domingo, 3 de julio de 2011

COMO ME VEO A MI MISMO EN LAS PARABOLAS (segunda parte)

Los hijos del Esposo- Mateo 9:14,15- Marcos 2:18-20 - Lucas 5:33-35

Elementos de la parábola: Las razones para ayunar- Fariseos, Discípulos de Juan, Discípulos del esposo.

El Salvador parece estar relacionando esta parábola con la expectativa de que sus oyentes entendieran dos hechos:

Primero, el propósito del ayuno es para ayudar a la persona que ayuna a acercarse más a Dios o el de sentir Su espíritu en un grado mayor. En segundo lugar, que cuando el esposo había llegado a la boda nadie haría un llamado para ayunar, sino más bien, haría una gran fiesta para celebrar Su presencia.

Fariseos – Como el Señor lo declara después, su propósito al ayunar era para ser vistos de los hombres y para demostrar lo maravillosos que eran al ponerse ellos mismos en este sufrimiento. Para mi es evidente que no importa de cuántas cosas me privo para pretender que soy perfecto, o con el fin de obtener la admiración de los demás, mi ayuno no servirá de nada más que hacer que me sienta hambriento o sediento, o insatisfecho. Quizás inspirare compasión, o atraeré miradas críticas, o una corta admiración, pero rara vez me acercará más al Señor cuando mis motivos son egoístas.

Los Discípulos de Juan – Parece que incluso antes de su nacimiento en esta vida, John estaba empapado con el entendimiento de que su papel era el de un Elías. Enseñó a sus discípulos que él fue enviado a preparar el camino. Él había sido enviado a preparar el camino a uno al que serviría como el Mesías prometido. Ya que el estar en la presencia de Juan aun seguía poniendo a sus seguidores a cierta distancia de la presencia del Salvador y Redentor de la humanidad, aun se mantenía con todos ellos la necesidad de ayunar a menudo en un esfuerzo por acercarlos más al Señor, y como una ayuda para prepararlos para estar en Su presencia. Parece que no importa a cuántos apóstoles y profetas tenemos la bendición de escuchar y la cantidad de orientación que nos den sobre el cómo acercarse a Dios, ya que aún no estamos disfrutando de la fiesta de la boda con el esposo, también mantenemos una gran necesidad de buscar Su presencia y Su Espíritu al adherirnos a los principios del ayuno.

Discípulos del Esposo – Sospecho que la mayoría de nosotros nos consideramos discípulos del Esposo. El problema que veo es que hemos recibido una invitación estampada para venir a la fiesta de bodas, pero por alguna razón el impresor dejo por fuera de la invitación la fecha del evento y la mayoría de nosotros consideramos que la fiesta es muy lejana. Ya que estamos apenas pensando en que ropa lavar y alistar para la boda, la mayoría de nosotros nos encontramos en la misma necesidad de ayunar así como los discípulos de Juan. La gran ironía que la mayoría de nosotros nos encontramos viviendo a menudo, es que la observación de un ayuno apropiado a menudo nos ayuda a acercarnos más al Señor y su Espíritu en un grado mayor, entonces en ese momento rara vez nos regocijamos por estar a la puerta de la sinagoga donde la boda se celebrará, pero nos apartamos por alguna preocupación sobre los problemas temporales de nuestras vidas. Como los fariseos, disolvemos nuestro ayuno en la esperanza de algún éxito mortal en lugar de permanecer fiel al propósito fijado en el ayuno. Ojala que siempre ayunemos con el fin de acercarnos más al Señor!

La Viga y la Paja - Lucas 6:37-42

Elementos de la parábola: el juzgar a otros-ojos, pajas, vigas

La paja – No hay duda de que el Señor utilizó deliberadamente una partícula minúscula para demostrar lo que estaba en el ojo de nuestro hermano. ¿Es posible que esta diminuta partícula represente la imposibilidad que uno enfrenta, cuando tratan de hacerse ellos mismos el juez de su vecino, que incluso si ellos pudieran ver claramente difícilmente serían capaces de distinguir la impureza? De alguna manera con nuestras insuficiencias todavía pensamos que somos capaces de determinar lo que realmente está pasando en la vida de nuestro prójimo. También puede ser posible que en el esquema eterno, lo que está pasando en la vida de nuestro prójimo no tiene casi nada que ver con nuestro propio progreso personal o nuestro tropiezo.

La viga – La gran diferencia de los ejemplos del Salvador sería risible si no fuera por el hecho de que Él estaba hablando con tanta vehemencia sobre la forma en que nos condenamos unos a otros cuando nuestra verdadera preocupación debería ser un esfuerzo diligente por superar nuestros propios defectos. No hay duda sobre la imposibilidad del ser capaz de ver claramente lo que le falta por hacer a nuestro prójimo, cuando nuestra visión es radicalmente bloqueada por la inmensidad de lo que todavía nos falta. Debido a que la viga incapacita nuestra capacidad de juzgar rectamente a nuestro prójimo, el Salvador nos está advirtiendo que tratemos de remover este obstáculo y dejar que el prójimo haga con su paja lo que quiera.

El Ojo – Nos pasamos la vida usando nuestros ojos para brindar las maravillas del mundo a nuestra mente para que se puedan interpretar y darle sentido en relación al pasado de estímulos similares. Ahora el Señor nos enseña a utilizar el ojo de una manera nueva significativa y emocionante. De alguna manera este nuevo ojo es para interiorizarlo para que podamos hacer una comparación de lo que somos y lo que debemos ser. El Salvador se mantiene firme sobre la necesidad de ser más generosos con nuestros dineros y tolerancias cuando miramos el camino por el cual viaja nuestro vecino. Evidentemente, la cantidad de misericordia presente en nuestro juicio final corresponderá con la misericordia con la que vemos las acciones de nuestro vecino. Estoy seguro de que a medida que empiezo a quitar la enorme viga de mi ojo, poco a poco sere capaz de ver más claramente lo que aún me falta por llevar a cabo durante mi estadía mortal. Confiando en la revelación moderna, el juzgar a nuestro prójimo es posible si los hacemos justamente. Creo que tenemos el permiso para emitir juicios cuando hayamos recortado totalmente la viga.

CONTINUARA

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