viernes, 6 de enero de 2017

EPIFANÍA

Nuestro viaje verbal a través de los doce días de Navidad nos lleva al clímax de la Epifanía.

Si perteneces a una denominación cristiana cuyo origen es anterior a la época de la Reforma, en este día usted probablemente estará involucrado en un ritual de celebración conmemora la Epifanía. Se habido salvado el regalo tradicional hasta este día o podría haber tenido regalos en la mañana de Navidad y otra vez hoy. Otros podrían haber ido al lugar de agua local para ver a muchachos jóvenes sumergirse en agua helada para recuperar la Cruz de Cristo.

Si perteneces a una denominación cristiana cuyo origen viene durante o después de la Reforma, probablemente pasará el día sin ser muy diferente a cualquier otra semana del año que no ha sido designado como un día de fiesta nacional en su país de residencia.

Epifanía también es llamado por muchos el dia de los Reyes Magos, en reconocimiento a los Reyes Magos que llegan para presentar sus regalos para el bebé en el pesebre. Los historiadores han puesto un amortiguador de esta parte de la historia de la Navidad, señalando que los sabios pudieron habían llegado a Jerusalén tres años después del nacimiento mortal del Salvador para presentar los
regalos para El 'Niño'.

Algunos pueden ser curiosos aprender que hay denominaciones cristianas que se celebran el bautismo de Jesús por su primo Juan en las aguas del río Jordán o el primer milagro del Señor cuando cambio agua en vino en las bodas por el día de Epifanía.

Si definimos la Epifanía por sus sinónimos más comunes: apariencia, manifestación y revelación, deberíamos empezar a tener una idea de por qué se recuerdan los sucesos de los Reyes Magos, el bautismo de Jesús y la ejecución de su primer milagro en este día.

Estas manifestaciones no son sino una pequeña representación de acontecimientos que podría ser señalado como reveladora de la aparición del hijo de Dios en la tierra. Estos podrían haber añadido a ellos la alimentación de los 5000 o el levantar de Lazaras de los muertos o de una miríada de otras evidencias que testifican de su divinidad.

Lo que me ha llegado y he tomado por mi propio viaje a través de los doce días de Navidad este año que hasta el día de la Epifanía, es que es más importante pagar cualquier precio que debe pagarse para que experimento mi propia Epifanía personal que podría recibir una personal manifestación reveladora de la aparición del hijo de Dios en la tierra.

A esto añado mi testimonio a los testimonios de los millones de personas que han nacido nuevamente, que Jesús el Cristo en efecto nació de María, nos enseñó el camino a la vida eterna y Expió para las deficiencias de todos los hijos del Padre Celestial.

PENSAMIENTOS PARA EL DÍA DE LA EPIFANÍA – WILLIAM L. RILEY

EDITADO POR – KATHLEEN W. RILEY

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