domingo, 31 de octubre de 2010

EL TEMA SOBRE LA ORACION – CONCLUIDO

Durante las últimas semanas hemos hablado sobre la universalidad de nuestra curiosidad sobre la oración y los muros auto-construidos que constantemente levantamos entre nosotros mismos y nuestro Padre Celestial. Esta semana me gustaría tratar los últimos dos pensamientos que en este momento tengo sobre la oración. Primero, tenemos un Padre en el Cielo quien, como la mayoría de los padres preocupados, desea aconsejar y comunicarse con sus hijos. Segundo, hay algunos comportamientos que podemos cambiar a fin de agrandar las bandas y aclarar las señales que están siendo enviadas en nuestra dirección.

La admonición repetida más a menudo por el Señor es que deberíamos, PREGUNTAR, BUSCAR y TOCAR con la correspondiente declaración de que SERA DADO, HALLAREMOS, Y SE NOS ABRIRA. Rápidamente se nos recuerda que el Gran Maestre está encargado del currículo y hará las asignaciones necesarias de acuerdo a Su horario y Su entendimiento, y no de acuerdo a nuestras suposiciones elementales. No hay duda de que Sus intentos de reunirnos han sido mucho más numerosos que nuestros gestos hacia El mientras hemos estado esquivando Sus amorosos abrazos con nuestras cabezas bajo nuestras propias alas.

Una de las declaraciones más poderosas del amor y dedicación del Padre Celestial por el bienestar de sus hijos reacios fue dada a Moisés mientras conversaba con Dios sobre un monte. El Señor declaro, 'esta es mi obra y mi gloria llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre'(La perla de gran precio – Moisés 1:39) Es asombroso contemplar que Aquel que puede enumerar y nombrar las estrellas tiene como mayor preocupación ayudarme a aumentar mi potencial. Me quedo sin palabras al pensar que tal ser me dejaría sufrir durante la mortalidad sin susurrarme Su sabio consejo en esos momentos cuando se necesitan más. Larry King dijo una vez, 'Orar es ir a la casa donde esta Dios estando aun en la tierra.'

Una de las grandes bendiciones que el Señor me ha dado durante mi vida fue el privilegio de servir como misionero en México cuando era joven, y después servir con Kathleen en Colombia cuando no era ya tan joven. No me tomo mucho tiempo el darme cuenta que la gente de México y Colombia eran más sensibles a las vibraciones entre el cielo y la tierra de lo que yo había sido durante mi juventud. Un nativo de Norte América, el jefe Águila Negra dijo en su autobiografía que la religión era mucho más importante y real para su pueblo que la gente blanca. Mientras me preguntaba sobre este aparente espacio entre su sensibilidad espiritual y lo que había experimentado, me pareció que por lo menos parte de la respuesta podría ser encontrada en la diferencia de las exigencias en las diferentes culturas.

El dejar las cosas para otro día ha recibido mucha publicidad negativa, pero parece que hay algunos beneficios definidos al tener un estilo de vida menos ocupado y exigente. Porque nuestra cultura es lo que es, creo realmente que si vamos a tener más comunicaciones con un Padre Celestial, debemos encontrar tiempo y espacio donde podamos dejar a un lado el ruido y las preocupaciones del mundo.

Las Capillas Católicas están siempre abiertas donde uno puede encontrar refugio y prepararse para recibir los susurros del Espíritu enviados desde el cielo. Muchas religiones tienen salones de lectura o meditación donde una persona puede escapar de las exigencias y ser más receptiva a la luz del Señor. Ya sea que debamos encontrar refugio en un Templo o en una Sinagoga, o en armario en nuestra casa, debemos encontrar tiempo y espacio para nuestro propio beneficio mortal donde podamos separarnos de las preocupaciones del mundo y buscar el consuelo de la voz callada y apacible.

El Elder Eyring sugiere que cuando nos sea posible, al ir a orar ante el Señor, después de expresar nuestra gratitud y nuestros ruegos, permanezcamos en actitud de orador y oyente en caso de que el Señor pueda tener algún consejo o solo desee hacernos sentir Su amor por unos pocos segundos. Realmente creo que la cosa más importante que podemos recibir de Nuestro Padre es la seguridad de su inagotable amor que nunca será quitado si solo abrimos nuestros corazones y lo dejamos que fluya en nuestras almas.

Se cuenta la historia de que Brigham Young pasó por un pueblo en el sur de Utah en el cual se le pidieron que les diera alguna instrucción. Él les dijo que pintaran los graneros y repararan sus cercas. La siguiente vez que paso por este pueblo le pidieron una vez más que los bendijera con un consejo. Él dijo que no tenía nada que darles. Cuando se le pregunto por qué, el respondió, 'porque no han prestado ninguna atención a mi consejo anterior, sus graneros están aun sin pintar y sus cercas aun necesitan ser reparadas.' Elder Scott ha ensenado que para poder estar seguros de tener un flujo constante de la comunicación con el Señor, sería bueno si escucháramos continuamente esas instrucciones que se nos han dado anteriormente.

Si Lehi estaba en lo correcto cuando declaro que el propósito de nuestra existencia es tener Gozo y que lograr ese Gozo depende de nuestra capacidad de acercarnos más a Dios, no puedo entonces pensar en una razón más convincente del porque se busca una comunicación más significativa con el Padre Celestial. Con el fin de que podamos más completamente recibir el gozo, fuimos enviados a la tierra a experimentar si seriamos sabios en diligentemente esforzarnos por aclarar la confusión y otros obstáculos de nuestras vidas, para que cuando la gloria del Espíritu Santo sea derramada sobre nosotros podamos sentir la presencia y podamos escuchar los susurros de la voz quieta y apacible.

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