domingo, 6 de noviembre de 2011

UNA VIDA LLENA DE MANANAS

Creo que echo de menos aquellos días en que trataba de reunir a nuestros cinco hijos y a nuestra hija los lunes para hacer la Noche de Hogar Familiar.(Cometí un error, o resbalón el escribir Guerras de Hogar en la última frase) Creo que el dolor de las indisciplinadas y caóticas horas se está desvaneciendo, porque ahora estoy empezando a recordar algunas noches especiales, cuando todos estaban involucrados y se sentía que el objetivo de la Noche de Hogar se llevaba a cabo a pesar de algunos momentos fugaces.

Recuerdo que el resultado de una de esas Noches de Hogar fue semi positivo. (Esto paso antes de que instituyéramos el voleibol como la Noche de Hogar normal, intentando asi tener la lección espiritual los domingos por la noche, cuando todos los miembros de la familia parecían estar un poco más tranquilos.)

La lección de esa "mejor" noche de hogar nos instruyó a que buscáramos en nuestro montón de tesoros privados, y seleccionáramos 'un' elemento que no estaríamos dispuestos a dejar a atrás, en tal caso de que se nos llamara a evacuar nuestra casa y la ciudad. Se le dijo al presentador de la lección que permaneciera sentado durante la búsqueda, y después de que cada miembro de la familia mostrara su artículo y dado una razón por la cual lo habían seleccionado, la familia le preguntaría donde había puesto su artículo. A continuación el presentador respondería, "Todos ustedes están aquí, mi familia es la única cosa que nunca quisiera dejar atrás."

La lección de esta Noche de Hogar Familiar, probablemente se ajusta a los muchos estereotipos que tienen una cantidad extra de emoción, porque se basa en temas decisivos. Durante años, a los oradores en los foros de BYU se les ha pedido que dén su "Lectura Final", que tenía por objeto estimular a todos los que estaban escuchando a hacer un cambio drástico en el curso de sus vidas. A todos se nos ha pedido que pensemos en lo que le diríamos a nuestros padres, si supiéramos que esa es la última vez que los vamos a ver. A todos nosotros probablemente se nos ha pedido que pensemos en lo que haríamos si supiéramos que sólo tenemos un corto tiempo de vida.

Hace algunos años yo estaba ofreciendo mis condolencias a un amigo mío que acababa de perder a su hermano. Yo no sabía que iba a salir de esa corta visita dando un giro interesante a temas decisivos. Sólo unos meses antes se le habia dicho a su hermano que su enfermedad no era de esas que se curaba con tan solo 'tomar una pastillas, sino que estaba embarcado en un viaje corto de fase terminal. Mi amigo resumió los últimos meses de su hermano y su familia con las siguientes reflexiones. "No se necesitaron cambios dramáticos en su camino" "Su conducta adecuada ya era un patrón bien establecido." "La familia estaba en paz porque la paz era la norma en la familia." "El amor abundo durante estos meses debido a que las relaciones familiares siempre habían sido basadas en el amor.

Este último viaje fue una experiencia familiar compartida porque todas las experiencias anteriores se habían hecho con unidad.

Desde ese día, cuando recibí mucho más consuelo de mi amigo del que yo fui capaz de dar, he recordado esta, junto con otras experiencias en esa lista maravillosa, cuando he sentido un escalofrió en mis brazos y cuando mis parpados no fueron capaces de retener las lágrimas que brotaron mientras se sentía el Espíritu.

Posteriormente al reflexionar sobre esta experiencia se me ha llevado a creer que el secreto para conseguir una vida con propósito no puede provenir del vivir cada día como si fuera el último, pero debido a que contemplamos cada acción como si tuviéramos mil años de vida por delante. Vivir cada momento de la forma en que ahora actuamos, tendrá consecuencias eternas, para una multitud de mañanas.

Creo que es posible que al contemplar las decisiones en una escala eterna, puede ayudarnos a ser más auténticos en nuestras relaciones y más sinceros en nuestras acciones. Podríamos encontrarnos desarrollando patrones de continua bondad. Podríamos encontrarnos caminando más rectamente. Podríamos encontrar que nuestro mañana parece dirigido hacia un nivel mayor de confianza y seguridad. No sólo seremos más constantes en ver lo bueno en otros, pero creo que también, vamos a empezar a tener un mayor grado de amor propio con una apreciación en lo que nos estamos convirtiendo.

Me detengo a pensar en cuánto más rápido mi progreso habría sido si no hubieran ocurrido tantos momentos de atraso, recuperación, arrepentimiento y lamentación. No puedo dejar de pensar que 'prever' mis pensamientos, palabras y acciones me habrían salvado décadas de desvíos acumulados.

Cuanto más vivo, más quiero un epitafio que diga algo como "él vivió una vida larga, pacífica y buena llena de amor y alegría" en lugar de "ese hombre realmente se superó al final." Scrooge ha de ser respetado porque al final corrigia su carácter, pero perdió para siempre las décadas de dulzura, "que podrían haber sido". Atrás han quedado los años de amor que fueron corrompidos por la amargura. Nunca se van a recuperar los momentos de tierno amor que se disolvieron en las tinieblas del miedo y el orgullo.

Todos deberíamos esperar poder ser más constantes en recordar de que hoy no será el último día de la vida de nadie, pero siempre será el primer día del resto de nuestra vida eterna.

Sería mejor si parte de esas oraciones que enviamos al cielo sean para pedir ayuda para vivir esta vida de tal manera que empecemos o sigamos una constancia o un patrón de vida que siempre nos guie a un aumento de alegría y satisfacción para nosotros y todos aquellos que nos encontremos.

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