domingo, 22 de mayo de 2016

OTRA MIRADA DEL PLAN ETERNO DEL PADRE CELESTIAL 2

Espero que te haya gustado la primera parte de este Pensamiento y te has decidido a leer esta segunda entrega de mis reflexiones sobre la importancia de nuestra venida a la comprensión que el secreto de vivir a un vida centrado en Cristo basada en los principios de gracia y de misericordia sobre las que descansa el éxito de SU plan eterno como se aplica a nuestra eventual estado eterno de existencia individual.

En el encantado y esclarecido pequeño libro de las escrituras llamado la Perla de Gran Precio, en el libro de Moisés capítulo 1 versículo 39, Padre Celestial explica el propósito principal de su existencia.

Pues he aquí, esta es mi obra y mi gloria: llevar a cabo la inmortalidad y vida eterna del hombre.

Es difícil comprender la profundidad de su amor por sus hijos que se expresa en estas pocas palabras. Todo lo que él ha creado, todas las palabras que él ha revelado a través de sus profetas y todo lo que debe ser comprendida por la Misión, Crucifixión, Expiación y Resurrección de su hijo Jesús el Cristo, aun incluso la existencia misma de nuestro Padre celestial es para el propósito de ayudar el alma de cada uno de nosotros a obtener la inmortalidad y la vida eterna.

Cuando incluimos verso 38 de Moisés capítulo 1 que precede aquella citada, nos golpeó aún más enérgicamente con la medida del Amor, Misericordia y Gracia El Padre tiene para sus hijos.

Y como dejara de existir una tierra con sus cielos, así aparecerá otra; y no tienen fin mis obras, ni tampoco mis palabras.


Rápidamente podemos entender que está diciendo Él ha creado otras tierras, Él está creando otras tierras, y todavía creará muchas más tierras. Pero cuando combinamos los dos versículos citados, creo que también nos dice que continuará su trabajo con cada uno de nosotros hasta que Él sabe que ha maximizado el potencial de nuestra inmortalidad y vida eterna. Estoy convencido de que como allí no hay fin a Su creación de tierras, además, hay ningún final a Su obra de esforzarse llevar a cabo la inmortalidad y vida eterna de cada uno de nosotros.

Era 1994, un poquito después de Kathleen y yo habíamos regresado de servir a nuestra misión como Presidente de la Misión del Norte de Colombia. Había dejado ella en Reno, Nevada, para preparar nuestra casa para una venta rápida, por lo que podríamos hacer nuestro traslado a Mission Viejo, California, para nuestra última asignación con el Sistema de Educación de la Iglesia. Había ido a Provo para asistir una conferencia SEI. Estábamos en una sesión donde Marion Duff Hanks, una Autoridad General reciente relevado, fue el orador destacado. No era la primera vez que oí consejos acerca de su tema, pero sin duda fue la presentación más poderosa que había escuchado sobre el principio.

Durante sus observaciones abrió la probabilidad de que muchos de los hijos del Padre Celestial recibirían la mayoría de las bendiciones de la obra y la gloria del Padre Celestial durante sus estados antes la mortalidad y sus estados después de la mortales. Estos Pensamientos me limito a esta afirmación, pero también fui llevado vertical perno cuando el Elder Hanks expresó su sentimiento personal que El Padre Celestial no se consumará con cualquiera de nosotros hasta que nos fueron exaltados. Ya que este conocimiento está más allá de la profundidad o la altura de mi entendimiento no me voy en esa dirección.

Como se ha mencionado anteriormente, Kathleen y yo habíamos reciamiento regresado de pasar tres años amando y viviendo entre la gente maravillosa de Colombia en su hermoso país.

Colombia tiene un solo corazón pero el país se compone de muchas culturas diferentes. Hay quienes son indígenas, aquellos cuyas raíces provienen de Europa, los quienes llegaron de África durante este período horrendo de la historia cuando humanos ventando seres humanos fue un negocio rentable, hay quienes se identifican con la costa del Caribe, otros con las montañas, otras con la selva y otros con el altiplano. Si hemos de agotar todas las diferencias culturales que existen en el país todavía tendríamos que entender los múltiples grupos que se crean debido a la diversidad de la riqueza y la educación en el país.

Si hemos de multiplicar la divergencia de las experiencias que tienen los habitantes de Colombia durante su estadía mortal por las muchas naciones que tienen, y va a existir en este planeta comenzamos a entender las palabras de Pablo en su primera epístola a los Corintios capítulo 15 versículo 19.

Y si en esta vida solo tenemos esperanza en Cristo, somos los más digno de conmiseración de todos los hombres.

De hecho si sumamos todos aquellos cuyas vidas cobren solamente horas o días como seres mortales y los siglos y naciones que nunca han oído la palabra de Dios durante mortalidad y restringen los resultados individuales de sus obras a solamente a nuestro tiempo mortal, su plan tiene poco sentido y de hecho, se convierte en ilógico.

Mientras que estábamos sirviendo en Colombia nos dimos cuenta de una de las situaciones más tristes que había visto durante mi vida personal. Había un grupo grande de niños, que vagaban por las calles de Bogotá, desde bebés hasta adultos jóvenes. Ellos fueron referidos como 'niños de alcantarilla'. El nombre fue dado porque esto era donde la mayoría de ellos pasaban sus vidas jóvenes y llamaron estas alcantarillas hogar. Sus filas fueron creciendo continuamente como a menudo serían los únicos que rescataron a un niño abandonado y agregarlos a su familia. Lograron sobrevivir por astucia y robos como los erizos de la calle en una novela de Charles Dickens. Para muchos de ellos su sustento principal era la inhalación de pegamento para calmar sus mentes y sus cuerpos al frío y dolor y el hambre en que existían.

Cualquier persona que incluso podría comenzar a hacer la lógica de la justicia de su eterna existencia depende de 'solamente en esta vida mortal ' y de alguna manera indirecta que tenían algún tipo de opción para vivir a una vida centrada en Cristo tiene ser cegados por el orgullo del mundo.

No hay ninguna manera lógica que su existencia eterna puede medirse en la misma escala con la de un niño nacido de padres buenamente en Pocatello, Idaho que tenía la ventaja de tener un acceso abundante a la parte del evangelio que había sido dado para la salvación en su día.

Mi actual privilegio de ser autorizado a utilizar los poderes de sellamientos en el Templo de Newport Beach ha quemado en mi alma el testimonio de la obra de nuestro Padre Celestial había sido una gran parte de nuestra existencia premortal, es una gran parte de nuestra existencia mortal (no importa lo breve o extensa o en cual condiciones), y creo que continuará como en nuestra existencia después mortalidad hasta nuestro Padre en los Cielos puede decir su trabajo con cada uno de nosotros se ha terminado.

Escribiremos más sobre esto tema en la entrega de la próxima semana.

(Continuará)

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