domingo, 9 de enero de 2011

OTRA RAZON PARA ARREPENTIRSE

Habiendo estado la mayoría de mi vida envuelto en el proceso educacional como estudiante o como maestro, he observado con fascinación el complejo proceso del aprendizaje. Ya que la mayoría de mi enseñanza ha sido en el área de la religión el proceso de aprendizaje que transpira entre el Señor y Sus profetas ha sido de un interés particular.


He leído con gran asombro las increíbles lecciones prácticas que el Señor ha presentado mientras ha tratado de convencer a los seres mortales de la importancia de tener una perspectiva más grande y eterna. En varias ocasiones El abre las visiones de los Cielos y la historia completa del mundo para que así pueda estimular a Sus profetas a aprender sus lecciones lo suficientemente bien para que así sean capaces de transmitirlas a sus congregaciones. El hizo que las aguas cubrieran las montañas de la tierra. El causo que los arbustos ardieran sin consumirse; El hizo que la tierra dejara de moverse; y la lista de la majestuosidad de sus modelos de enseñanza sigue y sigue.


Una de mis favoritas, que se encuentra en la Perla de Gran Precio, habla de cuando se le muestran al profeta Enoc los dias de la generación de su nieto Noé. Mientras miraba el vio al Señor y para su sorpresa el ve que su Dios está llorando.


Podemos ver que a través de esta dramática lección práctica el Señor estaba verdaderamente tratando de demostrarle a Enoc la seriedad de las consecuencias de las decisiones individuales y sociales. Que maravillosa lección reveladora se aprendió mientras Enoc entendía que su Dios era un Padre Celestial que manifiesta gran pasión por Sus hijos, aun cuando su desobediencia a Sus deseos ha cosechado consecuencias desastrosas. Enoc fue testigo del triste sufrimiento de su Padre Celestial a pesar de que Sus hijos se ahogaban en las inundaciones acumuladas por las auto-construidas tormentas de iniquidad e inmoralidad.


Otra parte de la visión que le fue presentada a Enoc fue la reacción de Satanás a las tragedias de la generación de Noé. Este malévolo ser estaba también teniendo una reacción emocional, el auto-nombrado Belcebú, estimulador de los engaños, las mentiras, las guerras y las abominaciones estaba burlándose y manifestando gran alegría mientras era testigo de la miseria y los sufrimientos de casi una generación entera.


Fue uno de sus momentos de triunfo el ojear los frutos de sus esfuerzos al tratar de hacer a todos tan miserables como él y quitarles su libertad como fue siempre su plan para los hijos del Padre Celestial.


En igual manera, el Señor uso una elaborada y practica lección para demostrar a Moisés otra eterna verdad.


Después de mostrar la historia de esta tierra desde el comienzo hasta el final y de negarle la petición a Moisés de ver TODAS las creaciones de Dios, se le es permitido a Satanás venir a tentar a Moisés y tratar de convencerlo de su propio poder y gloria. Moisés, recién habiendo sido testigo de la magnificencia del poder del Señor, rechaza a Satanás como un ser la nada y deja al pobre diablo agitado y tembloroso en su ataque de ira al ser derrotado.


No hacen falta demasiadas de estas dramáticas presentaciones para que empecemos a darnos cuenta que mientras nuestro Padre Celestial se regocija cuando sus hijos reciben bendiciones como resultado del tomar buenas decisiones, otro ser encuentra regocijo y alegría mientras nos ve caer en la miseria y el sufrimiento consiguiente que viene como resultado del uso impropio de nuestro albedrio.


Al meditar sobre estas abrumadoras escenas que fueron abiertas a las mentes espirituales de los antiguos y las lecciones por aprender, he estado casi siempre, en ciertos momentos, tentado a arrepentirme y a alinearme más estrechamente con las advertencias y mandamientos del Señor. Sin duda, el pensamiento de traer gozo a mi Padre Celestial, hasta cierto punto, me mueve a tomar decisiones correctas. Sin embargo, eso que realmente hace que mi sangre Irlandesa, Galesa, Inglesa, o Americana se aliente a escoger lo bueno es el pensamiento de esa bestia diabólica carcajeándose mientras es testigo de la miseria y el sufrimiento auto-impuesto y la miseria que he traído a mí mismo por las estúpidas, tontas y débiles decisiones. Mientras conecto estos pensamientos con el sufrimiento que he pasado por causa de las lecciones ensenadas en la escuela proverbial de los duros golpes, estoy impresionado con la siempre acelerada idea de vivir una vida más a tono con el Plan de la Felicidad.


También he hallado que el arrepentimiento nos hace sentir mejor. El arrepentimiento parece abrir los poros de nuestras almas con frescura y nueva luz. El arrepentimiento destapa la mente y bota la basura innecesaria. El arrepentimiento elimina el tiempo que gastamos volviendo sobre los pasos errantes y nos da la oportunidad de caminar sobre caminos estrechos y angostos. El arrepentimiento quita las cadenas formadas por los hábitos no saludables permitiendo que lo desencadenado encuentre nuevos estallidos de energía que llevan al crecimiento.


Definitivamente me he convertido en un defensor del proceso del arrepentimiento y recomiendo que sea usado por todos los hijos del Padre Celestial.


Una idea. Quizás seamos más propensos a arrepentirnos si nos detenemos y meditamos la felicidad personal que adquirimos al caminar por caminos correctos, imaginándonos como nuestras buenas decisiones brindan gozo a nuestro amoroso Padre Celestial, mientras la miseria que nos envuelve por los tristezas auto-infligidas traen gozo a ese ser caído. Que el Señor nos ayude y bendiga para tomar eternas y sabias decisiones mientras renovamos nuestros esfuerzos por brindarle gozo a Aquel que deseamos agradar.


Escrituras: Moisés 7:35-49, Moises1:4-22, Alma 42:10-16, Alma 42:23-27, Lucas 24:47, 2 Corintios 7:10, Romanos 2:4

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