domingo, 29 de septiembre de 2013

PALABRAS DE QUARTRO LETRAS (Mal Vocabulario)

"Aquello que persistimos en hacer se vuelve más fácil, no porque que la tarea en sí se ha convertido se haya hecho más fácil, sino que nuestra capacidad para realizarlo ha mejorado." Ralph Waldo Emerson

Ya que mi madre era aficionada a esta cita y siempre dio a Heber J. Grant el crédito, crecí creyendo que era de hecho el autor de estas palabras. Gracias al milagro de Internet tales descuidos ahora se pueden remediar rápidamente y Ralph Waldo Emerson ahora puede recibir su merecido reconocimiento.

Me he dado cuenta de que al igual que tantas verdades en la vida, ese poquito de sabiduría puede llevar a extremos tanto buenos como malos, tanto a bendiciones y maldiciones para todos nosotros. Una bendición viene a todos los que disfrutan de los resultados de un individuo talentoso que trabaja duro durante largas horas en el desarrollo y perfeccionamiento de un talento. Lamentablemente, también estamos maldecidos cuando nuestras vidas están contaminadas por los que por mucha práctica han desarrollado un hábito desagradable que se ha convertido en un defecto arraigado a su carácter.

Las Noticias EE.UU. y Reporte Mundial en Mayo de 1982 informó de una tendencia en la sociedad que se ha avalanchado en una plaga sobre todos nosotros. "La palabra de cuatro letras ha salido de los bares y en los cuarteles y puede ser visto y oído en casi todas partes en las conversaciones en los restaurantes, en el parachoques en aplausos en eventos deportivos en la televisión y en las películas." Tristemente, lo que estaba escrito como impactante exposición sobre el movimiento descendente del vocabulario social, hoy es burlado como muy anticuado y fuera de tono con nuestros tiempos.

Crecí creyendo que los abuelos eran ejemplos de los que habían vivido vidas de selecciones positivas, al haber incorporado lo que era bueno y rechazado lo que era repugnante. Mi propio abuelo Riley, a pesar de que era un agricultor de camión y tuvo una muy temperamental camioneta vieja Ford nunca supe que pronunció una palabra soez y nunca hizo un gesto obsceno. Me encantó la película En el Estanque Dorado, pero odiaba la realidad propagandizada, que me quedó, de que aparentemente blasfemia era un rito de paso como uno pasando a la edad de 'viejo'. Parecía abogar que cuanto más de cuatro letras un mayor podía añadir a sus oraciones más carácter ellos presumían tener.

Durante muchos años mire las aventuras de Guerra de las Galaxias en la pantalla chica. Con alegría puedo informar que esos exploradores maravillosos de tiempos lejanos habían superado la necesidad de utilizar palabrería vulgar. Sin embargo, para el momento en que trajeron Guerra de las Galaxias a la pantalla grande fue impactante escuchar que los futuros héroes habían alcanzado la mayoría de edad y estaban practicando muy bien el uso de palabras de cuatro letras. Una de las ironías reales de la Guerra de las Galaxias III – Fue que en busca del espacio fue que se permitió sólo los sombreros blancos (los hombres buenos en las películas del medio oeste que nunca maldijeron) se les dio el privilegio de la blasfemia, mientras que los chicos malos y temidos (que escupían y bebían en las películas del medio oeste) se limitaron a coloquialismos incoloros.

Mientras me dirigía a través de mi entrenamiento en diversas actividades atléticas se destacó que una de las claves para el logro deportivo fue el control total de mis facultades, tanto físico como emocional. Ahora es un poco vergonzoso asistir a partidos de fútbol de mis nietos y tener que escuchar lo que arroja la boca de la mamá, papá, entrenadores, y niños. Es imposible ver las noticias deportivas sin oír pitos y ver las bocas y las manos nubladas para cubrir palabras y gestos obscenos. Se ha hecho evidente que muchos piensan que con la fama viene el derecho de dar públicamente ventilación a total verborrea y gestos de una manera que contamina el medio ambiente.

Cuando yo era muy joven experimente con algunas palabras de cuatro letras en lugares segregados con otros niños que estaba tratando de impresionar, y fuera del alcance del oído de desaprobación de los adultos. En aquellos días se aplicaba lavar la boca con jabón a los niños que se les escuchaba proferir tales palabras. Al parecer que son más las veces que tengo que recordar a los jóvenes y adultos que entran en nuestra casa que algunas palabras que a través de la práctica se han convertido en un hábito no se utilizan en nuestra casa.

Lamentablemente, la sensibilidad al uso de lenguaje soez salió de la popularidad cuando se el jabón se fue de los estantes de los mercados.

Nosotros, los que pertenecemos a una generación anticuada hemos enfatizado en nosotros en nuestra juventud que sólo una mente inculta tiene que recurrir al uso de la muleta del lenguaje 'malo'. Se nos enseñó que una persona verdaderamente intelectual y educada podría llegar a una palabra "real" o 'apropiada' para adaptarla a la situación. Lamentablemente, hoy en día, el uso de palabrotas y blasfemias ha escapado todas las fronteras sociales apropiadas y continuamente hay un hedor con los sonidos que nos rodean.

Si tuviera un deseo con las 'palabra de cuatro letras', sería que todos los que se han convertido en experto en el uso de malas palabras, debido a la frecuencia de la práctica que se retiren a su infantilismo en las alcobas con otros de su especie, donde pueden impresionar el uno al otro, dejando el resto de nosotros para tomar el sol en la pureza de la lengua sin mácula. O tal vez que el jabón para lavar la boca una vez más se pueda encontrar en los estantes del mercado.

Amo la vida y las maravillas de esta gloriosa creación de Dios, pero estoy un poco preocupado por la forma en que lo común se ha vuelto popular. Isaías nos vio claramente cuando proclamó "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que ponen oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (Isaías 05:20)

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