domingo, 5 de mayo de 2013

LLEGAR A SER MEJOR

Hubo un tiempo cuando yo enseñaba en que las lecciones prácticas eran muy populares. Llegó a tal punto de que si una clase se llevaba a cabo sin una práctica como parte de la actividad del día, usted sentía que algo hacía falta.

Una de las lecciones prácticas que recuerdo, era la de agarrar un huevo al que se le habían agujereado los extremos de la cascara con un alfiler y la parte que nos comemos del huevo salía. La cáscara quedaba intacta y completamente hueca. Después de mucho histrionismo, en frente de la clase, se le pedía a un voluntario que rompiera el huevo sobre su cabeza. Si no había ningún voluntario se llevaba cabo una elección. El miembro voluntario elegido por la clase siempre se sentía aliviado cuando sólo unos pocos fragmentos de la cascara salían de su pelo y no quedaban con un pegajoso champú de huevo. La lección que debíamos aprender de la práctica es que lo interior es lo que hace la diferencia.

Los franceses aprendieron esta lección a principios de la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes fácilmente traspasaron su impenetrable Línea Maginot y se dieron cuenta que el centro de Francia era muy vulnerable y fácil de conquistar.

Bruce R. McConkie le gustaba llamar a lo que conocemos comúnmente como la parábola del SEMBRADOR de las enseñanzas del Salvador, la parábola de los TERRENOS. Señaló que el sembrador podía esparcir sus semillas en todo tipo de terrenos, pero lo que se producía dependía del tipo de terreno en que caía.

Durante nuestra vida se nos lanzaran muchos tipos de semillas, algunas serán buenas y algunas serán malas. El efecto que tendrá sobre nosotros será determinado por las semillas a las que le permitamos echar raíces. En última instancia, es lo que tenemos en nuestro interior lo que determina que controlamos en nuestras vidas y que permitimos que otros controlen.

Me gustaría sugerir algunas posibles claves para convertirse en el tipo de terreno donde las buenas semillas florecerán y las malas semillas serán expulsadas.

IMAGINACIÓN

Desarrollar habilidades preventivas para resolver problemas usando un poco de tiempo meditando, imaginando situaciones problemáticas y desarrollando posibles soluciones que se pueden almacenar en la memoria y usarse cuando el problema se presenta.

Imagínese lo que usted desea ser y empiece a actuar como si ya fuera esa persona.

Escoja un buen modelo de lo que desea ser y empiece a modelar sus pensamientos, palabras y acciones siguiendo ese modelo.

DESPERTAR

No dejes que los comentarios negativos de los demás determinen quién eres, en lo que te estás convirtiendo y lo que piensas de ti mismo.

No dejes que los piropos de los demás determinen quién eres, en lo que te estás convirtiendo y lo que piensas de ti mismo.

No dejes que las opiniones de otras personas determinen amistades.

No dejes que tu exterior determine el valor de ti mismo.

No den que el exterior determine el valor de los demás.

PENSAMIENTO RACIONAL

No existe una relación entre el haber fallado en algo y el éxito de los intentos futuros en la misma arena. Recuerde, Babe Ruth nunca dejó de que el hecho de ser ponchado más veces determinara tratar de lograr un jonrón en su siguiente turno.

Más crecimiento viene al recordar las acciones que produjeron el éxito, que breves pensamientos de un intento fallido. Como golfista sé que el albergan pensamientos de un lanzamiento errado tendrá consecuencias negativas para futuros intentos, mientras que el pensar sobre un exitoso lanzamiento aumenta la probabilidad del éxito en los intentos futuros.

Concentrarse en la tarea en cuestión trae mejores y más rápidos resultados que el llevar de acá para allá los otros problemas tratando de resolver el que está delante de ti.

DESARROLLAR UN MECANISMO DE ÉXITO

Todos fuimos creados para tener éxito. Todos tenemos un mecanismo de éxito integrado en nuestro ser. Escúchalo y deja que trabaje para ti. Confía en el hecho de que nuestro Padre Celestial no crea basura.

Gastar tiempo preocupándose por el fracaso es infructuoso.

Gastar tiempo desarrollando el éxito es fructífero.

Podemos disminuir o aumentar la cualidad de nuestro mecanismo de éxito por medio de nuestra actitud.

En algún lugar en el tiempo, probablemente cuando las lecciones practicas estaban en boga, me encontré con una historia en que el autor se había perdido en ese laberinto donde la mayoría de nuestras palabras van. La historia significo mucho para mí entonces, y aún más ahora, así que quiero compartir con ustedes un breve resumen de la historia y algunas de las palabras finales.

La historia habla de un hombre cuyas decisiones le habían llevado a dormir en un desagüe y a comer las sobras de las canecas de basura. Se encontró con un hombre rico que no le daría plata ni oro, sólo las palabras que serían la clave de su éxito. "Ve y encuentra 'ESE ALGO' y cuando lo encuentres ven a mí. "Desde que me acuerdo, de la mayoría de las historias que me hacen llorar feliz de felicidad, ésta obviamente fomenta un gran cambio en el hombre que una vez durmió en los desagües. Voy a compartir con ustedes algunas de las palabras finales de la historia, ya que tienen gran relevancia para mi pensamiento de esta semana.

"Es el poder del hombre interior, el combustible de la máquina del alma. Es la única cosa necesaria. Todos nos parecemos mucho al nacer...

Y entonces empezamos a vivir, todos los animales. Vivimos como los caballos hasta que despertemos 'ESE ALGO' del alma. Llevamos en nuestros músculos aquellos que han encontrado 'ESE ALGO! "y los llevamos hasta la montaña, para que tomen su lugar entre los maestros de los hombres.

'ESE ALGO' yace latente en cada alma hasta que despierta. Con muchos se duerme hasta el último gran sueño. A veces no se despierta hasta que el hombre se encuentra tambaleando al borde de la tumba. A veces lo encuentra el niño que juega en la rodilla de su madre. Algunos se han burlado, y lo llaman suerte. La suerte no es más que la fugaz sonrisa de la Fortuna.
'ESE ALGO' es una fuerza terrible!

El éxito de un hombre depende solo en 'ESE ALGO'. 'ESE ALGO' de su alma. Abraham Lincoln lo encontró cuando era un muchacho. Calentó el suelo frío sobre el que el yacía y estudiaba. Añadió luz al tembloroso fuego de leña para que pudiera leer. Le estímulo a seguir, y a seguir, y a seguir. Esto hizo al hombre! Puede hacerte a ti!

Si tu tan solo despiertas 'ESE ALGO' dentro de tu alma que ahora está durmiendo - si tú puedes hacer esto..."

Creo muy poco que el éxito del hombre se mide por una montaña acumulada de pequeñeces o por el número de súbditos bajo su cetro, pero se considerarán exitosos aquellos que diariamente se esfuerzan por mejorar. Exige un convincente y periódico diálogo interior sobre la majestad de las almas incluyendo la mía propia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario