domingo, 16 de enero de 2011

RELIGION PURA

Cuando uno está observando un grupo de pre-escolares en un cuarto lleno de juguetes 'educacionales' no se necesita mucho tiempo para identificar el 'jefe de los cachorros' en medio del desorden. Este niño estará sentado en un montan de juguetes retando, a través de una mirada terrible, a cualquier niño que quisiera jugar con el juguete del que se ha posesionado. En el salón también podemos observar niños que han logrado huir con un juguete de menos importancia quienes se han retirado a un rincón para en secreto disfrutar de sus pocas migajas. En realidad usted no necesitara buscar por aquellos niños que han sido quitados de su posición de 'jefe de los cachorros' que disfrutan dentro de los muros de sus propios hogares donde las únicas personas con las que tienen que lidiar son con sus por siempre complacientes padres, porque sus lloros de protesta serán fácilmente escuchados por los trabajadores de la construcción a dos cuadras de distancia.


Avanzamos unos años con el fin de observar el ambiente de la escuela elementaría. El 'jefe de los perritos' está ahora determinado por una combinación interesante de altura y peso. Esta persona de 'avanzado crecimiento' decide cual juegos se pueden jugar y quien estará en cada equipo. No es casualidad que el equipo en el que ellos están parecen ganar diariamente cualquier juego que ha sido determinado para dicho día. Aquellos que se cansan de la injusticia o de la ausencia de democracia en este 'grupo' en particular, pronto se encontraran a ellos mismos en un grupo de 'rechazados' donde otro 'jefe de los perritos’ repite la conducta aprendida en el grupo de los rechazados. Estos' jefes de los perritos' también están encargados de la distribución de los asientos durante las horas del almuerzo. También nos damos cuenta de cómo algunos que se han cansado de siempre tener que conformarse o que nunca fueron considerados dignos de ser incluidos con los 'jefes de los perritos' en ninguno de los grupos, quienes se hallan a si mismos gastando bastante tiempo con los 'rechazados' y quienes encuentran solaz leyendo o de mal humor. Los administradores están continuamente ajustando las horas de almuerzo o construyendo un muro protector alrededor de los niños del kínder o poniendo los de sexto grado en el colegio junto con otros numerosos ajustes, en un interminable intento por igualar las oportunidades mientras luchan por no permitir que los estudiantes mayores dominen a los más jóvenes.


Adelantamos nuestras observaciones hacia el colegio y encontramos que el sistema del 'jefe de la manada' aún existe, pero ahora los grupos parecen ser más sofisticados y permanentemente más definidos. Ahora se llaman clubes, pandillas, grupos sociales o mejores amigos, pero las mismas dinámicas que existieron cuando estábamos observando los 'cachorros' existe en el mundo del 'jefe de la manada' del colegio. La diferencia principal que encontramos a esta edad es que ahora parece tener más movilidad entre los grupos y que los grupos en que estamos parecen ser más o menos de nuestra propia elección. Una vez que estamos en un grupo no pasa mucho antes que el 'jefe de la manada' emerja. Ya que se ha madurado un poco, ahora tenemos elecciones para determinar quien decidirá las agendas y horarios, pero los resultados parecen siempre ser predeterminados por una cosa extraña e indefinible llamada popularidad. A pesar de que en la mayoría de los casos parece que tenemos más libertad de movernos de grupo en grupo, y de escoger a que grupo estaremos sujetos, aun vemos muchas de las dinámicas que existieron en las épocas anteriores de nuestra vida.


Al observar los dias de la madurez, nos sentimos orgullosos de cómo hemos escogido la perrera correcta en la cual residir y como nuestro 'jefe de la manada' es el más sabio y el más capaz y nos guiara a los gozos codiciados de la vida. Para estar claro que ahora tenemos una gran cantidad de voluntad propia que usamos al determinar el tamaño, lugar y el clima de nuestro 'correr', pero tan seguro de como fuimos antes, seremos controlados de una manera u otra por el 'jefe de la manada' que hemos escogido o que nos ha escogido. Encontramos que una gran cantidad de nuestro tiempo la usamos ladrando a las otras 'manadas de perros' y degradando y señalando los defectos de sus errados 'jefes de la manada', dejando saber a cualquiera que pueda escuchar cuan correctos somos y lo equivocados que ellos están.


Con gran remordimiento se observa que este mentalidad de auto segregación es más pronunciada entre aquellos que profesan practicar una religión. Es notable que solo podemos oler fallas y errores con los principios y dogmas de otras denominaciones, pero podemos ladrar interminablemente la rectitud de las doctrinas y principios que hemos escogido seguir. Mientras leemos las aceptadas e interpretadas Palabras Santas de nuestro grupo, fácilmente vemos la necesidad de que todos los otros cambien y se arrepientan. Esos de otras ilusas perreras son siempre la cizaña, mientras que cualquier persona inspirada puede con seguridad identificarnos como el trigo. Todos ellos se ven como lobos mientras nosotros tenemos el dulce semblante de corderos. Ellos son ramas que necesitan ser podadas y quemadas mientras que nosotros traemos nada más que buenos frutos.


Todos estos aullidos acerca de que los otros son falsos seguidores se hacen cuando nos sentamos felices al lado del fuego abrigador y leemos los Libros Sagrados acerca de cómo un verdadero adepto va edificando a otros y va derribando muros de intolerancia. Leemos de como el buen discípulo sale a fortalecer a otros y evita poner obstáculos en su camino. Los Buenos Libros nos instruyen a ser una luz unos a otros y de abstenernos de iluminar la ceguera de nuestros vecinos.


A pesar de todos los autos nombrados 'medio jefes de la manada', en última instancia toda estamos buscando la verdad, la última fuente de la luz y la vida. No importa en que 'perrera' hayamos encontrado suficiente sombra que nos hace sentir satisfechos, tenemos que movernos de vez en cuando en nuestro intento de acercarnos a eso que nos llevara aún más cerca a 'las cosas como realmente son'.


(Continua)

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