domingo, 8 de julio de 2012

SU OBRA Y SU GLORIA (tecera parte)

A pesar de que no tenía que hacerlo, ni me inclinaba , a utilizar las estrellas, las caras sonrientes, los porcentajes y las letras del alfabeto en mis clases para reforzar el aprendizaje de los asistentes, mientras los días de mi mortalidad se han alargado, cada vez mas he llegado a estar consciente y agradecido de que nuestro Padre Celestial no es solamente el administrador de nuestro EXAMEN FINAL, sino que también creó un sistema mediante el cual podemos tener una opinión frecuente de nuestro progreso.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. (Romanos 5:5)

En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu de error. (1 Juan 4:6)

Además de los sentimientos que nos dan fuertes indicios si nuestras elecciones son agradables a nuestro Padre en el Cielo, también sabremos por la inclinación que tenemos de trabajar en Sus caminos y hacer Sus obras, si estamos progresando en nuestros esfuerzos para ponernos Sus atributos y características.

El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Si vivimos por el Espíritu, andemos tambien por el Espíritu. No busquemos la vanagloria, irritándonos los unos a otros, envidiándonos los unos a los otros. (Gálatas 5:22-26)

También se nos da a entender que nuestro Padre Celestial desea ayudarnos a progresar al ritmo que Él sabe que somos capaces de movernos, y nos dará asignaciones apropiadas, cuando Él sabe que vamos a terminarlas.

El Espíritu Santo, sí, el Consolador, el cual manifiesta todas las cosas y enseña las cosas apacibles del reino. He aquí, te digo. He observado tus obras y te conozco. Y, de cierto te digo, tu corazón es recto delante de mí ahora, y he aquí, he conferido grandes bendiciones sobre tu cabeza. (Doctrina y Convenios 39:6-8)

Parece que hay momentos cuando nuestro Padre sabe que una intervención drástica es necesaria, que nos pondrá de nuevo en el camino que nos conducirá hacia el cumplimiento de nuestra existencia. Un día reconoceremos con corazones agradecidos de que Su disciplina al corregir el curso llegó a nosotros a causa de Su abundante amor y misericordia para con sus hijos.

He aquí, él cambió sus corazones; sí, los despertó de un profundo sueño, y despertaron en cuanto a Dios. He aquí, se hallaban en medio de la obscuridad; no obstante, la luz de la sempiterna palabra iluminó sus almas. (Alma 5:7)

He aquí, tú sabes que me has preguntado y yo te iluminé la mente; y ahora te digo estas cosas para que sepas que te ha iluminado el Espíritu de verdad. (Doctrina y Convenios 6:15)

Es evidente que el Maestro está dispuesto a conceder a sus hijos estudiantes asignaciones con crédito adicionales cuando reconocen la necesidad de ellos y piden estas lecciones.

Si no endurecéis vuestros corazones, y me pedís con fe, creyendo que recibiréis, guardando diligentemente mis mandamientos, de seguro os serán manifestados estas cosas. (1 Nefi 15:11)

Bendita tú eres por lo que has hecho, porque me has consultado, y he aquí, cuantas veces lo has hecho, has recibido instrucción de mi Espíritu. (Doctrina y Convenios 6:14)

Habiendo pasado algún tiempo escudriñando las escrituras, estoy convencido de que la Instrucción Divina puede y debe ser parte de nuestro aprendizaje mortal. Podemos tener el privilegio de una buena y constante opinión sobre la exactitud de nuestros pensamientos, palabras y hechos.

Sin embargo, sigo estando un poco inseguro si esta opinión viene porque el espíritu que habita nuestros cuerpos es capaz de recordar los procesos instructivos de su existencia anterior, o porque el cuerpo que alberga ese espíritu esta aprendiendo a recibir e interpretar estas interacciones del Creador. Mi corazón me dice que la respuesta se encuentra en una muy bien planeada combinación Eterna de las dos.

Algunos pensamientos relacionados:

A veces nos damos a nosotros mismos una cara sonriente al mirar donde estábamos atrás, recordando lo que hemos superado y mirando hacia adelante con la esperanza de lo que algún día podemos ser.

No hay nada que se puede obtener mediante la comparación de nuestro crecimiento personal a los compañeros con 'A' o 'F' durante nuestro viaje mortal.

Existe una correlación directa entre nuestra diligencia en nuestros estudios y el progreso que logremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario