenido si hubieran elegido construir sobre bases que otros firmemente ya han plantado.

Segundo: Aquellos que se encuentran atascados en el punto de vista de "no existe sabiduría sino la que viene de la experiencia" a menudo se hallarán así mismos entretenidos por mucho tiempo en algunas mesetas o robándose maravillosas aventuras e improvisaciones que aumentarían el valor de sus vidas porque son incapaces de salir de la aún muy profunda rutina que ellos han cavado al cruzar la misma arena una y otra vez, de esta manera obstaculizando su propio progreso y probablemente el de la humanidad con alguna clase de premisa equivocada de que si al abuelo le fue bien sin toda esta "cosa novedosa", a ellos también.

Mientras los milagros de la medicina y del conocimiento nutricional van en aumento produciendo tasas más altas de nacimientos exitosos y extendiendo las expectativas de vida en décadas más allá de los sueños de nuestros antepasados, nos encontramos compartiendo el planeta con un número cada vez mayor de generaciones múltiples. Sería mejor para nosotros aprender de alguna manera a hacernos tiempo para meditar e incluir las contribuciones de las generaciones pasadas en tanto mantenemos nuestras mentes abiertas a los maravillosos descubrimientos creativos de cada generación naciente.

Un balance bien meditado puede ser la fuerza leudante que necesitamos a medida que tomamos decisiones filosóficas que gobiernan nuestras vidas. El regular el trabajo y ajustar nuestros pensamientos hasta hallar la armonía de nuestras mentes no ocasionará una indebida restricción ni forzará retrasos innecesarios al volver sobre nuestras pisadas sobre los ya transitados senderos de las generaciones pasadas. Por medio de una mezcla de ideas generacionales podremos ser capaces de hallar soluciones adecuadas a los problemas al unir las fortalezas de una generación con la expectativa de disminuir las debilidades de otra.

Los de la generación de cabellos canos harían bien en salir de la seguridad de sus cansadoras rutinas y llenar sus vidas de un nuevo entusiasmo al alternar y aceptar las ideas de esa generación que aún mantiene el vigor y el impulso para aparejar sus maravillosas y sueltas ataduras.

Los que están coronados con un brillante y lustroso cabello pueden hallarse ahorrando el andar muchos kilómetros de caminos ciegos que hacen perder el tiempo, un tiempo que tiene que ser valorado aún en nuestras vidas genéticamente alargadas, al estar dispuestos a probar y examinar los caminos que han sido sabiamente construidos y bien señalizados por viajeros que ahora están coronados con cabellos grises.

Que gran legado podríamos dejar a las futuras generaciones si pudiéramos de alguna manera aprender como hacer para lograr una mixtura balanceada entre la experiencia pasada y los descubrimientos actuales. De alguna manera persiste la esperanza que si podemos llevar a cabo un verdadero y significativo compartir seremos capaces de aumentar la posibilidad de un futuro más brillante y más bendito para aquellos niños que recién han nacido y a aquellos que aún están por nacer.

PENSAMIENTOS PARA UN DIA DE REPOSO – WILLIAM L. RILEY
TRADUCIDO POR – WALTER IVAN CRUZ

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