domingo, 23 de septiembre de 2012

EL EMBAUCADOR

Hubo algunos momentos en mi vida en los que tuve muchas oportunidades de descurtir a grupos de jóvenes varias veces en un mismo mes. Una de las solicitudes más particulares, en lo que a temas se refiere, fue cuando se me pidió hablar de Satanás, el Diablo mismo en persona. No sabía si sentirme halagado o insultado por haber sido visto como alguien que conoce bastante en cuanto a Beelzebú como para poder aclarar el tema a otros.

Simplemente examinando unas cuantas referencias de las escrituras hallamos que ellas se refieren a él como el calumniador, el demonio, el adversario, el destructor, el padre de las mentiras y el inicuo. En Apocalipsis 12:9 se declara que engaña a todo el mundo. El profeta Lehi dijo en 2 Nefi 2:27 que [el diablo] busca que todos los hombres sean miserables como él.

Al parecer, la suprema ironía es que todo el mundo pueda caer en el estupor del engaño debido a sus mentiras mientras que lo que él desea constantemente es propagar miseria.

Si la miseria de una persona estuviera por siempre en aumento uno podría pensar que esta persona trataría de romper las cadenas del engaño que son la causa de su sufrimiento pero, he aquí, este es el secreto mismo del engaño: lograrlo de tal manera que la persona objetivo no se dé cuenta del incremento de su miseria. En 2 Nefi 28:21 Nefi proclama: “Y a otros los pacificará y los adormecerá con seguridad carnal, de modo que dirán: Todo va bien en Sion; sí, Sion prospera, todo va bien. Y así el diablo engaña sus almas, y los conduce astutamente al infierno.”

Aunque no deseo ser un experto en el tema, sí creo importante hacer una pausa cada cierto tiempo para meditar un poco en cuanto a las poderosas armas de engaño que Satanás ha puesto en acción en el mundo y las cuales están activas hoy.

Engaño 1
Está bien no adherirse estrictamente al principio de la honestidad cuando defiendo mis prejuicios políticos, económicos, o religiosos, en especial si al hacerlo mi causa se fortalece y debilita otras.

Engaño 2
Si los otros fueran más civilizados yo fácilmente podría controlar mis emociones y nunca más estaría preocupado en que me fuera a enojar.

Engaño 3
Devastar, destruir y matar son métodos que se pueden usar para traer paz, amor y gozo a los habitantes de la tierra.

Engaño 4
Mis decisiones son solo mías y sólo yo sufriré las consecuencias de ellas, por tanto, la forma en la que vivo no debe preocuparle a mi familia, amigos o vecinos.

Engaño 5
Aquellos que acumulan la mayor cantidad de cosas en la vida son los más felices y los supremos ganadores.

Engaño 6
Las circunstancias en las que se encuentra una persona son consecuencia de sus buenas o malas decisiones, por tanto, cada uno tiene la responsabilidad individual de hacer los cambios necesarios para mejorar su situación.

Engaño 7

El éxito en la vida es consecuencia de ser más inteligente que tu competencia, aun cuando dicha inteligencia te lleve a tomar decisiones que bordeen la decepción.

Engaño 8
La adulación nuca es mala, ya que hace sentir a otros bien, y siempre mejora la opinión que otros tienen sobre el adulador.

Engaño 9
El bien y el mal es relativo a las circunstancias, y es la prerrogativa de todo individuo el determinar sus propias normas.

Engaño 10
El derecho de nacimiento de todo individuo incluye obtener todos los derechos, privilegios y riquezas que otros tienen sin pagar un precio por ello.

Aquí también hay algo de lo que debemos estar alertas: Hay varias escrituras que señalan que una vez que la persona entra en la lista de aquellos que son engañados, ellos se convierten en propagadores de esas mismas mentiras.

Porque todavía hay muchos en la tierra, entre todas las sectas, partidos y denominaciones, que son cegados por la sutil astucia de los hombres que acechan para engañar, y no llegan a la verdad sólo porque no saben dónde hallarla; por lo tanto, consumamos y agotemos nuestras vidas dando a conocer todas las cosas ocultas de las tinieblas, hasta donde las sepamos, y en verdad éstas se manifiestan de los cielos; De manera que se debe atender a estas cosas con gran diligencia. (Doctrina y Convenios 123:12-14)

No hay comentarios:

Publicar un comentario