domingo, 7 de septiembre de 2014

VOCES RECONOCIBLES

Durante los maravillosos años que pasamos en Reno, Nevada, antes de que la 'pequeña ciudad más grande del mundo tuviera el ‘pequeño templo más grande del mundo’ (nuestro hijo mayor Cevin mencionó esto cuando él estaba ayudando con la construcción, ya que adjuntaron el patio de entrada haciéndolo ligeramente más grande que otros pequeños templos), teníamos que pasar por el Donner Pass para asistir al Templo de California. Menos mal que esto sucedió mucho después de la malograda expedición del grupo Donner por ese camino desde octubre de 1846 hasta abril de 1847. Cabe señalar que hubo momentos en los que no pudimos ir al Templo y momentos en los que nuestro regreso se retrasó a causa del tiempo, aún con la hermosa carretera interestatal que reemplazó los senderos ininterrumpidos de antaño.

De todos modos, en uno de nuestros viajes Kathleen estaba investigando un poco para una presentación que estaba dando y estaba leyendo citas de los apóstoles de hoy en día. Estábamos a mitad de camino de nuestro viaje de tres horas desde Reno hasta Oakland, cuando se volvió hacia mí y me comentó que algo extraño estaba sucediendo en su mente. Me dijo que mientras leía silenciosamente las palabras de los Elderes Boyd K. Paker y de Bruce R. Mc Conkie, en su mente escuchaba sus entonaciones y el fraseo de las palabras que estaba leyendo. Le parecía que estaba realmente escuchando sus voces como si le hablaran a ella.

Mientras charlábamos sobre este fenómeno, pudimos recordar que en varias ocasiones este mismo fenómeno de las "voces fuera de la palabra escrita ' nos había sucedido en el pasado. Posteriormente, cuando hablábamos de este extraño suceso con los demás, descubrí que era una sensación muy común. Durante nuestras conversaciones, creo que simultáneamente llegamos a darnos cuenta de un principio del Evangelio que antes no habíamos entendido. Siempre es un momento maravilloso cuando el vidrio obscuramente se vuelve más claro.

En el décimo capítulo del Evangelio de Juan, el Salvador presenta la parábola del Buen Pastor, donde trata de enseñarnos que el Pastor conoce a Sus ovejas tan bien que Él puede llamarlos por su nombre y ellos responderán. También dice que las ovejas conocen al pastor tan bien que son capaces de distinguir su voz de entre cualquier posible impostor. La voz del pastor será familiar y traerá una respuesta positiva, mientras que las ovejas huirán de la voz de un extraño.

Me ha sorprendido la capacidad que algunas de las ovejas del Buen Pastor tienen para escuchar y para responder a su voz mientras que otros, quizás una gran mayoría de las errantes ovejas en las colinas del mundo, rara vez tienen la oportunidad de ser envueltas en sus cuidadosos brazos y de suavizar sus preocupaciones por medio de Su voz.

Después de nuestra conversación sobre las "voces de la palabra escrita' Kathleen regresó a su lectura y mi mente se sintió atraída por una escritura en la sección 18 de Doctrina y Convenios. Cuando llegué a casa busqué y las palabras en que estaba pensando estaban en los versículos 34 hasta el 36: Estas palabras no son de hombres, ni de hombre, sino mías; por tanto testificareis que son de mí y no del hombre. Porque es mi voz la que os las declara; porque os son dadas por mi Espíritu, y por mi poder las podéis leer los unos a los otros, y si no fuera por mi poder, no podrías tenerlas. Por tanto, podéis testificar que habéis oído mi voz y que conocéis mis palabras.

La inspiración que Kathleen había recibido había girado la llave. Parece como si frecuentemente hubiera oído a alguien hablar o cantar cada vez que leía sus palabras o poesía, o incluso sólo el título de una de las canciones que ellos hicieron popular, sus voces vienen a mi mente incluso hasta el punto de que su desempeño se vuelve una realidad.

Los versículos a los que me referí antes en Doctrina y Convenios, parecen indicar que el opuesto de este fenómeno también es cierto. Evidentemente, una oveja humana puede, a través de la lectura constante y continua de las palabras de una persona, llegar a familiarizarse tanto con el fraseo y los gestos de expresión, que el lector de la palabra llega a oír como si estuviera escuchando la voz real. Las Escritura también nos llevan a entender que cuando escuchamos la voz real de la persona de la cual hemos estado leyendo sus palabras, reconoceremos su voz por la familiaridad que hemos adquirido durante la lectura de sus palabras.

He leído varios estudios del cómo las computadoras pueden identificar escritores por los patrones que establecen en sus escritos. Todos nos hemos sorprendido con la presentación de la aplicación en los teléfonos inteligentes que pueden identificar una canción y el intérprete de ésta inmediatamente. Apenas la semana pasada, vi un comercial de una nueva aplicación que identificará cualquier película que se esté viendo en la televisión o en el internet. No parece importar el verso que se esté cantado o qué escena de la película podría estar presentándose, las aplicaciones de inmediato le pueden dar el nombre de la canción o la película. No es difícil de creer que si nosotros las ovejas pudiéramos desarrollar una máquina que tenga esta capacidad, el 'creador de ovejas' de esa máquina puede tener incluso mayores capacidades a la hora de identificar los sonidos o de reconocer voces en vivo de las palabras que han leído en la página impresa.

Conozco personalmente muchas ovejas que, después de sólo unas pocas palabras, pueden reconocer al orador como Hamlet o Macbeth, y le puede decir de que escena fueron las palabras habladas, por supuesto, sepa que el que escribió las palabras fue William Shakespeare. Lamentablemente, muchas de estas ovejas tendrían un ataque de tartamudez si se les pidiera identificar la referencia de un versículo de las Escrituras o si han oído alguna vez la pequeña voz del Salvador o del Espíritu Santo.

Sospecho que, si nosotros las ovejas realmente entendiéramos el poder del reconocer la voz, este se convertiría en el mayor factor de motivación para nosotros leer las escrituras constantemente. Creo que esa oveja que ha estado leyendo diligentemente las palabras del verdadero Pastor, cuando Él llame su nombre, reconocerá su voz y responderá a su llamado.

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